Foto: Arjona
El
Soro cumplió el sueño en un espectáculo de emociones y aires festivos. 25 años
de alternativa para Ponce y nuevo K.O de Juan Pedro en Valencia.
Plaza de toros de
Valencia. Feria de Fallas.
Cuarta de abono. 16 de
marzo de 2015.
Toros de Juan Pedro Domecq
(3º bis) para:
-
Vicente Ruiz “El Soro”:
oreja y dos vueltas tras petición.
-
Enrique Ponce: oreja tras
aviso y saludos.
-
José María Manzanares: silencio
tras aviso y ovación tras petición.
Entrada: Lleno
Notas
de interés:
-
El
Soro llegó en calesa desde el hotel.
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El
festejo comenzó cinco minutos tarde tras el retraso de los diestros.
-
Entrega
de una placa a Enrique Ponce por sus 25 años de alternativa.
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Los
tres toreros saludaron antes de lidiar sus toros.
-
Al
finalizar el festejo el Soro fue paseado a hombros aún no teniendo las dos
orejas.
Los toros de Juan Pedro Domecq no merecen
el más mínimo sitio en esta crónica. Todos ellos por debajo de la presentación
que merece una plaza de primera. Inválidos, descastados y nulos para la
tauromaquia. Preocupante que ante un torero cojo y sin condiciones físicas no
haya habido ningún percance. Eso da muestra del tipo de toro que estamos
criando y la peligrosidad de los mismos. De auténtica vergüenza.
Antes de comenzar mostrar mi respeto y admiración ante un hombre que tras tantas adversidades ha logrado su propósito de vestirse de luces en su plaza de Valencia, pero aportar que esto debe quedar como algo aislado, y que para estos actos existen festivales, que no corridas de toros, que permiten saltarse a la torera cosas que una corrida nunca debería perder, la seriedad e integridad en todo lo que suceda.
No era una corrida cualquiera, eso era sabido por
todos los que hoy presenciábamos esta histórica y festivalera tarde de fallas,
en la que el Soro volvió a congregar
al público más disparatado. Un continuo chiste de jadeos y comedia con el
beneplácito de un tendido al que bien poco le importó el toro, protagonista que
hoy quedó en quinto plano, pasando totalmente desapercibido por el coso cada
vez más perdido de Xativa.
El Soro desataba la locura de los tendidos con
innumerables gestos de entrega y descontrol. Una sinrazón que se apoderó del
veterano ya desde el mismo paseíllo, con aires de alegría y seguridad, fiesta y
descontrol, y que se acentuaría más adelante con el fácil control de la escena
ante el bomboncito de Juan Pedro, colaborador y bonachón desde que salió por
toriles, como maquinado o quién sabe si manipulado por un tercero, para no molestar
ni lo más mínimo a un Soro que con agallas y nulo sentido del toreo puso en pie
a sus condicionales. Animoso saludo capotero, meritorio e increíble tercio de banderillas
y totalmente penoso con la franela, sin poder ni mando, pero con la alegría y
creencia suficiente como para permanecer en pie. Oreja cariñosa de un público
que le esperó en todo momento.
Con el cuarto cambiaron las cosas. Animal más
ofensivo, encastado en su justa medida y con movilidad suficiente como para
desarmar los ideales de aquellos que veían en Soro un torero de futuro. Se fue
sin pensarlo y con silla en mano a la puerta de chiqueros, entre el asombro de
algunos y el pánico de muchos otros. Cojones tiene el señor y ganas de llamar
la atención también, imposible negarlo. Como de mérito y carácter fueron los
dos pares de banderillas, dando ventajas al toro, para luego reunir, es cierto,
a toro pasado. Montoliú fue el invitado a la fiesta de ese tercer par. Y si
torero y añejo fue el recibo muletero en el tercio, desastroso y acongojado fue
el trasteo por ambas manos. Un sinfín de trapazos inseguros, con cero acople y
poca serenidad, estando constantemente a merced del toro, y recibiendo una
voltereta horrenda en la suerte suprema, de la que se salvó de milagro. El
resultado fue satisfecho para él, a pesar de no haber cortado esa oreja que
pidieron sus paisanos, que vieron como llevó por bandera, nunca mejor dicho, la
patria de su tierra. Vuelta en hombros y tres vértebras fracturadas para estar
unos meses de baja. Espero que esto quede aquí y que la temeridad no llegue a
algo peor. No podemos permitir que la tauromaquia quede en esto.
Ponce y Manzanares fueron participes de esta charlotada, porque en todo
momento esto no debió pasar de un mero festival. Cómplices por tanto de esta
gatada del señor Juan Pedro, impresentable para plaza de primera y totalmente
podrida en cuanto a condición. Un desfile de inválidos, con caras lavadas y
terciadas, de irreparable fuerza y con menos violencia que el pobre Papa. Un
sinfín de borregos, que causaron el bostezo de más de uno. Pues bien, a lo
tonto cobraron y nos la colaron.
Y que me explique alguien qué manera es esta de
que un señor con la categoría de Ponce celebre sus 25 aniversario. ¿Quién fue
el lamentable que preparo este circo para conmemorar una historia tan presente
como la del maestro de Chiva? ¿Se puede hacer y planear peor? Porque sus dos
oponentes fueron auténticas vergüenzas. Si desclasado por malo fue el primero,
borreguil y chochón fue el segundo, ambos rematados tras aseadas faenas de
horribles bajonazos. Incomprensible el tanto que se apuntó en el primero, cortándole
la oreja.
Manzanares, vestido de luto, tuvo la “hombría” de
pegarse el arrimón con el vergonzoso sobrero jabonero, animalejo vacio y flojo,
que permaneció en el ruedo baboseando y reculando ante la estampa del bello,
quien no anduvo fino con los aceros. Algo más se movió el sexto, colorado y
simple de estampa, de condición boyante y nulo fondo. Derechazos lineales y
descargados, y de nuevo pésima mano izquierda del alicantino, que sigue sin
superar sus errores. Se fue sin premio de su querida Valencia.
Y a todo esto Curro Javier sopló dos pares de
aúpa a este sexto, entre la indiferencia del público, que ni se dignó a
hacerle saludar. Ahí es donde se contempla la afición tan grande que tuvo en el
día la afición valenciana.
Esto fue todo en la tan esperada vuelta del Soro
en Valencia. Una tarde de emociones y desvergüenzas, y con una cosa clara, el
toro de las figuras es capaz de no desbancar ni a una persona con movilidad
reducida. Ese es el toro que estamos creando y defendiendo. Y ahora que me
digan qué argumentos doy yo a un antitaurino después de ver como un toro
muestra esa indiferencia y nobleza ante un hombre inválido. ¿Dónde quedará esa
teoría de la lucha de tú a tú entre una fiera y un hombre valiente? ¿Dónde queda
entonces el poder y la dificultad de un torero con un mísero trapo? Piensen
argumentos porque esto se nos va de las manos.
Un saludo
Borja González.
1 comentario:
La defensa de las figuras que,irá hacer en forma córporea la viuda.
El Soro limitado como está los dejó con sus verguenzas al aire.
Corripe.
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