sábado, 14 de marzo de 2015

CARA Y CRUZ DEL DE LA PUEBLA (Crónica 2ª de Fallas 2015)


      
 Foto: Arjona

Oreja por coleta en una tarde condicionada por el mal juego de los Victorianos. Buen capote de Luque

Plaza de toros de Valencia. Feria de fallas 2015.
Segunda de abono. 14 de marzo
Toros de Victoriano del Rio para los diestros:
-       Morante de la Puebla: pitos y oreja tras aviso.
-       Julián López “El Juli”: saludos tras aviso y oreja.
-       Daniel Luque: oreja y saludos tras aviso.
Entrada: Casi lleno

Nota: Al finalizar el paseillo se ovacionó a los aficionados catalanes que pidieron con pancartas la vuelta de los toros a Cataluña. ¡SI A LOS TOROS EN CATALUÑA!


Los toros de Victoriano del Río fueron los siguientes:
·         Primero. “Bravucón” Nº 54, negro mulato de 501 kilos.  (División)
Bien presentado y serio. Manso y con casta, nos quedamos sin verlo. 3 varas.
·         Segundo. “Celoso” Nº 15, castaño chorreado de 542 kilos. (Silencio)
Descastado y sin romper, poco fondo y mucha nobleza.
·         Tercero. “Caralinda” Nº 36, negro mulato de 514 kilos (Palmas)
Toro con clase y boyantía. Se rompió mucho en los primeros tercios.
·         Cuarto. “Cóndor” Nº 89, tostado Listón de 491 kilos (Palmas)
Mal presentado, flojo y bobalicón. Muy noble y permitiendo las cercanías.
·         Quinto. “ Desgarbado” Nº 42, negro mulato de 510 kilos (Silencio)
Mal presentado, basto y descastado. No humilló ni mostró casta.
·         Sexto. “Aldeano” Nº 148, negro mulato de 520 kilos (Silencio)
Muy mal presentado, flaco y escurrido. Movilidad y mansedumbre.


La cara y cruz del toreo, el enfado y la gloria, la espantada y la reunión… todo unido en un mismo torero, endiosado por algunos, odiado por otros, pero que hoy en el cuarto puso a todo el mundo de acuerdo. José Antonio Morante Camacho, sevillano de cuna y discípulo del mismísimo Curro Romero, de quien parece haber heredado ese toma y daca con el aficionado.
Llegó el perdón de los que le pitaron con el abreplaza, el delirio de los del puro y sombrero y el desgarrador “olé” que se escuchaba en esos naturales eternos, enroscados y sentidos del torero andaluz. Una faena encajada, torera y añeja, de las que erizan el vello y quedan grabadas. Completos los derechazos y magníficos los de pecho, pero todos ellos carentes del ingrediente principal de todo esto, el toro. Porque fue el amigo fiel que necesita todo artista, un compañero de viajes que ayudó y empujó con bondad las telas del sevillano, que se sintió la mar de a gusto con el burel. Fue, es y será el único en emocionar sin apenas enemigo, como su maestro Curro, que con solo componer y sentir el toreo hacia levantar al personal de sus asientos. Buena fue la obra, remata a la segunda de un buenísimo espadazo, pero magnífica hubiera sido de haber contado con ese elemento tan clave y perdido por Morante, el toro encastado, con el que todavía los locos soñamos ver.
Porque opciones de reventar Valencia tuvo con su primero, un fuerte y encastado animal de Victoriano, más en la línea de Bayones que ninguno (aunque me lleve la negación de la casa ganadera), con fuerza y peligro en los primeros tercios, pero con la codicia suficiente como para repetir con celo y ansia a una muleta segura y firme, que nunca apareció. Pasó verdadero pánico el artista con el cornúpeta, que fue candidato a armar un verdadero alboroto en la costa levantina. Pero ya sabemos cómo es el de la Puebla, huidizo de la casta y bravura, necesitado de bondad y boyantía y dispuesto a dar lo bueno y malo en todo momento. La pitada fue de traca.  Como vomitivo fue el gesto de dar patadas al hocico del animal para buscar su arrancada. Hay gestos que se deberían medir mucho más, porque si llega a ser otro…

Otra cosa destacada de la tarde fue el verdadero recital de toreo que ha dado Daniel Luque con el capote, nada fácil tras las sensacionales tres verónicas de Morante al cuarto. Pero el de Gerena no se quedó colgado, lanceó con un gusto tremendo por verónicas a su primero, y llevó por galleos muy sevillanos al animal al peto. Las posteriores cordobesinas, algo enganchadas, fueron el ejemplo del buen manejo capotero de Daniel. El punto álgido llegó con la franela, donde una y otra vez se vieron las carencias del torero, por un trazo lineal, de cite algo retrasado y una colocación que necesariamente debe mejorar si quiere llegar a algo. En sus dos toros estuvo mucho más completo con el capote.
Cortaría la oreja del primero, tras unas “luquecinas” que deberían estar penadas por algún tribunal de justicia taurina. Buscó las vueltas al sexto para asi lograr salir por la puerta grande, pero el animalejo escuálido y descastado no ayudó lo suficiente. Saludos desde el tercio.

Por su parte, Julian López “El Juli” volvía a uno de sus feudos, Valencia, tras salir en numerosas veces por la Puerta Grande. No se vayan a pensar ustedes que es algo muy complicado visto lo visto.
Sorteó el lote más complejo y deslucido de la tarde. Su primer avacado y castaño llegó con incomodidades y la cara suelta a la muleta, tras ser pasaportado de forma rápida por los varilargueros, que nula función tuvieron en el día de hoy. A base de largura y tiempos consiguió limpieza y ortopédicos muletazos, dejándose llegar los pitones a los muslos, buscando la respuesta del público, que comenzaba a no ver clara la corrida del ganadero de Guadalix. El fallo con la espada le privó seguramente del primer apéndice de la tarde.
Oreja que cortaría al quinto, tras una faena técnica y meritoria, pero carente de toreo fundamental. Tras unas manoletinas muy ajustadas y una casi entera atravesada, realizada por su ya famoso julipié, cortó la oreja más barata de lo que va de feria.

En conclusión, decepcionante en presentación y juego la corrida de Victoriano del Rio, muy lejos de la que lidió y copó los premios del 2014. Buen toreo de capote de Luque y gran faena de Morante, sin oponente alguno.

Mañana vuelven los Cuvillos con un cartel algo estrambótico. Fandi para abrir cartel, Castella ¿?¿?¿?¿?¿?¿ y Román, futura promesa de la tierra. Vuelvo a decir lo de ayer. ¡Que Dios nos pille confesados!

Un saludo

Borja González


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