miércoles, 8 de julio de 2015

DECEPCIONANTE DEBUT DE "EL TAJO Y LA REINA" (2ª de San Fermín 2015)




Descastada y mal presentada corrida de Joselito, muy por debajo de una dispuesta terna.



Pamplona. Feria del toro San Fermín 2015.
Miércoles 8 de Julio.
Toros de El Tajo (1º y 2º) y La Reina para los diestros:
-       Diego Urdiales: saludos y silencio tras aviso.
-       Morenito de Aranda: silencio en ambos.
-       Jimenez Fortes: vuelta al ruedo y silencio.
Entrada: Lleno

Nota: Desmonterados David Adalid y Pascual Mellinas, de la cuadrilla de Morenito de Aranda tras los pares al quinto de la tarde.

Los toros lidiados en el día de hoy fueron los siguientes:
·         Primero. “Cazador” Nº 6, castaño de 560 kilos. Cinqueño.
Guapo y bien presentado. Flojo, noble y embestidor en el último tercio.
·         Segundo. “Valiente” Nº 52, castaño corrido bragado de 530 kilos. Cinqueño.
Impresentable, chico y destartalado. Pronto e inválido. Acabó defendiéndose.
·         Tercero. “Estanquero” Nº 27, negro mulato bragado de 520 kilos. Cinqueño.
Anovillado, con poca cara y escurrido. Manso, noble y obediente en los cites. Más opciones que sus hermanos.
·         Cuarto. “Alabastro” Nº 9, negro de 530 kilos. Cinqueño.
Mucha cara, escurrido y alto. Descastado, flojo y manso.
·         Quinto. “Musulmán” Nº 41, castaño de  585 kilos.
El mejor hecho y más serio de la corrida. Acomete bien en los primeros tercios pero se acaba muy pronto mostrando nula casta.
·         Sexto. “Envilecido” Nº 7, castaño claro bragado meano axiblanco de 550 kilos.
Feo y destartalado. Manso, complicado y noble en la muleta. Faltó casta.


Muchas eran las esperanzas que despertaba el cartel de esta tarde en Pamplona. Una ganadería joven y encastada a priori, y tres toreros muy del gusto del aficionado fiel y cabal al mundo del toro. El percance sufrido días atrás de Antonio Ferrera obligó a la Casa de Misericordia a buscar un sustituto, con el buen acierto de llamar a Diego Urdiales, quien a pesar de no despegar en este año vital para él, merecía un puesto en la Feria San Fermín.

Protagonista el toro que no apareció ni por asomo en la segunda corrida de feria, ni en presentación ni juego. Suspenso de la doble divisa del maestro Joselito en su debut sanferminero. Y es que no llego a entender cómo y por qué embarcó tan justa corrida dirección a Navarra. Una escalera fea y mal hecha, con animales escurridos y pobres de cara, otros astifinos y sin remate, todos ellos descastados, flojos y mansos, nada de lo esperado.

Abrió el cartel Urdiales enfundado en un pizarra y oro, desmonterado en el paseíllo, al igual que todos los actuantes, como protesta a las amenazas de grupos antitaurinos, sin encontrar el sentido ni la consecuencia de dicho gesto, pero vaya, que así cruzaron el coso pamplonés, más calmado y callado que nunca en la zona de sol, donde apenas alzaron la voz hasta la muerte del primer toro.

Saltó en primer lugar un toro bien hecho, algo acapachado y entipado de la ganadería del “8”, El Tajo. Saludó el de Arnedo animoso y ganando terreno a la verónica, mientras codicioso y por bajo embestía el de Joselito, que pronto perdería las manos y mostraría falta de fuerzas, como toda la corrida. Apuntar también el arenoso y flojo estado del ruedo, que no ayuda para nada a los animales. Costó encontrar el momento y embroque al animal, al que cuidó en los inicios lineales y ligeros, ya que perdía una y otra vez los cuartos delanteros. Pareció venirse arriba al natural, con dos extraordinarios muletazos y una posterior tanda de derechazos encajados y muy toreros, pero la sensación de falta de acople y entrega se hizo palpable en los tendidos, que le tributó una sonora ovación entre el silencio casi extremo de una plaza de locos.

El cuarto fue un animal mucho más ofensivo por delante, con dos astifinos y casi veletos pitones. Descastado y obediente en los cites más seguros y arrebatados de Urdiales, que ahora si nos regaló varios muletazos ceñidos y cargados por ambos pitones, especialmente con la diestra, aunque con la “malapata” de la falta de ligazón, que ya más de uno reprocha al riojano. Que me den muchos de estos sueltos y me tapen tanta noria circense de pata recogida y atrasada.

Morenito se fue como vino, aunque siguió dejándonos ganas de más, y eso que apenas tuvo opciones de dar un solo muletazo. Su primero fue un horrendo castaño de inválida movilidad y descastada condición. Acabó defendiéndose al ver que sus fuerzas y una posible lesión en la mano izquierda le impedían romper a las telas del burgalés, dispuesto y asentado toda la tarde.
Saludaría su cuadrilla con el quinto, el mejor presentado de la tarde, tras unos vistosos y alegres pares de banderillas a manos del madrileño David Adalid, quien invitó al saludo a su compañero de filas Pascual Mellinas. Llegaría desfondado y aplomado el de Joselito, que embistió por bajo y largura en el capote del Moreno, y en unas ajustadas chicuelinas de Fortes, de quien más abajo hablaremos. Tiró de raza Morenito, encajado en la arena y encuadrado en los dos leños del bicho. Al ver que la cosa no cuajaba se echó a tierra para hacer despertar a peñas y soñadores de sombra, a quienes ya pesa la noche de San Fermín. El silencio fue el peor premio para una digna actuación.

Cerraría el cartel Jiménez Fortes, a quien deberían ponerle un sostén para aguantar semejantes bemoles. Porque guste o no es increíble el valor tan inconsciente y seco que tiene el malagueño, quien hoy ha visto en varias ocasiones de nuevo la cornada.
Su primero fue un animal impresentable para esta plaza, raro que no se haya escuchado ninguna protesta. Noble en sus inicios, mirón entre muletazo y muletazo, pero obediente en los cites a tiempo del diestro. Buena la primera tanda, erguida y encajada, en redondo y ligada. Tiró más en línea en las próximas, siempre con el toque fuerte en el embroque, ya que se metía constantemente por dentro. Fue apagándose por su falta de casta y la rebeldía de Jimenez Fortes hizo que el mundo despertara y sudara la gota gorda. Todos menos él, la mar de tranquilo entre esos pitones. Llegaría el susto con los circulares rodilla en tierra y una serie de parafernalias dedicadas a las peñas, que entraron de lleno en la faena. El pinchazo antes de la estocada privó de una posible oreja a Saul.

El que cerró plaza fue otro toro feo, cuesta arriba y complicado. Llevó bien con los vuelos al natural al cornúpeta, que aceptó varias series por la izquierda. Pero al igual que sus hermanos y debido a esa terrible falta de casta acabó protestando y punteando los engaños al no poder ir más allá. Fortes entonces se puso pesado en una faena sin pena ni gloria, excesivamente larga y monótona, rematada con las clásicas y ajustadas bernadinas. La estocada hizo guardia y afeó el trasteo.

Este es el resumen de una corrida decepcionante de Joselito en la segunda de feria, con la disposición y buenas maneras de tres conceptos totalmente distintos y válidos para la tauromaquia. Toreros que merecen pelear por el puesto que se han ganado en el ruedo.

Un saludo

Borja González.

¡Aquí hay TORERO! (Crónica 1ª San Fermín 2015)




Foto: J. Arroyo


Tres orejas y puerta grande para un arrollador López Simón en la primera de San Fermín ante un desigual encierro de Jandilla.


Pamplona. Feria del toro San Fermín 2015.
Martes 7 de Julio.
Toros de Jandilla y Vegahermosa (2º y 6º) para los diestros:
-       Juan José Padilla: silencio y silencio tras aviso.
-       Pepe Moral: silencio tras dos avisos y silencio tras aviso.
-       López Simón: oreja con petición de la segunda y dos orejas.
Entrada: Lleno de “No hay billetes”

Nota: Destaca la brega de Vicente Osuna en el tercero de la tarde.

Los toros lidiados en la primera de feria, del ganadero Borja Domecq:
·         Primero. “Campesino” Nº 5, Castaño bragado meano de 555 kilos.
Bien presentado, ligero de carnes, flojo, descompuesto y a más.  Tuvo fondo y raza en el último tercio.
·         Segundo. “Centurión” Nº 24, Negro salpicado de 515 kilos.
Mal presentado, chico, terciado, y de poca cara para Pamplona. Tuvo movilidad y cierta codicia, aunque cabeceó en los engaños.
·         Tercero. “Delta” Nº 45, Castaño de 515 kilos.
Bonito y serio animal, poco picado en varas y con nobleza y fondo en la muleta por ambos pitones.
·         Cuarto. “Galán” Nº63, Colorado bragado, corrido, salpicado de 555 kilos.
Serio y cuajado, casi cumpliendo en varas, empujando más que sus hermanos. Acaba parado y rajado en la muleta.
·         Quinto. “Fantuoso” Nº 67, Negro mulato de 605 kilos.
Un señor toro de Pamplona, de imponente cara y rematado esqueleto. Le faltó romper y humillar en el último tercio.
·         Sexto. “Farruca” Nº 18, Negro bragado de 585 kilos.
Otro torazo bien hecho, fino y cuesta arriba. Sin picar en varas y con falta de casta. Tuvo nobleza y acabó rajado.


Incuestionable. Esa es la palabra que resume a la perfección la tarde del joven madrileño en la primera de las corridas de San Fermín 2015. Un rapapolvo de valentía e ideas claras que hace temblar a más de uno en sus casas. ¿Qué pensarán los “Gs” al ver cómo ha estado este torero hoy en Pamplona, ante el TORO de estafeta? ¿Se atreverán a batirse en duelo ante semejante huracán? ¿O preferirán seguir de tapados y “cierracarteles” entre compadreos y caricias?
Ni lo imaginen, eso eran otros tiempos.

Y es que vaya manera de estar delante de la cara de semejantes toros. Qué ceñidos han sido todos y cada uno de los muletazos, qué firmeza la de esas plantas, que ni se han inmutado viendo como pasaban por delante y por detrás esos astifinísimos pitones de los jandilla, que no han tenido su mejor tarde.

Corrida dispar de hechuras y seriedad, con un segundo animal que no debió pisar el ruedo. Poco picada en varas, salvo el cuarto, y con la virtud de venirse arriba tras doblar las manos en sus salidas del jaco. Con dos toros por encima del resto, 3º y 2º, con sus complicaciones y virtudes, pero con la movilidad y emoción por bandera, sin ese trote mortecino que nos cuelan tarde tras tarde. Bajó el listón de la corrida con el toro de la merienda, y cayó en picado con el cierraplaza, descastado y manso.

Padilla volvía a su tierra un año más. Las banderas negras con calavera inundaban los ensordecedores tendidos de sol, repletos un año más por las peñas navarras. El grito convertido en himno en esta plaza se alzaba nada más arrancar el paseíllo, “illa illa illa, Padilla Maravilla”. Pero el ciclón se va acabando y las fuerzas no le acompañan esta temporada. Vimos al jerezano perdido con sus dos toros, sin ideas ni claridad en la cara, con continuas pérdidas de paso, y una muleta siempre a la defensiva. Los dos silencios aclaran la comparecencia del “pirata” en su primera tarde sanferminera. Y los empresarios deberían plantearse sus contrataciones en las ferias.

Pepe Moral sorteó el lote extremo, el que sin duda no quiere nadie. El primero por chico y terciado, el segundo por grande y serio. Vaya velas portaba este “Fantuoso”. Irregular en sus trasteos, falto de temple y con mucho enganchón en sus faenas, ante animales descompuestos y sin entrega.  Destacó el recibo capotero al salpicado segundo, y varios naturales ya en los prolegómenos de la faena, de uno en uno, pero templados y llevados detrás. Con el voluminoso quinto apenas pudo mostrar raza y cojones, colocándose entre los inmensos pitones del jandilla, y logrando muletazos sueltos, en un trasteo largo y monótono que no llegó al público.

Y cerraba la tarde el madrileño López Simón, doblemente triunfador de Madrid, con dos puertas grandes en un mismo mes, corroborando su grandísimo estado de forma, y pidiendo ante televisión y mundo, oportunidades con los grandes.
Importante fue la faena a su primero, llena de quietud, mando y ceñimiento. ¡Por donde se fajó al toro en cada uno de sus lances! Un continuo roce por las taleguillas, y milagrosamente limpio trasteo. Derechazos erguidos, mandados y rematados, varios naturales profundos y llevados, con varios toques por la falta de recorrido del animal, pero conseguidos por méritos del torero, como si llevara toda la vida en esto. Calentó a las peñas en un final de aúpa, con circulares rodilla en tierra y varias bernadinas ceñidísimas. La pena la espada, caída, dejando el premio en un solo apéndice. Bien el de Bildu.

Más mérito aún tuvo su faena al sexto, inventada de cabo a rabo. El pupilo de domecq a penas duró dos tandas obligadas. Destacó la segunda serie, por la facilidad con la que Alberto ligó los muletazos en un palmo de terreno, tirando del bicho de forma excelente y rematando con el de pecho. Llegaría entonces la verdad del arrimón, con el toro entero, escarbando en su misma taleguilla, y el hombre tragando, sin inmutarse un pelo. Cruzándose al pitón contrario para obligar a cambiar la trayectoria del bicho, que se paraba en ocasiones a mitad de muletazo. Faena de valor seco, del verdadero. Estocada algo desprendida de efecto fulminante y rendición de una plaza volcada con un torero.

Asi acabamos la primera de la feria, con un torero pidiendo figuras y pelea en el ruedo. Con un joven de Barajas cruzando una vez más la puerta de la gloria, entre la multitud de pañuelicos y el cruce de la estafeta. Señores empresarios, aquí tenemos futuro.

Un saludo

Borja González