miércoles, 22 de mayo de 2013

GALLO SE DEJA UN LOTE DE PUERTA GRANDE. (Crónica 13ª San Isidro 2013)







UCEDA Y GALLO AUSENTES TODA LA TARDE. TRES TOROS MUY INTERESANTES Y CON MATICES. VUELTA Y DISPOSICIÓN PARA DAVID MORA.



Madrid. Plaza de toros de Las Ventas.
Feria de San Isidro 2013. 13ª de abono.
Toros de Pedraza de Yeltes y un sobrero de José Vazquez (5º bis) para:
-       Uceda Leal: leves pitos y bronca tras dos avisos.
-       Eduardo Gallo: leves pitos y silencio tras aviso.
-       David Mora: vuelta al ruedo con protestas tras petición y silencio.
Entrada: Más de tres cuartos.
Se desmonteró Felix Jesús Rodriguez tras parear al tercero.

Los toros lidiados en este día:
·         Primero. “Deslumbrante” Nº 14 Negro listón de 548 kilos.
(Parado, bajo de casta y deslucido en sus embestidas) SILENCIO.
·         Segundo. “Dulce” Nº 33 Negro chorreado de 543 kilos.
(Protestado de salida. Buen toro, algo flojo, encastado, con mucha clase y a más) PALMAS
·         Tercero. “Medidor” Nª 25 Castaño de 582 kilos.
(Bravucón, con mucha clase, encastado y rajado en la muleta) PALMAS
·         Cuarto. “Dudanoches” Nº 16 Colorado de 593 kilos.
(Noble, algo deslucido y con falta de motor) DIVISIÓN
·         Quinto. Sobrero de José Vázquez. “Amistoso” Nº 66 Negro de 522 kilos.
(Muy noble, humillador y embestidor en la muleta. Sin torear) PALMAS
·         Sexto. “Niñito” Nº 21 Colorado de 565 kilos.
(Sin picar, aquerenciado, con peligro y orientado) SILENCIO




Corrida muy accidentada y de gran interés para el aficionado. San Isidro debió pasarse varias veces para salvar a más de uno en la tarde de hoy, que pudo tener graves consecuencias.
Seriamente volteados fueron: Eduardo Gallo, David Mora, El Puchi, Ciprés y Barrero. Con ello no me refiero a un sustillo de nada, no, me refiero a quedarse en la misma cara del toro y librarse de auténticos cornalones.

Y quien me oiga decir esto pensará que vivimos una corrida peligrosa, mala y “talibanesa”, pero no. Fue una corrida con posibilidades de orejas, con triunfo tapado y gordo y por encima de una terna por la que apostábamos más de uno, yo el primero.

Me esperaba bastante más de la corrida de Pedraza de Yeltes, una ganadería muy nueva y que apostó fuerte por esta cita. Aún con esas salgo medio satisfecho del juego de sus toros, que pecaron de mansedumbre en el caballo aunque acabaran fijos en la muleta.

La corrida estuvo bastante igualada en presentación, con mucho cuello, alzada, cómodos de cara y alguno mal rematado de culata. Desarrolló casta y posibilidades para los de luces, que anduvieron perdidos en esta decimotercera de abono.

Abroncado fue el querido Uceda Leal, quien posiblemente jugó su peor tarde en Madrid. Inseguro, ausente, conmocionado, nervioso, amedrentado y lo peor y más sorprendente de todo, sin espada.
Su primero fue un animal largo y bien presentado, musculado y algo parado de salida. Se empleó de forma nula en varas, buscando la huida y frenando a mitad de capotazo. Entre el viento y el poco recorrido del animal, que acabó provocando una voltereta en el quite de chicuelinas de Gallo, la faena quedó en nada. Varios trapazos enganchados, en línea y sin colocarse y a por la espada entre leves pitos. Esto no es a lo que nos tiene acostumbrado José Ignacio. Pinchazo y estocada tendida para acabar con silencio.

El cuarto fue un animal más grandón, abierto de cuerna, con cuajo y buena presencia. Sin intentarlo con el capote y mal picado en varas llegó a la muleta del inseguro diestro. Muchos pasos en falso, siempre toreando hacia detrás y no hacia delante, muestra de la poca convicción que tenía del bicho. Varios pinchazos y una escabechina horrenda y antitaurina que desató la bronca del respetable, al grito de “fuera, fuera” ¿Para cuándo una medida que limite el numero de descabellos? ¿Para cuándo esa defensa al toro de lidia? Una barbaridad!

Da pena hasta hablar de la tarde que se ha dejado ir el salmantino Eduardo Gallo, quien reconocería tiempo después los dos toros que se le habían ido al desolladero. Una oportunidad tan clara como perdida, que pocas veces se le va a volver a aparecer.
Dos toros de bandera para la muleta, para salir con cuatro orejonas hacia la calle Alcalá. Luego que no me vengan pidiendo oportunidades porque no hay que desaprovecharlas de esta manera.
El segundo de la tarde fue el de más importancia de la corrida, por clase, duración y casta. Un “Dulce”, que asi se llamaba, que acometió con todo a las telas de Eduardo, y eso que fue protestado de salida por falta de remate. Poco picado en varas y muy venido arriba en banderillas, donde se deslizó como la seda en el capote del subalterno. Llegaron entonces innumerables enganchones y trapazos por la diestra, sin acople, sin ritmo, sin profundidad ni mando. Otros tantos hacia fuera al natural, para volver de nuevo a la diestra y darse por vencido. El toro le había comido el terreno y la cabeza, desbordando con una embestida repleta de clase y entrega, humillación y recorrido. Un dulce para reventar Madrid por el buen toreo. No estuvo y tampoco se le esperó.
El quinto se lastimó tras la metedura de pata de los subalternos que se aguardaban en el burladero del 8. Citaron como tanto acostumbran y el animal de Pedraza remató con todo a media altura, lastimándose y quedando totalmente inválido para la lidia. Una pena ver como el primer toro que sale rematando en las tablas con poder y raza se marcha para atrás sin poder verle. La salida y la estampa del bicho fueron preciosas.
Salió en su lugar un toro chico, corto y tapado por la cara de la mítica ganadería de José Vázquez, con ligeras protestas de fondo. Fue poco picado en varas y templado y noble en la muleta vulgar y destemplada de Gallo. Faena larga sin argumento ni acople del charro, que se dedicó a muletear sin ton ni son al cornúpeta, que no paró de humillar, con cierta sosería pero con una clase extraordinaria a la franela del diestro. Infinitos los derechazos, vacios de contenido y sentimiento, como si de trabajar en una obra se tratase. En línea y sin cogerle el tiempo los naturales, largos y perfileros, picoteros y distantes… una absurda faena que quedó en nada. El toro se fue con las dos orejas al desolladero, y la plaza asustada por el poco bagaje y toreo que le vimos al Gallo, que no apareció tampoco en la plaza de Madrid.

Cerraba el cartel David Mora, que fue el único que estuvo como mínimo dispuesto.
Su primero (tercero) fue un tacazo de Pedraza, castaño de capa, cuajado, apretado de carnes y muy en el tipo de la ganadería. Se desplazó largo y hondo por los dos pitones al capote de Mora, que lanceó con gusto, con la pata pa´lante, ganando terreno y pudiendo al bicho desde salida.  Galleó para llevarlo al caballo, con empaque y torería y se gustó en un nuevo quite por verónicas. Mucha tralla para el toro que aguantó menos de lo previsto. En parte por la pelea tan buena que tuvo en varas, romaneando en las dos entradas y metiendo riñones duramente en la primera. Quite también de Uceda, más deslucido, y pares de Felix, cuadrando en la cara. La cosa prometía y mucho y por ello brindó la muerte al público, que tenía la sensación de que podía pasar algo importante debido a la codicia, empuje y clase del astado. No acertó a mi gusto en los terrenos David y no rompió la plaza en esas tres primeras series claves de derechazos, podido por completo por el buen Pedraza. Tras la dureza de las varas y los numerosos capotazos con poder y mando acabó rajándose y pidiendo tablas antes de lo esperado. Fue entonces cuando más torero estuvo David, en tablas del 2, cruzándose al pitón contrario y forzando la figura para ligar los naturales que tanto le costó seguir al bicho, que por momentos se vio parado y podido. Una lástima ya que apuntó buenísimas maneras de salida. ¿Qué hubiera pasado si se le hubieran ahorrado capotazos y hubiera buscado los terrenos adecuados Mora? ¿Y si esas tres tandas en los medios, donde acometió con casta y humillación hubieran sido acopladas y toreadas? Solo digo eso… Estocada caída y vuelta al ruedo con fuertes protestas de varios sectores.

El sexto fue un animal peligroso orientado y muy aquerenciado. Manejó bien de nuevo el capote Mora y pasaron serios apuros los subalternos para clavar las banderillas, ya que el animal apretó una barbaridad a tablas. Dispuesto de nuevo el torero quiso jugársela en los terrenos de sol, llevándose el primer susto tras no poderle y doblarse por bajo. A mi gusto no hizo buen empiece de faena, ya que ante un manso con poder, genio y pies lo primero que tienes que hacer es bregarle por bajo, quitarle movilidad y hacerle sentir que el que manda eres tú. Quiso arriesgar y por ello fue volteado cuando se disponía a torear por la diestra. Sin consecuencias y más en perpendicular en tablas lo probó por la zocata, donde buscó los muslos y arremetió con saña el bicho, que cada vez se orientó más. Cruzado, provocando la embestida con el clásico zapatazo y la ayuda puesta, de uno en uno y tragando una barbaridad. Misión imposible, a por la espada. Cuatro doblones toreros y estocada más que decente que le valió poco a David.


Mañana tenemos la corrida de Parladé. Espero que nos dé una alegría por su 100 cumpleaños y que salgan varios embistiendo con poder y casta. Ganas de ver como siempre a Fandiño y veremos cómo no un buen toro para El Cid ¿Se cumplirá?  


Un saludo
Borja González




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