PUERTA GRANDE PARA TALAVANTE TRAS CORTAS LAS DOS OREJAS DE SU PRIMERO. MANZANARES CORTA UNA VERGONZOSA Y CASTELLA OTRA DE BAJO PESO.
Madrid. Plaza de toros de
Las Ventas.
San Isidro 2013. 16ª de
abono.
Toros de Victoriano del
Rio (cuajados y bien presentados) para:
-
Sebastian Castella:
silencio y oreja tras aviso.
-
Jose María Manzanares:
oreja con protestas y silencio.
-
Alejandro Talavante: DOS
OREJAS y silencio. PUERTA GRANDE
Entrada: Lleno de “No hay
billetes”
Se desmonteró Javier Ambel
por sus pares al primero, también realizando buena lidia. Palmas para el
picador Miguel Ángel Muñoz en el sexto.
Los
toros de Victoriano del Rio
resultaron:
·
Primero. “Batatero” Nº 81
Negro de 587 kilos. Cuatreño.
(Cuajado. Encastado y lesionado de la mano
izquierda durante la lidia) SILENCIO
·
Segundo. “Buenasuerte” Nº
34 Negro de 513 kilos. Cuatreño.
(Escurrido, embestidor, noble y con fondo de
muleta) PALMAS
·
Tercero. “Artillero” Nª 39
Negro listón de 517 kilos. Cuatreño.
(Muy manso, merecedor de b.negras. Embestidor, con
casta y humillación) PITOS
·
Cuarto. “Embarrado” Nª 77
Negro de 528 kilos. Cuatreño.
(Noble, boyante y con clase. Le faltó más carbón y
casta para llegar) SILENCIO
·
Quinto. “Despreciado” Nª
17 Negro listón bragado de 600 kilos. Cuatreño.
(Muy hondo de caja. Encastado, noble y algo
deslucido. Sin ver) SILENCIO
·
Sexto. “Comunero” Nº 14
Negro de 590 kilos.
(Serio y muy encastado, poderoso y con plaza. Sin
poder en muleta) SILENCIO
Tarde
interesante la vivida ayer en la decimosexta de feria. Corrida de Victoriano
del Rio que se saldó con la cuarta puerta grande de Alejandro Talavante en
Madrid tras una faena emotiva, difícil y asentada, protagonizada por dos
enormes naturales que siguen a estas horas sin acabar. Una faena de principio a
fin trascendente, ceñida, cuajada, sin pasos atrás, de mano baja y gusto.
Ocurrió
en el tercero de la tarde, un manso de libro de la ganadería de Guadalix, que echó
una interesante corrida de toros. Fue este “Artillero” un manso de escándalo,
huidizo de salida y protestón en varas, sin dejarse pegar absolutamente nada.
Arriesgó Talavante y cambió el tercio, algo que no debió permitir la autoridad,
que si tanto criterio y afición tiene como dicen debería haber mostrado el
pañuelo rojo, significativo de banderillas negras.
Sin
pensárselo, en el tercio del 6, inició la faena por estatuarios, sin mover la
planta, ajustados y limpios, con un toro aquerenciado, con muchos pies y poder.
Pensé que se equivocaba de faena, al no poderle por bajo al manso, pero la
jugada le salió fetén. Llegaron entonces varias naturales largos y ligados, con
la complicación de que el toro buscaba rajarse. Se la dejó entonces bien en la
cara por derechas, con un cambio de mano cumbre, lento, por bajo, templado y en
redondo, que hizo ponerse a Madrid en pie. Se rajó el animal, pero allí estuvo
Talavante para sacarle muletazos de merito y encaje en las mismas tablas, con
otro natural para la historia, con la figura erguida, la mano baja y muy
templado. Volvíamos a ver al Talavante de antaño, al natural y torero, y no al
ventajista de hace poco, que solo hacía descargar la suerte. Hoy no abrió tanto
el compás, casi a pies juntos, y con esa muñeca izquierda capaz de reventar una
plaza. Cierto que por momentos anduvo perfilero y descargó la suerte en demasía
cuando toreó por la diestra. Bernadinas finales con un eterno pase de pecho y
estocada arriba para concederse las dos orejas.
Leves
protestas tras esa concesión que a mi parecer es respetable pero no rotunda. En
Madrid hace falta ser muy completo para conseguir ese preciado trofeo de la
Puerta Grande. Es cierto que no le vimos de capote (Tampoco le esperábamos) ni
la lidia fue la más acertada. Hoy en día todo se centra en la muleta por
desgracia.
Por
ello ni la pedí la protesté. Me quedé con esos dos naturales, que bien valen
una feria.
Con
el sexto se alivió de lo lindo el extremeño. Fue el animal con mas casta de
toda la corrida de toros. Serio, cuajado, grandón, con poder y movilidad en
todos los tercios. Derribó al jaco y corneó de feas formas a Valentín Luján
tras un par de banderillas (Esperamos su recuperación)
Llego
entonces a la muleta con pies, pidiendo sitio y mando, disposición y toreros
machos. Allí no hubo nada de nada. Alejandro conformista por tener la puerta
grande en sus manos, le bailó un poco el agua y le pasaportó como pudo. Fue un
bicho que se comió los trastos por bajo, que una vez que le tuvieran sometido
hubiera roto para delante, estoy seguro. Toro de apostar, y allí no apostó
nadie.
La
corrida como he dicho de Victoriano del Rio fue bastante interesante. Es cierto
que para el aficionado careció de empuje y pelea en el caballo. Toda una
mansada en el primer tercio, sin pelea ni lucha, sueltos la mayoría y sin celo
alguno. En cambio se vinieron arriiba en banderillas y embistieron muchísimo en
la muleta, sin perder una sola vez las manos, con casta y nobleza conjuntada.
Mucho que torear y bastante que ofrecer.
Manzanares cortó una oreja ridícula
ante el mejor toro de la tarde. Cuando digo mejor me refiero para ellos, los
toreros. Porque fue un animal protestado de salida, sin cara y escurrido, poco
picado en varas, que se empleó de lo lindo en la muleta del levantino. Bien
lidiado por Curro Javier, por cierto. Realizó Jose Mari una faena distante, sin
encaje ni emotividad, desde más allá de la periferia y con un ruidoso y
protestable sector en su contra. Ni en el primer muletazo quiso ponerse el
señor en el sitio, en la rectitud del toreo, donde los toros embisten de tú a
tú. Optó por quedarse más allá del fuera de cacho, y tirar del toro con el
extremo de las telas hacia dentro, metiendo pecho una vez pasaba la cabeza del
animal. Eso en mi pueblo se llama VENTAJISMO. Calentó a los palmeros tras un
cambio de mano templado y con gusto, y por no fallar a su costumbre, se dejó un
toro de puerta grande por no coger la mano izquierda, la que tan poco usa
Manzanares. Buenos remates finales y estocada trasera y atravesada recibiendo
que le valieron una baratísima oreja, muy protestada por el respetable.
Con
el quinto estuvo miedoso y sin poder, resaltando los inútiles recursos que
tiene cuando no le sale un toro de su gusto, carrilero y bobo. Fue un animal
grandón, de 600 kilos de peso, que se movió y tuvo cierta casta. Desbordado y
sin saber que hacer quiso pegarle mantazos de uno en uno, nunca colocado.
Posteriormente quiso ligar varios, a trallazos, sin mandar por lo que el toro
llevó la cara a su aire, protestando y quedándose corto. La mano izquierda de
nuevo estuvo ausente. Fallo con la tizona y silencios.
Castella abrió la tarde con muy
mala suerte. Su primer toro, tras unos grandiosos pares de Javier Ambel
(soberbio toda la tarde) fue lastimado de la mano izquierda, viéndose obligado
el de Beziers a coger la espada tras un monumental enfado. El animal tras
blandear de salida se vino muy arriba en banderillas, con un estupendo tranco y
muestra de casta. Aún con la mano prácticamente rota siguió embistiendo con
transmisión y alegría. Una lástima. Estocada y silencio para ambos.
El
cuarto fue un precioso ejemplar de Victoriano, largo, con alzada y guapo de
cara. Muy regular en toda su lidia, sin gran acometividad, bajito de casta,
pero embestidor y noble hasta rabiar. Brindó al público Castella tras una brega
espectacular de Ambel y realizó su famoso pase cambiado por la espalda, ligado
con dos martinetes y uno de pecho que calentaron la plaza. Llegaron entonces
varios derechazos, desde fuera, algo en línea, pero despaciosos y con mano
baja. Cambio de mano a la izquierda, y ahora si buenos naturales, enroscados y
largos, templados y hasta el final. Le faltó transmitir muchísimo al toro, ya
que tanta nobleza en Madrid cuesta mucho, y más si el diestro que tiene delante
peca por momentos de vulgaridad y/o frialdad. Vi al francés entonado, más
templado que nunca, torero y sin exageraciones, pero le costó mucho poner lo
que no tenía el toro. Varios circulares ligados, arrimón y faena que concluía
con la sensación de haber sido correcta y limpia, que no rotunda. Estocada tirándose
en la rectitud y tras un descabello oreja con leves protestas. Para mi no era
de trofeo, aunque hubiese mayoría.
Y
esto fue más o menos lo que pasó en una más que entretenida tarde de toros, en
la que nadie creo que se aburriese. Antes de acabar recalcar de nuevo la falta
de recursos de las figuras hoy en día. Queda demostrado el miedo y terror que
les tienen a las ganaderías que se salen de lo domecq. Lo vimos con Talavante
el sábado y con la encerrona de Manzanares en Sevilla. Hoy aún siendo domecq a
Manzanares le ha costado un mundo poder y torear a ese quinto, y hasta no ha
cuajado a un animal de carril. Tampoco ha podido Talavante con el sexto ¿Qué
está pasando con ellos? ¿Conformismo? ¿Falta de figuras?
Apuntar
también la presencia policial en lo que se está convirtiendo una auténtica
vergüenza, las Puertas Grandes de Madrid. Ayer presencié de cerca una
lamentable escena, tratándonos como delincuentes, a golpes y empujones,
llevando corriendo al torero que miraba al cielo de Madrid dando gracias por
ese momento. Debemos regular eso y no hacer de una Puerta Grande un cordón
policial.
Mañana
rejones, por tanto: NO crónica. Nos vemos el domingo con la de Montealto. Os
recuerdo que reaparece Fernando Cruz con un cartel de “lujo” (ejem) Capea y
Chechu. Dios me salve!
Un
saludo
Borja
González
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