lunes, 16 de abril de 2012

GANÓ AMÉRICA (Crónica 4ª de feria . Sevilla 2012)



MALA CORRIDA DE CONDE DE LA MAZA. MAL PRESENTADA.

Feria de Abril 2012. Sevilla.

Cuarta de feria. Entrada: Más de media plaza.

Toros de Conde de la Maza para:

- Luis Bolivar: silencio y saludos desde el tercio.

- Salvador Cortés: saludos y silencio.

- Joselito Adame: saludos y OREJA.

Los toros de Conde de la Maza:

· Primero: “Milano” ( Feo, descastado y sin nada que sacar). SILENCIO

· Segundo: “Cocherito” (Noble y sin fuerzas. No se le picó en varas). SILENCIO

· Tercero: “Guasonero” (Muy manso y lastimado. Sospechoso) PITOS

· Cuarto: “Greñito” (Manso y encastado. Complicado) SILENCIO

· Quinto: “Greñoso” (Impresentable, descastado y vulgar. Pésimo animal) SILENCIO

· Sexto: “Puritito” (Manso y descastado. Noble y con poco fondo) SILENCIO

Se impuso América en el día de hoy. Dos nombres a tener en cuenta Joselito Adame y Luis Bolivar, ambos por encima de una mala corrida de Conde de la Corte.

Fueron los condesos toros mal presentados, bajos de trapío para Sevilla y para cualquier plaza de primera. Terciados, lavados de cara, alguno avacado, sin hechuras de toro de lidia… Me pregunto ¿No hay toros en el campo?

Mansearon de forma excesiva, llegaron con poco o nulo fondo a la muleta y escondieron o carecieron del picante que año tras año ha caracterizado a esta ganadería legendaria, cuyos pilares básicos siempre han sido la bravura y la casta.

Me gustó bastante Adame y mira que no era santo de mi devoción. Estuvo tranquilo y lidiador con el tercero y despacioso y hasta torero con el sexto. Variado de capote, quieto en la muleta, dando tiempos… buena tarde la del mexicano, que robó una oreja bastante justita de peso ante el sexto, tras una faena que fue a menos.

Antes Bolivar estaría aseado con el peor lote de la corrida, dejando una buena imagen de su tarde por la Maestranza. Podemos ver un nuevo Bolivar.

El peor plato se lo llevó Salvador Cortés, aburrido hasta decir basta, cansino en sus faenas, ventajista a más no poder y con un toreo populista que clama el cielo.

Asi transcurrió la tarde:

Primero de la tarde “Milano” nº 35 de 572 kilos. Negro bragado meano, fino de cabos, escurrido, alto y cariavacado (feas hechuras y poco trapío para Sevilla). Malos gestos de salida, saliendo suelto, parándose en el capote y tirando algún que otro tornillazo. Cojea de la mano izquierda y suenan las primeras protestas de la Maestranza, muy aisladas. Luis Miguel Leiro realizó un aseado tercio de varas, con un animal que se dejó pegar. En la muleta acudió a arreones, atendiendo bien a los cites secos de Bolivar, que siempre le ganó un paso para provocar la arrancada del bicho. Pésimo el condeso. Pinchazo y entera.

Segundo. “Cocherito” Nº 10 de 589 kg. Negro entrepelado, algo acapachado de cuerna, sin excesos y muy estrecho de sienes. Se deja en el capote de Salvador Cortés yendo largo y por bajo; el sevillano no llega a estirarse dejando lances sueltos. Viendo la nobleza extrema de este segundo el diestro optó por darle dos pinchazos en varas ante el silencio y nulas protestas de Sevilla ¿Este es el criterio de una plaza importante? Brindó el bichejo a Gabriel Rojas y comenzó sin pensárselo con la diestra, con el animal acostándose en las embestidas, con prontitud y mucha nobleza. Se abría mucho mejor por el natural, planeando, a buen ritmo y sin ningún defecto, solo había que cuidarle y mimarle. Salvador se situó muy fuera de sitio, sin obligar al bicho, llevándolo en línea para evitar caídas. Como era de esperar Cocherito duró dos tandas y todo se vino a menos. Nulo fondo del condeso. Media caída para terminar con el cornúpeta.

Tercero. “Guasonero” nº73 de 515 kg de peso. Cárdeno, bien hecho, más armónico que sus hermanos y muy astifino. Manseando muchísimo de salida, huyendo del capote del mexicano, que quiso pararle en los medios. Costó picarle por sus constantes huidas pero con paciencia y buen tacto Adame consiguió sujetarle para llevarle al peto. Brindó a su mozo de espadas y lo dio todo en el ruedo maestrante, para bien o para mal pero con disposición y ganas de triunfo. Tras una primera serie bastante buena por la diestra, encajada y de dominio el toro se resintió de “vete tu a saber qué” y terminó echándose, teniendo unas reacciones muy raras, sospechosas cuanto menos que huelen muy muy mal… Resintiendose en los pases por alto, en especial en los de pecho. Ahora… ¿fue una simple lesión muscular? Hizo guardia en la primera entrada con el estoque y dejó otra entera

“Greñito” nº 66 de 520 kilos fue el cuarto de la corrida. Un animal anovillado, mal presentado y fuera de tipo. Dejándose en el capote de Bolivar y manseando en el caballo, aunque se dejara pegar en las dos entradas a las que fue. El animal tuvo movilidad y fuerza, más que sus hermanos. Apretó en banderillas y llegó con transmisión a la muleta del colombiano. Tuvo mucho que torear, pidiendo estar en el sitio y en ocasiones poniendo a prueba al de luces, con varias coladas y miradas que supo aguantar el americano. Tardó en acoplarse, llegando lo mejor cuando atacó ganando el paso que pedía el toro. Quizás hubiera tenido más poder un poco más fuera del tercio y no tan metido a tablas. Estocada ligeramente caída para recibir ovación desde el tercio.

Quinto de la tarde. “Greñoso” nº 26 de 546 kg. Negro mulato, horrendo e impresentable para Sevilla. ¿No hay toros decentes para una plaza como Sevilla en el campo? Que barbaridad. Cinqueño largo y empleándose en varas, empujando aunque con la cara alta. Fue vulgar en toda su lidia, parándose en banderillas y llegando a la muleta sin decir absolutamente nada. Aburrimiento supremo cuando a esto le sumas un torero sin gracia, situado más allá del fuera de cacho, pegando pases y pases sin sentido alguno…¡que pestiño! Silencio para el sevillano tras un sartenazo impresentable.

Cerró la corrida “Puritito” Nº 22 de 540 kg. Negro de capa, más en tipo aunque de nuevo muy justo de presencia y fuerzas. Manseó en el caballo y se dejó en la buena lidia de Miguel Martín. Brindó al público tras un precioso quite por “lopecinas” y comenzó la faena por estatuarios. Firme el torero, callada la Maestranza y justito el toro. Tras varios pases de quietud llegó uno del desprecio que hizo rugir la plaza, algo estaba pasando. Llegaron entonces dos tandas potables al natural, muy templadas, da arriba abajo, como es el toreo, aunque algo descargadas (ya saben, modas) El tono de la faena bajó por el poco fondo del toro, que buscó la huida. Tras varios derechazos sueltos y unos naturales estéticos de frente dejó una estocada caída que le valió la oreja. Oreja de bajo peso en Sevilla, aunque viendo el panorama de esa plaza en la actualidad…

Mañana llega un día esperado, por lo menos para los “cuadriadictos” como yo. Esperemos que todo salga bien.

Un saludo

Borja Gonzalez.






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