En primer lugar pedir disculpas por el tiempo que ha estado el blog sin actualizar, ya que tanto mi compañero como yo, no hemos tenido tiempo suficiente para poder escribir.
Tras este comentario quería hablarles, o más bien preguntarles, sobre una cuestión que me aborda tras leer las camadas para 2011 de las distintas ganaderías.
La cuestión es la siguiente. A que aspira un ganadero lidiando 22 corridas de toros en una temporada? Tiene una fe ciega en sus ¡¡¡150!!! toros como para lidiarlos en las plazas? o por el contrario solo ve un producto más del voraz mercado el cual hay que vender si o si, más haya de todo el romanticismo de la fiesta?
Pues verán, yo pienso que en teoría, no tiene porque. Un ganadero puede tener una camada larga, cuidada, bonita, rematada y con un nivel de casta y bravura alto. Ahora bien la teoría para los libros, ya que en la práctica es bastante distinto.
La mayoría de estos ganaderos son un títere más en el teatro del cuento (si no su titiritero) normalmente en sus toros solo ve dinero, normalmente estos ganaderos son más propensos al afeitado, las fundas, a ser ganaderos-empresarios-apoderados... Normalmente las corridas suelen ser de todo menos de toros ,ahí tenemos a Juan Pedro, Garcigrande... que año tras año, petardo tras petardo las figuras las vuelven a pedir, al público lo vuelven a engañar y al aficionado lo siguen matando poco a poco. A mi parecer es una autentica barbaridad eso de tener 24 corridas en una camada. Se que esta gente tiene que comer de ello, pero donde quedan unos principios y un romanticismo sin el cual esto no existiría?
Por otra parte tenemos al ganadero honrado, exclusivamente ganadero, que tiene sus cuatro, cinco, seis corridas al año, bien cuidadas, preparadas, con reata y trapío. Este ganadero no suele ser ni apoderado, ni empresario, suele ser aficionado de verdad, casi siempre suele estar exiliado en Francia y alguna deja caer en plazas de relevante importancia en la geografía española, siempre exigiendo lo que valen sus toros y poniendo toda su alma en que estos embistan, tanto en la selección, el cuidado, la presentación, etc.
Por eso esta entrada va dedicada a esos ganaderos marginados, de encastes minoritarios, que cada vez lo tienen más difícil para seguir. A ellos que a veces les hacen tirar la toalla y a otros que nos hacen soñar en el tendido, hasta que nos damos de golpe contra la gran realidad.
Por dejarnos soñar ese breve momento que nos oxigena para tirar el resto de la temporada y por amar a ese animal tan fácil de decir y tan difícil de ver, el TORO
Esperamos su opinión.
J.R.B