BUENA ESTOCADA DE NAZARÉ AL TERCERO DE LA TARDE. DESIGUAL CORRIDA, POR DEBAJO DE LO ESPERADO.
Domingo de Ramos 2013.
Plaza de toros de Las
Ventas.
Toros de Torrestrella y
Torrealta (4º y 6º) para los diestros:
-
Diego Urdiales: silencio
tras aviso y silencio tras dos avisos.
-
Eduardo Gallo: saludos
tras aviso y saludos.
-
Antonio Nazaré: vuelta al
ruedo tras petición y silencio.
Entrada: Un tercio de
plaza.
Los
toros lidiados:
·
Primero.
“Veranito” (Falto de fuerzas y
casta. Geniudo y protestón) Silencio.
·
Segundo.
“Deslucido” (Encastado, con
movilidad y sin humillar) Palmas.
·
Tercero.
“Lirio” (Impresentable. Noble y de
corto recorrido por ambos pitones) Silencio.
·
Cuarto.
“Abatido” (Grandón y con movilidad.
Poco fondo en la muleta) Palmas.
·
Quinto.
“Leído” (Manso, sin fuerzas y
descastado) Silencio.
·
Sexto.
“Lapicero” (Descastado y deslucido) Silencio.
Por
fin llegó el día de volver a nuestra plaza. Atrás queda el invierno y los
domingos sin toros y ya si que si comienza toda una temporada de espectáculos
en Las Ventas. Añoraba ya el cargar con la almohadilla en el coche y dirigirme
a esa plaza que mucho da y mucho quita. Echaba de menos subir esas escaleras y
presenciar ese ambiente taurino que tanto me gusta y que otros no saben
valorar.
Por
ser el primer día llegué con tiempo, para ver de nuevo todo. Me dirigí a ver la
entrada de los toreros, a vislumbrar esas caras de pánico y compromiso que solo
esta plaza llega a conseguir. Subí a ver los corrales que tan vacíos están
ahora y que tan ajetreados se muestran en feria. Patio de caballos, de
arrastre, pasillos internos, tendidos, gradas, andanadas… un lujo para todo
aquel que se considere aficionado a este mundo.
La
tarde estaba rara, más frio de lo esperado y nubes negras amenazantes de lluvia
que a pesar de todo no censuraban esta primera de temporada. Y digan lo que
digan el tiempo hace y mucho a la hora de ir a ver una corrida de toros. Hoy se
notó a la gente fría, apagada… todo era raro.
Hasta
los toreros estuvieron helados, sin conseguir llegar a los tendidos, o ese fue
mi parecer, y no por falta de ganas. Quizá se esperaban más del encierro de don
Alvaro. Una corrida mal presentada, no por seriedad, sino por lo distinta y
fuera de tipo que pareció. Con genio más que raza, sin andar sobrados de
fuerzas y con ciertas posibilidades algunos en la franela, como el caso de
segundo, tercero y cuarto.
Si
hablamos de los de luces Urdiales no estuvo a la altura de otras tardes, quizás
por el molesto viento que azotaba la plaza. Dudó con su primero, un jabonero
astifino y bajo de agujas que mostró genio en la muleta, viniendo siempre por
dentro y poniendo en apuros por momentos al de Arnedo, que no llegó a estar
cómodo en la plaza. Varias coladas, más acentuadas por el pitón derecho,
hicieron que fuera a por la tizona. Tres pinchazos y dos descabellos le
hicieron falta.
El
cuarto en cambio tuvo posibilidades para hacer más pero Diego tardó (como
acostumbra) en acoplarse y tirar de él. Ya ha demostrado en otras tardes que es
un torero al que le cuesta cogerle el ritmo y el sitio al toro. Todos
recordamos faenas como ese toro de Carmen Segovia o el posterior de Samuel
Flores; tardes importantes en esta plaza en las que tardó en cuajar y en creérselo
él mismo. Algo parecido pasó con este remiendo de Torrealta, un tren de
mercancías de casi 650 kilos que salió arrollando y derribando en su primera
entrada al caballo. Poco le pegaron en varas y quizá lo acusase en la muleta,
acudiendo a los cites algo rebrincado y por dentro, acostándose y llevándose por
delante por sus tremendos lomos al pobre y chico de Urdiales. Destacó la buena
lidia que le propinó Victor Hugo (notable toda la tarde). Como ya he citado la
faena de muleta fue demasiado irregular y eso enfrió por completo al público
venteño. Las tandas no fueron limpias y siempre estuvo atropellado, algo que
suele pasar cuando pasa la cabeza pero no el cuerpo del toro. Urdiales
embarcaba la embestida de “Abatido” pero este se vencía y acababa llevándose al
de luces, ese error no supo corregirlo y por ello todo se quedó en nada. De
nuevo mal con la espada y dos avisos para el curriculum.
Gallo
me volvió a gustar en su primero, el mejor torrestrella con mucho de la tarde.
Un colorado con accidentes morfológicos tipicos de la casa, algo que se echó de
menos en el encierro que nos trajeron. Fue un animal claro de salida, que se
abrió en el capote y que fue siempre directo a donde le citaran. Alegría en
varas, aunque fue poco picado, y galope en banderillas. Se lo creyó entonces el
Gallo y se fue al tercio del 7 (donde menos ventolina hacía) para dar más de un
derechazo notable. Le costó meter al toro en la muleta ya que este no humilló
durante toda su lida. Fue un toro que acometió con todo pero que como buen “alburejo”
no llegó a humillar nunca. El charro anduvo seguro y firme, sin mover las
zapatillas, algo picotero, pero tirando bien del bicho. Por ponerle un “pero”
faltó algo de ajuste. Al natural es cierto que el viento molestó muchísimo, al
no llevar ayuda siempre quedó a merced del toro y no llegamos a ver grandes
cosas. Circulares finales que sobraron y fallo a espadas. Quizá pudimos ver aquí
la primera oreja de la temporada.
El
quinto fue un mal toro. Manso, flojo y protestón en las telas. Salió con fuelle
de chiqueros y huyó en varas. Con la muleta simple disposición del salmantino,
que vuelve a dejarnos buenas impresiones en Madrid.
Nazaré
tuvo la mala pata de sortear la cabra del encierro. Un animal avacado, sin
cuajo alguno, terciado y de nula presencia para una plaza como Madrid. Se
protestó muchísimo de salida y ya sabemos que en esta plaza si no gusta un toro…
difícil que te hagan caso en la muleta. Pues
dicho y hecho. Entre la presentación de “esa cosa” y el aguacero que caía en
esos instantes en la plaza, no se tuvo en cuenta la faena que algunos alaban a
Nazaré. Decir que no es santo de mi devoción el sevillano pero que tiene formas
y virtudes muy destacables. Hablan por los mentideros taurinos de la
sustitución del Cid en cuanto a la mano izquierda sevillana… permítanme que me
ría con todos mis respetos.
Antonio
estuvo con ganas toda la tarde, realizó quites siempre que pudo y mostró
disposición y ganas de querer agradar a Madrid. Su primera faena estuvo “cargada”
en la mano izquierda. Muletazos largos, de bello trazo pero desiguales todos
ellos. Tan pronto te cargaba la suerte y metía riñones como te retrasaba la
pierna y se tumbaba (a lo Julian) encima del toro. Defectos y virtudes que debe
pulir para llegar arriba. Es cierto que alargó muchísimo el viaje del animal,
que de salida mostró quedarse corto. Buena estocada y para mi correctísimo el
presidente al no conceder la oreja ya que no había petición mayoritaria.
Se
conformó con una vuelta al ruedo más que de sobra.
El
sexto fue un animalejo feo y cornidelantero de Torrealta que mostró malas
formas ya de salida. Manseó en el peto y recortó con el capote. Alargó demasiado
el sevillano ante este mulo y se le complicó la cosa a la hora de matar, saliéndose
de la suerte y no estando confiado.
En
conclusión mal empiece, algo aburrido por mi parte. Si empezamos con bailes de
corrales ya…no quiero ni imaginar lo que puede pasar. Me quedo con Gallo en su
segundo, sin dudarlo, aunque espero mucho más de él.
Esperemos
que en Resurrección podamos salir mejor de la plaza. Por lo menos que no
pasemos el frio que hizo en la tarde de ayer. ¿Pasará completa la de Peñajara?
Un
saludo
Borja
González.