jueves, 28 de mayo de 2015

EXCESOS DE UNA FAENA TRIUNFAL (Crónica 20ª de San Isidro 2015)




Puerta grande para Sebastián Castella y vuelta al ruedo para “Jabatillo” de Alcurrucén. Emoción y excesivos premios.



Madrid. Plaza de toros de Las Ventas.
Feria de San Isidro 2015. 20ª de feria.
Toros de Alcurrucén para los diestros:
-       Morante de la Puebla: silencio y pitos.
-       Julián López “El Juli”: silencio en ambos.
-       Sebastián Castella: DOS OREJAS y silencio. PUERTA GRANDE
Entrada: Lleno de “No hay billetes”

Los toros lidiados:
·         Primero. “Alcotán” Nº 154, ensabanado de 542 kilos (Pitos)
Manso, descastado y sin celo.
·         Segundo. “Peleón” Nº 36, negro de 564 kilos (Pitos)
Mal presentado, anovillado y descastado. Manso, sin picar y rebrincado.
·         Tercero. “Jabatillo” Nº 145, colorado de 525 kilos (VUELTA AL RUEDO)
Buen toro. Manso en varas, noble y codicioso en la embestida, encastado y con muchísimo fondo. Tremendo en el último tercio.
·         Cuarto. “Barberito” Nº 83, colorado de 553 kilos (Leves pitos)
Manso, descastado y noblón. Apenas pudimos verlo en el último tercio.
·         Quinto. “Limonero” Nº 167, colorado de 543 kilos (Silencio)
Justo de presencia, manso, flojo y descastado.
·         Sexto. “Flautista” Nº 16, colorado anteado de 536 kilos (Pitos)
El peor del encierro. Terriblemente manso, descastado y con la cara por las nubes.


Faena grande la de Sebastián Castella y toro enorme el de Alcurrucén, de nombre “Jabatillo” al que premiaron de forma excesiva con la vuelta al ruedo, como también fuera exagerada la segunda oreja a Le Coq, tras enterrar los aceros en los bajos, como así pasara la semana pasada ante el gran Lenguadito, de la ganadería del Torero.

Todo ello ocurrió en el ecuador de la tarde, tras el petardo continuado de Morante y los arreones de Julián al novillo que hizo segundo. Salió entonces Jabatillo para poner orden y dar categoría a la feria, porque regaló las embestidas más claras, humilladas y profundas de las tediosas veinte tardes que llevamos a los lomos. Humillado desde capote, suelto en los primeros tercios, sin cumplir en varas (ni por asomo) y acometiendo codicioso y alegre a la muleta templada y rastrera del francés, que puso la plaza boca abajo en un torerísimo y “personal” empiece en los medios. Cuando ya le gritaban el famoso “otra vez la misma Castella” se creció para reventar la plaza con numerosas trincherillas mandadas y encajadas por ambos pitones, con los tendidos puestos en pie buscando el remate final de la interminable, armónica y brutal tanda de inicio.

Entonces se encargó el francés de llevar largo, profundo y toreado al gran Jabatillo, con unos naturales estupendos en la segunda tanda, largos y encajados, obligando por bajo al animal, que no paró de embestir hasta el último momento. Bajó enteros la faena por la diestra, tirando más en línea del bicho, que seguía con el hocico surcando el ruedo venteño, y ganó de nuevo en un soberbio cambio de mano, enroscado y despacioso, que volvió a levantar a la parroquia.

Felices los tendidos y contento Sebastián, quien desplegó su mejor versión jamás vista en los últimos años. Lo anunciábamos en su anterior tarde, incluso en su faena al Juan Pedro de Sevilla, Castella estaba olvidándose de cercanías y arrimones, de populismo y aceleraciones. Sebastián realizó y cuajó al gran toro de los Lozano por ambos pitones, con más o menos gracia, con ligera o simple apatía, pero en ningún momento dudando en su obra. La pena o jugarreta vendría de nuevo con la espada, quedando baja y por tanto privando, si fueramos lo más mínimamente serios, de la segunda oreja. El palco se aceleró ante el fervor y contento de la gente y no tardó en asomar los dos moqueros blancos y el azul que otorgaba la vuelta al ruedo al tercero de los lozano, que no olvidemos manseó en varas y apenas fue picado en su segundo encuentro. Aún con esas enhorabuena por tan buen burel y por la emoción de esas sinceras arrancadas.

Supo el francés conducir la larguísima embestida del nuñez de adelante a atrás sin tocar, templado y mandado, e incluso con un gusto inusual en esos genuflexos y torerísimos muletazos por bajo en el cierre de faena. Un gusto será volver a verlo con los Adolfo, su gran cita de este San Isidro.

Con el cierraplaza apenas pudo mostrar disposición y querer. Animal manso como toda la corrida, que no humilló nunca y protestó punteando en los engaños del diestro. De nuevo el bajonazo hace que pensar en la voluntariedad de esas espadas.

Morante mostró el mismo respeto que voy a guardarle yo en estas líneas. Siguente.

Y Julián sigue queriendo buscar su transformación en Madrid. De nuevo vi ese querer erguirse más de la cuenta para agradar al aficionado protestón, y con ello los temibles latigazos de una muleta poderosa y de mano baja que no acaba de conseguir sin su retorcido habitual. Poco o nada se puede destacar de su tarde, solo recuerdo algún trallazo en el capote a su segundo por bajo y dos julipiés certeros y saltarines a ambos toros. En Beneficencia tendrá que apretar si no quiere pasar su año madrileño en blanco.

Y esto fue lo más destacado del cartel más clavelero de todo san Isidro, Gran entrada, ambientazo en los exteriores y pobre condición de los nuñez, que fueron salvados por un gran Jabatillo, premiado tras seis años con la vuelta al ruedo en Madrid, que no dejará indiferente a nadie.

Un saludo

Borja González.

martes, 19 de mayo de 2015

VERGONZOSO CAPRICHO (Crónica de la 12ª de San Isidro 2015)




Foto: Álvaro Marcos.

Interesante corrida de Alcurrucén, con un lote de Puerta Grande. Pésima dimensión de Capea.


Madrid. Plaza de toros de Las Ventas.
Feria de San Isidro. 12ª de feria. 19 de mayo.
Toros de Alcurrucén para los diestros:
·         Antonio Ferrera: silencio y silencio tras aviso.
·         Juan Bautista: silencio y vuelta al ruedo tras petición.
·         El Capea: silencio en ambos.
Entrada: Menos de tres cuartos.

Los toros de los Lozano fueron los siguientes:

·         Primero. “Amoroso” Nº 69, Colorado de 609 kilos (Palmas)
Guapo y hondo. Empuja en las dos varas. Exigente, con motor y mucho que tocar.
·         Segundo. “Palillo” Nº 200, Negro listón de 564 kilos (Ovación)
Justo de presentación, noble, con dos buenos pitones y mucho fondo.
·         Tercero. “Cumbre-Roja” Nº 30, Negro bragado meano calcetero de 534 kilos (Pitos)
Impresentable, terciado y flaco. Flojo, boyante y soso en su embestida.
·         Cuarto. “Arrogante” Nº 39, Negro listón chorreado de 573 kilos (Silencio)
Un tio. Manso, encastado y con humilladas embestidas en la muleta.
·         Quinto. “Peladito” Nº 15, Negro listón de 560 kilos (Palmas)
Justo de presentación. Manso, noble y a más en la muleta. Gran pitón izquierdo.
·         Sexto. “Guitarra” Nº 13, Negro listón chorreado de 552 kilos (Silencio)
Cuajado y encastado. Llegó con muchísima humillación y opciones a la muleta. Manso.


Me superó el cartel. He de admitir que la presencia del señor Capea en San Isidro fue la causa de mi no asistencia a la plaza en la decimosegunda de feria, y es que el cartel se las traía. El capricho de Taurodelta hizo que más de uno tuviera la oportunidad perfecta para regalar y quedar bien con el paisano de turno. Un Ferrera con tirón, un francés en horas bajas, y el acontecimiento mundial de la vuelta de Capeita Junior. Todo ello con el segundo encierro de los Lozano, tras el petardo en la tarde inaugural.

Pues bien, la corrida de Alcurrucén ha tenido su interés y triunfo. Un encierro desigual de presentación y condición, con un lote superior como el de Bautista, y cuatro toros para apostar y querer, que no es poco. Cierto es que la presentación no fue la adecuada para Madrid. ¿A qué se viene con tres corridas cuando no se tiene ganado? Esa es mi pregunta.

Abrió la corrida un colorado serio y hondo de la titular, que empujó en dos varas fuertes y largas. Protestó en la primera tras engancharse con el pesado estribo, pero empujó y romaneó metiendo al jaco en tablas. Llevó toreado al animal Ferrera en su clásico “quite” añejo sacándolo del peto, y pareó con riesgo y sin cuadrar en la cara en tres arrancadas importantes de “Amoroso”, que acometió con fuerza y poder en toda su lidia. Fue entonces cuando, en terrenos del 4, se dispuso siempre en corto y con alguna que otra duda a lidiar al bicho. Costoso en el embroque y poderoso por dentro logró convencer a Madrid, que tras una faena de altibajos optó por tocarle las palmas en el arrastre. Toro difícil y fuerte, con las complicaciones que todo toro de lidia debiera tener. El extremeño no pasó de aseado, a pesar de querer traernos los circulares populistas pasada la faena.

El segundo fue quizá el más claro de la corrida. Acapachada su cuerna, larga y algo agalgada su figura, y curiosamente no protestado de salida. Discreto en varas, algo flojo en sus salidas del peto, pero codicioso, humillador y a más en la muleta defensiva y lineal del francés, que nunca vio las condiciones del nuñez. Las constantes “despedidas” del muletazo no convencieron a los tendidos, que tomaron parte por el toro, y con razón.

El tercero, impresentable para cualquier plaza de primera, fue protestado ya de salida. Calcetero, recto de lomo y terciado por donde lo mirases. No peleó en el peto y mostró cierta flojera de los cuartos traseros. Capea, sin saber aún como se debe coger un capote, fue tremendamente respetado por la afición de Madrid, que no pasó de la ignorancia con el charro. ¡Como sería de obligado el trasteo que el resultado final pareció ser el de un toro venido arriba y un señor amargamente descompuesto en un ruedo! Silencio sepulcral.

La segunda parte se vino arriba en cuanto a presencia. A eso de las 8 y cuarto aparecía un galán por chiqueros, serio y ofensivo de cara y sin duda más rematado que sus hermanos. Manseó en los primeros tercios, pero llegó con su carácter y cierta largura a la muleta encimista y efectiva de Ferrera, que de nuevo estuvo más tremendista que ortodoxo con los palos. Dudó demasiado en el inicio de faena, dándose tarde cuenta de las condiciones, no exageradamente buenas, del animal. Algún muletazo meritorio suelto, de uno en uno, pero sin conseguir dejársela en la cara para asi ligar una tanda, algo que abría calentado la faena por la fuerte acometida del cornúpeta, que por el izquierdo mostró largura y humillación. Quizá nos pintó un toro más complicado e imposible de lo que me pareció ver. Humilde opinión. El bajonazo destrozó la posibilidad de palmas.

Y se cumplió por fin que no hay quinto malo. “Peladito” fue un buen toro, entipado y noble, de gran fondo y clase. Es cierto que manseó en los primeros tercios, pero como buen nuñez, y con el torero solo en el ruedo, fijó su mirada en la muleta del francés, más descansada y plana que de costumbre, para embestir por ambos pitones con largura y despaciosidad, siempre con ritmo y mucha profundidad. Bautista estuvo más personal que en su primero, y se desmayó en algún derechazo de encaje y compostura, con más acompañamiento que mando, y sin la rotundidad que mereció Peladito, que acabó con boca cerrada su lidia. Bajó el tono con la izquierda, y la faena cayó en picado. Eso valió, que tras buena estocada, no hubiera petición suficiente como para conceder un apéndice. Se le fue asi un lote de triunfo en la capital.

Y cerró la corrida un bonito y encastado alcurrucén de nombre “Guitarra”, de la familia como bien saben de los músicos. Bronco, poderoso y encelado por bajo en sus acometidas, sin cumplir en el peto, pero quedando muy por encima de su nulo oponente, que bien debe plantearse el volver a Madrid. Puso en aprietos a los subalternos en el tercio de banderillas, y quiso comerse la franela rastrera por el pitón izquierdo, sin batalla alguna, y con más tirones y recortes que mando y firmeza. Los cortos espacios y la falta de rigor empeoraron la condición del animal, que recibió un silencio en su arrastre. Ni hablar de la dimensión de Capea, que bien merece una reflexión.

Y esto fue lo acontecido en uno de los carteles más flojos de la feria. Un lote de Puerta Grande para Bautista, que deambula por los ruedos pidiendo el sitio que perdió hace años, un Ferrera más aseado que arrebatador, y un malísimo Capea, que no merece un solo puesto más en la plaza más importante del mundo.

Mañana tenemos la corrida de la prensa. Esperamos ver la versión más encastada y picante de los Jandilla. Miguel Abellán, Fandi y Escribano completan el “matillazo” de San Isidro 2015.

Un saludo

Borja González.

sábado, 16 de mayo de 2015

¡ Y VAN SIETE ! (Crónica 8ª de San Isidro 2015)



 Foto: Alvaro Marcos


Nueva oreja protestada para Miguel Abellán. Corrida decepcionante de Parladé


Madrid. Plaza de toros de Las Ventas.
8ª de feria de San Isidro 2015. 15 de Mayo
Toros de Parladé para los diestros:
Miguel Abellán: oreja protestada y división.
Miguel Ángel Perera: palmas tras aviso y silencio tras aviso.
Iván Fandiño: silencio y saludos tras petición y dos avisos.

Entrada: Lleno de “No hay billetes”

Nota:
Fuerte ovación para Máximo García Padrós en el brindis de Miguel Abellán.
Irregular el criterio de Javier Cano en la presidencia, concediendo una oreja de petición rigurosa a Miguel Abellán y aguantando como un jabato la petición en el sexto de la tarde.


Los toros lidiados en el día del patrón fueron los siguientes:

·          Primero. “Facilón” Nº 37, Castaño de 527 kilos (Palmas)
             Bien presentado, noble y embestidor. Algo parado.
·         Segundo. “Triguero” Nº 106, Castaño de 590 kilos (Silencio)
       Poco picado, suavón y falto de casta. Llego aburrido a la muleta.
·         Tercero. “Fisgador” Nº 102, Colorado de 515 kilos (Silencio)
Corto y algo escurrido. Noble, sin picar y a la defensiva. Descastado.
·         Cuarto. “Fanfarrio” nº 77, Negro listón bragado axiblanco de 605 kilos (Ovación)
Más hondo y alto que sus hermanos. Noble, boyante y justo de casta.
·         Quinto. “Histrión” Nº 18, Colorado de 590 kilos (Silencio)
Alto, cuajado y falto de casta. Manseó y no humilló en la muleta
·         Sexto. “Jirivilla” Nº 26, Negro listón bragado de 580 kilos (Ovación)
Muy bien presentado, encastado e importante en sus embestidas. Noble.

Continúan las rebajas en la capital del toreo. El cetro venteño sigue bajando el nivel de la feria a marchas forzadas, sin freno alguno, y ante la sorpresa y protestas de un mínimo sector, que vuelve a ser vapuleado y criticado por la gran mayoría de periodistas y turistas que hacen de las Ventas un punto fijo de su ruta taurina.

Hoy de nuevo se ha repetido la historia. Disposicón, ganas, tres muletazos sueltos y buenos, estocada arriba y oreja para sorpresa de muchos tras petición no mayoritaria de los tendidos. Abellán se alzaba asi con la séptima oreja de una feria que apunta números altos, porque parece ser que lo único que importa llegado el día 7 de junio es tener el mayor número de trofeos en las estadísticas, sean o no despojos pedidos por un sector populista y festivalero.
¿Dónde narices han quedado las famosas y conseguidas vueltas al ruedo de Madrid? ¿Dónde está ese premio que para muchos era considerado hasta más importante que una simple oreja? ¿Dónde señor? Preocupa que en una semana hayamos visto SIETE orejas y cinco de ellas hayan sido fuertemente protestadas. Y mi pregunta es ¿Acaso alguien se acuerda de algún pasaje de ellas?

Y a Dios gracias que la faena al cuarto cayó por su propio peso, tras los peores pasajes que recuerdo al madrileño en Madrid. Ventajista a más no poder, periférico y distante, pasándose al toro lejos, muy lejos, y rematando las tandas con horrendos pases de pecho, con el culo para las afueras y el brazo extensible, para buscar la largura, que no la profundidad del muletazo. ¡Qué manía han cogido!

Una faena que causó la división más fuerte de este san Isidro, con los tendidos partidos en su totalidad. Por un lado los que le importa poco cómo y por donde se pase al toro. Por otro lado los que pedimos una mínima verdad en esto del toreo. Porque a todos nos han enseñado que al toro hay que fajárselo y rematarlo detrás de la cadera, con naturalidad y elegancia, verticalidad y cadencia. Si eso es lo que han visto a Miguel Abellán apagamos, cerramos el chiringuito y nos vamos cada uno a nuestra casa. Y que no me pongan la excusa del viento, que hoy molestó en exceso. Las formas de colocación y la pureza no deben esconderse por mucho vendaval que hubiera.

Y nos jode, porque en su primero si vimos al Abellán que todos queremos. Porque es un torero capaz de torear bien, pero llega el momento de ligar y nos volvemos todos locos, olvidándonos de los principios básicos del toreo. Sitio, medio pecho, mando, verticalidad y encaje. Tres naturales mandados, rematados detrás de la cadera, donde se rompen los lomos y donde de verdad ruge Madrid. Tres hicieron falta, más una estocada efectiva, para llevarse la oreja protestada de la tarde. Toda una constante. Pero que me den mil veces a este Abellán y no al del cuarto.

Perera volvía a Madrid tras ser declarado máximo triunfador del pasado ciclo de san Isidro. Lo hacía en su primera de las tres comparecencias que tiene para este año. Y las cosas no pudieron acabar peor. Dos bajonazos en sus reseñas y apenas unas palmas de consuelo al terminar con su primero, un castaño desfondado y boyante que no acabó de animar a la parroquia. Toreo pausado, descargado y perfilero del extremeño, que apenas se dejó enganchar, tirando de temple y veteranía. La tarde no pasará a la historia de Miguel.

Fandiño casi llega a reencontrarse con su plaza en el sexto de la tarde, un serio y precioso veleto de Parladé, recibido como a su anterior toro a porta gayola. Llegaron a pedir la oreja al de Orduña, aunque ahora si Javier Cano anduvo en su sitio, y no atendiendo a la petición minoritaria de los asistentes se negó a sacar el moquero. Faena intensa en sus inicios, con dos tandas mandonas y de mano baja por la mano derecha, tragando las miradas y con la pata adelante en el primer cite. Bajó el tono con el izquierdo, por descompuesta y afeada la tanda, y subió de nuevo por unas ceñidísimas y arriesgadas bernadinas. El pinchazo con voltereta incluida y el posterior estoconazo, entrando por derecho, dejaron el buen sabor de boca en la afición madrileña.

No fue asi en el tercero de la tarde, un colorado bajo y apretado de carnes de la ganadería de Parladé. Toro que fue poco picado, y que llegó a la muleta con sosería y poca importancia. Las cansinas arrancadas de Fisgador no atisbaron las emociones y disposición del vasco, que no acabó de sentirse delante de la cara del toro.
Por cierto, que la corrida de Parladé fue toda una decepción. Bien presentada y comida, poco picada en varas y simplona en la muleta. Destacaron primero, cuarto y sexto por nobleza y posibilidades en el último tercio. Los tres aplaudidos en el arrastre. Ni punto de comparación con la pasada y triunfadora de 2014 vaya.

Esto fue todo lo que ocurrió el día de San Isidro. Mañana toca descanso con la corrida de rejones y el domingo vuelve una de las ganaderías en mejor momento de la actualidad, el Montecillo. Esperando que de el juego del año pasado.

Por último destacar el bonito gesto de Miguel Abellán al Doctor Padrós, que recibió la ovación más cerrada de la tarde en el brindis de su primer toro. Gracias Máximo!

#FuerzaFortes

Un saludo
Borja González


jueves, 14 de mayo de 2015

UN AUTÉNTICO MILAGRO! (Crónica 7ª de San Isidro 2015)



 foto: Alvaro Marcos.


Espeluznante cornada en el cuello a Jiménez Fortes con media Puerta Grande abierta.

Madrid. Plaza de toros de Las Ventas.
7ª de San Isidro 2015. 14 de mayo.
Toros de Salvador Domecq y Fidel San Román (1º) para los diestros:
-       Uceda Leal: silencio, pitos tras aviso y silencio en el que mató por Fortes.
-       Diego Silveti: silencio y silencio tras aviso.
-       Jiménez Fortes: oreja tras aviso. Herido por el sexto.
Entrada: Tres cuartos.

Los toros lidiados en la séptima de feria, de Salvador Domecq:
·         Primero. De Fidel San Román. “Marqués” Nº 30, negro de 510 kilos. (Pitos)
Bien presentado. Terriblemente manso y descastado. Se apagó por completo.
·         Segundo. “Malecón” Nº 16, negro listón salpicado de 590 kilos. (Silencio)
Basto y grandón. Manso, desclasado y bruto en sus embestidas.
·         Tercero. “Alondro” Nº 62, castaño de 533 kilos (Palmas)
Impresentable, terciado y avacado. Flojo y con movilidad en el último tercio.
·         Cuarto. “Fucsia” Nº 41, castaño de 580 kilos (Silencio)
Feo, grande y mal presentado. Sin picar, manso y descastado.
·         Quinto. “Ganador” Nº 3, Colorado de 590 kilos (Silencio)
Tremendamente feo y mal presentado. Manso, descastado y aburrido.
·         Sexto. “Droguero” Nº 32, Colorado chorreado de 640 kilos (Silencio)
Grandón y destartalado. Noble y descastado.


Auténtico milagro el que hemos presenciado en la séptima de feria y que gracias a Dios, y al santo Padrós podemos contar a estas horas de la noche. Todo ocurría en el sexto de la tarde, un grandón y destartalado toro de Salvador Domecq, que infería una cornada terrorífica en el mismo cuello al malagueño Saul Jimenez Fortes, con orificio de entrada y salida. El pánico se apoderaba a eso de las nueve de la noche de los más de 17000 espectadores que hoy cubrían los tendidos de Las Ventas, quienes por momentos pensaron lo peor.

El bicho cazaba a Fortes y una vez en el suelo se ensañaba con excesiva mala fortuna, atravesando el cuello del jovencísimo torero, que no sale de Málaga para meterse en Malagón. Las prisas y carreras a enfermería vaticinaban la gravedad del asunto, y la mancha de sangre hacía más que preocupante la situación de la tarde. Por suerte parece que la cosa ha ido a menos y la estabilidad del torero no corre peligro. Desde este portal mandamos toda la fuerza del mundo a Saúl, y la máxima de las felicitaciones por su compromiso y entrega a la fiesta.

Porque sin duda estaba realizando su tarde más importante en Madrid, por serenidad, aplomo y encaje. La evolución invernal era toda una realidad, y el aficionado pudo apreciarla en la faena a su primero, del que logró cortar una oreja. Compromiso demostrado desde el minuto cero, cuando se iba directo a porta gayola, y que terminaría de camino a la enfermería.
Temple, mano baja, postura y compostura. Faena de hombría y concepto, ante una birria de nombre “Alondro”, tan inválido como cariavacado, pero suelto y desententido cuando no le dejaban la muleta en el hocico. Todo en un palmo de terreno, con los muslos por delante, y con la media distancia que tanto se le echaba en falta en su anterior y tremendista etapa.
Y es que en su primer toro Fortes se puso, mandó y acojonó. Espectaculares y arriesgadas las manoletinas finales, que calentaron por completo la plaza. La estocada arriba le valió una oreja sin protestas. Quizá aceptable con respecto al bajo listón de la feria.

La corrida de Salvador Domecq, que volvía a Madrid tras muchos años de ausencia, no superó las bajas expectativas con las que venía. Desde el apartado no eran buenas las noticias que llegaban. Corrida tremendamente escalonada y mal presentada, con caras feas y abiertas, más propias de “bous al carrer” que de una corrida de toros en el mismísimo ciclo de San Isidro, donde debería llegar lo mejor del campo bravo. No sólo no paso entera sino que también resultó tremendamente catastrófica en cuanto a juego. Mansa, desfondada y totalmente descastada.   

Uceda Leal abría el cartel, enfundado en un precioso vestido de torear, y con el compromiso de borrar la mala imagen dada en la pasada temporada. Si buena fue su primera estocada, bochornoso fue el manejo con los aceros en su segundo turno, con un desastroso uso del verduguillo, que le valió los pitos de la grada. Sus faenas tuvieron nulo oponente, y la veteranía y clasicismo que atesora fueron suficientes para situarlo por encima de sus dos toros.

Silveti tuvo el carácter suficiente como para dar la cara en Madrid, sin importarle lo más mínimo el costurón que llevaba en la pierna derecha, recibida hace pocos días en la plaza mexicana de Aguascalientes. Pero la disposición no es todo en este mundo del toro, y cuando las carencias se imponen a las ganas el progreso puede verse terriblemente afectado. Porque el mexicano sigue sin el poder necesario para triunfar con el toro español, y eso que en estos años que corren los toros salen más podidos que nunca de chiqueros. Las embestidas se anticipan a su muleta retrasada y en cuanto un toro se le mete más de la cuenta lo pasa verdaderamente mal. Algo que hemos podido ver con el burraco segundo, que tuvo la virtud de ir a más en el último tercio, quizá ocasionado por el poco mando del hidrocálido. Menos opciones tuvo ante el soso y aburrido quinto, estercolero de presencia y casta.

Y esto fue todo lo acontecido en el día antes del patrón. Una tarde apática y calurosa, que quedó petrificada por esa horrible cogida, cuando la faena comenzaba a coger altos vuelos. La línea delgada entre el triunfo y la tragedia, entre la vida y la muerte. Esa mínima distancia que separa la gloria del abismo, y por la que tantas veces ha pasado Fortes. Torero castigado por los toros, discutido por su irracional valor, y consagrado por los aficionados. Porque hoy Saul ha engrandecido un poco más la cruel y dolorosa realidad de la tauromaquia. Porque a nadie se le puede olvidar, que los toros matan.

Parte médico
“Dos heridas por asta de toros, una en región cervical derecha con trayectoria ascendente y hacia dentro de 15 cm, que bordea la glándula tiroide y esófago, que contusiona la vena yugular y la arteria carótida y llega a la fascia prevertebral. La otra en región submandibular izquierda de 10 cm que bordea parótida y lesiona musculo esternocleidomastoideo. Es intervenido quirúrgicamente en la enfermería de la plaza de toros pasando a la clínica san Francisco de Asís a cargo de la Fraternidad. Pronóstico: Muy grave. Firmado Dr García Padrós.”

#FuerzaFortes

Un saludo
Borja González




domingo, 3 de mayo de 2015

UN REGALO ENVENENADO (Crónica 3 de Mayo 2015 . Las Ventas)





Foto: Álvaro Marcos

Pésima corrida de Carriquiri. Cornada al confirmante Leonardo San Sebastián, que no estuvo a la altura.

Madrid. Plaza de toros de Las Ventas.
Tercera de la miniferia de la Comunidad de Madrid. 3 de Mayo de 2015.
Toros de Carriquiri para los diestros:
·         Curro Díaz: saludos con leves protestas, saludos y silencio en el que mató por Leonardo (sexto de la tarde)
·         Sergio Aguilar: silencio tras aviso y saludos.
·         Leonardo San Sebastián (confirmación) : silencio y herido en el sexto.
Entrada: Más de un cuarto de plaza.

Nota:
-       Leonardo San Sebastián confirmó su alternativa seis años después con el toro “Jaboncillo I”, Nº 30, de la ganadería de Carriquiri.
-       Corrida a la que apenas se ha pegado en varas. Simulación total.

Los toros de Doña María Briones fueron los siguientes:
·         Primero. “Jaboncillo I”, Nº 30, Negro listón chorreado de 545 kilos (Silencio)
Manso, sin emplearse y con bondad en la muleta. Apenas le pudimos ver por la incompetencia de su matador.
·         Segundo.  “Jabatón”, Nº 34, Negro listón de 578 kilos (Silencio)
Manso, inválido y descastado. Debió ser devuelto por falta de fuerzas.
·         Tercero. “Mirasoles” Nº 43, Negro listón chorreado de 520 kilos (Pitos)
Manso y malo como el solo. Sin picar, orientado y con guasa.
·         Cuarto. “Jaboncillo II” Nº 43, Colorado de 567 kilos (Pitos)
Manso, poco picado en varas, sin fondo y de nula casta. Acabó parado.
·         Quinto. “Flamenco” Nº 37, negro chorreado de 596 kilos (Silencio)
Leves protestas por su cerrada cornamenta. Manso, suavón y sin chispa. Aburrió y se paró demasiado pronto.
·         Sexto. “Rompedor” Nº 1, Berrendo en colorado de 570 kilos (Silencio)
Manso y sin picar, con más transmisión y viveza que sus hermanos.


Leonardo San Sebastián, guipuzcoano de treinta y cinco años, e hijo, por mucho que quieran ocultar, del presidente vasco Justo Polo. Hijo legítimo que, tras seis años de alternativa, y con el impresionante bagaje de dos festejos en 2014, quiso presentarse, por vete a saber que méritos, en la plaza más importante del mundo, en la que sale el toro serio, en puntas, y donde exigen la preparación necesaria que merece un coso y una afición de tal categoría.

El enchufe y los intereses estaban más que conocidos, y su imagen y tauromaquia era toda una sorpresa para los pocos aficionados que hoy, tras la tremebunda tarde del 2 de mayo, aparecíamos por los aledaños del barrio madrileño de Ventas. Y es que, para sorpresa de muchos, esta confirmación ya se conocía desde ¡Septiembre del año pasado! ¿En qué cabeza cabe?

Para tal cita se anunció una corrida de Carriquiri, de encaste nuñez, y de no muy buen bagaje en Madrid en los últimos años. Corrida bien comida, desigual de alturas y hechuras, y totalmente descastada. Vacía en contenido y de poco fuelle en la muleta, dónde acabaron defendiéndose y parándose en su totalidad. Ninguno acabó rompiendo en la franela a pesar de que Curro y Sergio estuvieron la mar de bien con ellos.

El de Linares, Curro Díaz, se sintió ya de salida con el segundo de la tarde, con dos verónicas despaciosas y llevadas, al igual que en ese empiece tan torero que acostumbra, de empaque y categoría, con un derechazo superior y encajado que sintió la plaza. La falta de casta y la constante defensa de Jabatón impidieron que la faena cogiera vuelos, con las fuerzas mínimas para mantenerse en pie. Los saludos desde el tercio fueron más que consentidos.

Con el cuarto, un hondo colorado de apodo “Jaboncillo II”, nos regaló tres naturales de la marca “Curro”. Cargando la suerte, despaciosos y rematados detrás de la cadera. Una lástima que el toro careciera de motor y casta, porque esos dos obligados acabaron por destrozarle y pararse. Ovación, ahora si, unánime tras una gran estocada.

Sergio Aguilar está para volver donde merece. Una sola corrida en 2014 muestra la injusticia de este mundo taurino, lleno de chusma e intereses personales. Porque si alguien merece estar en las principales ferias es el madrileño. Concepto PURO, sin tremendismos ni gilipolleces, seriedad y compromiso, entrega y una mano izquierda para dibujar muletazos de puerta grande. Trazo largo, hondura y templanza, que hoy apenas pudimos vislumbrar, debido al nulo juego de sus dos toros.
Tremenda la cogida, sin consecuencias, de su primero. Un manso orientado, descastado y avispado, que a punto estuvo de cornearle cuando, desde los medios, y con un viento del copón, se disponía a muletear y mandar sobre las embestidas del manso. Una pena que el toro acabara orientado y rajado ante la perseverancia y carácter del siempre frio Aguilar.
Buenas formas con el abrochado y grandón quinto, de noble y descompuesta embestida. Y de nuevo se repitió la historia. Toreo poderoso, de mano baja y obligado recorrido, y nulo consentimiento del burel, que falto de casta no lograba llegar al final del muletazo sin derrotar y pararse. Y es que la corrida no permitió el toreo puro, por falta de bravura y casta.
Muchas ganas de volver a verlo, porque esa mano izquierda debe tener sus oportunidades, al igual que tienen muchos otros sin capacidades ni virtudes para llegar a ser grandes en este mundo tan complicado de entender.

El confirmante Leonardo San Sebastián acabó en enfermería tras un tropiezo en terrenos de chiqueros con el mansurrón y precioso berrendo sorteado en sexto lugar. El animal, hacia querencia, embistió con saña infiriéndole una profunda cornada en el muslo derecho, por lo que no pudo matar su segundo toro en Madrid.
Anteriormente vimos un auténtico desastre con el primero, sin el sitio y el mando que todo torero debería conocer o saber. Descompuesto y tirante con el capote y sin clavar los pies en la muleta, totalmente fuera de sitio y descomponiendo las embestidas del animal, que a Dios gracias no le puso en aprietos en ningún momento. La paciencia del público comenzó a agotarse a medida que la tarde avanzaba. La actitud no era la adecuada, y la falta de ganas cansó a más de un espectador, que recriminó con justicia el puesto ocupado, de forma injustificada por el veterano donostiarra. ¿A quién debemos culpar de este terrible desastre? ¿Acaso no se debe venir preparado y toreado a Madrid?

Y a todo esto Nazaré, Cortés, Garrido, Jimenez, Ortega, Fernando Adrián, Juan Leal, Damián Castaño… y un largo etcétera, esperando en casa a que les llegue su oportunidad, la que no mereció Leonardo, simplemente por ser hijo de quien es.
 ¡Hasta dónde hemos llegado!

Esto fue el cierre de la más que interesante miniferia de la Comunidad, que deja como huella la tarde del 2 de mayo, y esa doble puerta Grande que más de uno hoy seguía recordando en los tendidos. Esta es la grandeza y verdad de la fiesta, y por eso tardes como la del sábado toman grandeza e importancia.


Un saludo
Borja González


Parte médico de Leonardo San Sebastián

“Herida por asta de toro en tercio superior cara posterior del muslo derecho, con dos trayectorias, una descendente de 25 cm, que produce destrozos en músculos isquiotibiales y contunde nervio ciático, y otra ascendente de 15 cm que alcanza isquion. Puntazo corrido en tercio medio cara interna muslo derecho. Contusiones costales derechas. Es intervenido quirúrgicamente en la enfermería de la plaza de toros siendo trasladado al hospital San Francisco de Asís a cargo de la Fraternidad. Pronóstico grave. Fdo: Dr García Padrós

REVOLUCIÓN DE TOREO EN EL 2 DE MAYO




 Foto: Álvaro Marcos.

Faenón de Morenito de Aranda que desoreja al quinto. Puerta Grande para López Simón que cae herido. Ángel Teruel herido en su primero.



Madrid. Plaza de toros de las Ventas.
Corrida Goyesca del 2 de Mayo de 2015
Toros de Montealto para los diestros:
·         Morenito de Aranda: saludos tras aviso, silencio en el que mató por Teruel, DOS OREJAS y saludos desde el tercio. PUERTA GRANDE
·         Ángel Teruel: herido por su primer toro.
·         López Simón: oreja tras aviso y oreja tras aviso. PUERTA GRANDE
Entrada: menos de media plaza.

NOTAS:
Saludó tras parear Luis Carlos Aranda, a pesar de no reunir sus pares.
Saludos exagerados e inmerecidos del mayoral de Montealto al finalizar la corrida. Para nada meritorios. Corrida mansa e incompleta por muy interesante que resultara.

Los toros de Montealto:
·         Primero. “Barrabás” Nº 21 Colorado de 616 kilos ( Leve división)
Enorme y destartalado. Descastado, manso y con poco fondo.
·         Segundo. “Bordador” Nº 55 Castaño de 551 kilos (Silencio)
Manso, con transmisión y orientado por ambos pitones.
·         Tercero. “Durmiente” Nº 49, Colorado de 533 kilos (Ovación)
Manso, encastado y con fondo. Humilló y repitió en la muleta. Ahogado.
·         Cuarto. (Sorteado el 6º) “Lentejuelo”, Nº 65, Castaño de 620 kilos (Palmas)
Grandón y pasado de kilos. Noble y embestidor.
·         Quinto. (Sorteado el 4º ) “Frutero” Nº 58, Castaño de 524 kilos (Ovación)
Manso, encastado y bueno para la muleta. Alegre y pronto por ambos pitones. Sin picar en el segundo encuentro.
·         Sexto. (Sorteado el 5º) “Veraniego” Nº 31 Negro listón salpicado de 598 kilos (Palmas)
Manso, sin entrega y a menos en la muleta. No acabó de romper.

Somos realmente imbéciles si pensamos que no hay toreros capaces de levantar este mundo monótono y repetitivo en el que estamos convirtiendo la tauromaquia. Pasen y vean la tarde del 2 de mayo, pura emoción de cabo a rabo, donde nadie se ha aburrido lo más mínimo. Que tarde más interesante y que grandeza la de esos tres hombres, que en su medida, y salvando las distancias, han glorificado la figura del TORERO.

Y faena para la historia. De las que nunca olvidas, o por lo menos es la sensación que tengo al abandonar la plaza, cuando entre amigos y aficionados recuerdas uno por uno los muletazos enroscados y templados que Morenito de Aranda nos ha regalado. Y te vienes arriba cuando cierras los ojos y recuerdas ese derechazo interminable y rematado que a mitad de faena le enjaretó al bueno de Frutero, toro que regaló embestidas encastadas y alegres al bueno de Burgos.

Faena de dos pelonas indiscutibles, por verdad y enjundia, maestría y rotundidad, refrendadas con una espada algo desprendida quizás. Torero en el empiece por desprecios, mandón en los cites por la diestra, de poder a poder, y con la generosidad de dar metros al toro. Qué importante y que poco valorado está el citar desde las lejanías, adelantando los muslos y dejándote casi arrollar por el animal de más de media tonelada. Y Jesús lo hizo, en numerosas ocasiones, cargando la suerte, embarcando y quedándose en el sitio para ligar con el siguiente. Sumen a todo esto los rematadísimos pases de pecho, al hombro contrario y obligando al cornúpeta a girar sobre su eje. Fantástico. Llegaría entonces el derechazo eterno, y después el cierre artista, componiendo y cerrando al bicho de la forma más torera posible, con trincheras y el de pecho. Estocada arriba y rotunda Puerta Grande en Madrid.

Y es que la tarde de Morenito fue muy completa, porque ya le vimos tremendamente bien con el mulo primero, de 616 kilos, soso y aburrido. Ejecutó a la perfección la faena, en el sitio y con mando en todo momento, sabiendo la distancia que requería Barrabás, que en ocasiones cruzó la mirada en busca del diestro. Concepto puro y recompensa de Las Ventas, que como acostumbra últimamente tuvo demasiados invitados a la fiesta.

Y el peor enemigo que tuvo Lopez Simón aparte de sus toros fue la rotundidad en el toreo de Morenito. Si no llegamos a ver esa faena en estos momentos estaríamos hablando sin parar del madrileño, que con casta y cojones, muchos cojones, arrancó una oreja de cada uno de sus toros. Porque el toreo mueve emociones, y la imagen de ese tio con el muslo partido y con una cojera preocupante pidiendo la salida de su segundo toro fue cuanto menos conmovedora. Fuera de juicios y orejas, justicia o regalo, la tarde de López Simón ha sido para enmarcar y recompensar. Y no solo fueron volteretas y dramas, también toreó con ceñimiento y verticalidad al buen tercero, de repetida y humillada embestida. Muy torero en su inicio a los medios, genuflexo y templado, y elegante en sus dos primeras tandas de derechazos, de gran calado en el tendido. Comenzó a vislumbrar el triunfo antes de tiempo, y se atacó de tal manera que frenó al toro, sin dar pausa entre tanda y tanda, y quedándose algo encimista a partir del segundo cite por ambos pitones. No fue rotunda la faena, que decayó entre tantos enganchones al final de la misma. La cogida vendría en la suerte suprema, cayendo en la cara del toro y corneándole por el muslo izquierdo de malas formas. La hombría y afán de superación con la muerte encastada del toro acabaron por calentar los tendidos, que pidieron de forma mayoritaria la oreja.

Parecía increíble que pudiera permanecer más segundos en el ruedo, pero ante el asombro de todos y la disconformidad de muchos, tiró para delante y, cambiando el orden de salida, optó por enfrentarse al segundo de su lote, un enorme y castaño Montealto, de noble y boyante embestida. Aún dolorido y lastimado quiso gustarse con el capote, y sin pensárselo empezó por estaturarios su faena, que tuvo más emoción que contenido. Meritorias todas y cada una de las fases del trasteo, siempre condicionado por el estado físico de Alberto, que nunca se miró los muslos. Varios derechazos meritorios y un estoconazo hasta la bola, que hicieron que Justo Polo sacara el pañuelo ante la avalancha de moqueros que invadían los tendidos. Puerta Grande y camino a enfermería.

La suerte no cayó en manos de Ángel Teruel, que estaba firmando sin duda su mejor actuación en Madrid, ante un complicado y mirón toro de Agustín Montes. Fácil en las chicuelinas al primero y siempre muy meticuloso en sus formas, dando el medio pecho y ganando el paso que requería el animal. Cogida que llegó cuando la faena comenzaba a apuntar alto, sobre el pitón izquierdo y con una de tantas coladas que dio este Bordador, certero y preciso.

Estos dos percances hicieron que Morenito tuviera que estoquear hasta cuatro toros. Acabó fácil con el segundo y tuvo buenos pasajes con el cierraplaza, aunque todos seguíamos pensando en esa faena al quinto, que difícilmente se iba del ambiente.

En el aspecto ganadero apuntar la variedad y el interés de todos los toros, que no doblaron ni una sola mano y que llevaron la emoción, transmisión y peligro, que todo toro de lidia debe tener. Mansearon en líneas generales y llegaron a la muleta con alegría, prontitud y ciertas complicaciones. Tercero y quinto fueron toros de importantes embestidas. Bravo, ninguno.

Se abría así tras 24 años la Puerta Grande para dos matadores en una misma tarde. Una pena que la foto no ratifique el premio conseguido por Alberto López Simón, al que seguro y a pesar de la herida, le va a costar olvidar el 2 de Mayo de 2015.


Un saludo
Borja González



Partes médicos.

Parte médico de Ángel Teruel: Herida por asta de toro en tercio proximal cara anterior muslo izquierdo, con una trayectoria de 20 centrímetros, que contusiona paquete femoral y produce destrozos en músculos aductores, con orificio de salida bajo espina ilíaca antero-superior izquierda. Es intervenido quirúrgicamente en la enfermería de la plaza de toros. Trasladado al hospital San Francisco de Asís a cargo de la Fraternidad. Fdo. Dr. García Padrós.
Parte médico de López Simón: Herida por asta de toro en tercio inferior cara posterior muslo derecho con dos trayectorias, una descendente de 10 centímetros, que alcanza hasta cara posterior de rodilla contusionando paquete vásculo nervioso poplíteo, y otra ascendente de 25 centímetros que produce destrozos en músculo isquiotibiales y contusiona nervio ciático. Es intervenido quirúrgicamente en la enfermería de la plaza de toros siendo trasladado al hospital San Francisco de Asís a cargo de la Fraternidad. Pronóstico grave que le impide continuar la lidia. Fdo. Dr. García Padrós.