Tercera semana de feria. La Puerta Grande de
Madrid se abrió por partida doble el viernes 25 de mayo. Hubo que esperar 18
días para salir en hombros por la calle Alcalá. Siempre hablando de los hombres
de a pie, claro está. Y no crean que fue un acontecimiento histórico, por mucho
que lo quieran contar. Una doble Puerta Grande triunfalista ante una corrida
pasada por agua, gran factor influyente en todo lo que llevamos de feria.
La novillada de Conde de Mayalde tuvo la apertura de la tercera semana. Una novillada
pareja y bien presentada, de buenas condiciones en el tercio de muleta.
Destacaron varios novillos, y volvió a quedar en entredicho el papel de los
anunciantes, como ya criticamos en la presentación de carteles. Atienza no
llega a romper en Madrid, quien le ha dado unas cuantas opciones. Cadaval
mostró sus pobres dotes toreros con un buen lote, y Toñete arrancó la oreja bajo
el diluvió con más méritos físicos que dotes artísticos. Al menos salvó el
drama.
La corrida del Ventorrillo volvió a dar
oportunidades a Curro, Morenito y David Mora. Otras cuantas. Un encierro
remendado por un toro de Valdefresno que se dejó sin grandes cualidades de
casta. La del Ventorrillo, bastante
escurrida, acometió sin pujanza y con poco fondo. Los de luces tampoco
estuvieron inspirados. Una tarde sin contenidos.
El día 23 se volvió a colgar el cartel de “No hay
billetes”. Quizá el día con más tirón de la feria. Por lo menos en taquilla. La
corrida de Victoriano del Río estuvo
escasa de trapío y fondo. Protestados varios de salida y prácticamente todos
pitados en el arrastre. Un encierro bajo de casta que se dejó todo en el
caballo, con alguna buena pelea en varas. Perera y Talavante deambularon entre
un lote nefasto y flojo. Apenas el cuarto tuvo un par de arrancadas para luego
rajarse. Roca Rey arrancaría la oreja del más potable del encierro, sexto de la
tarde. A base de firmeza de plantas y toreo accesorio logró levantar la tarde.
Varios derechazos ceñidos y un natural muy largo como recuerdo de una faena
excesivamente premiada con la oreja tras fulminante volapié.
La II
Corrida de la Cultura enfrentó a Julián López “El Juli” (única
comparecencia) y Ginés Marín (triunfador del 2017). Para dicho acontecimiento
se lidiaron dos toros de Alcurrucén (2º y 3º), dos de Victoriano del Río (1º y
6º), uno de Domingo Hernández (4º) y uno de Garcigrande (5º), todos ellos a
excepción del sexto muy justos de presencia, alguno impresentable como primero
y segundo. Se vivió la faena de mayor calado con el tercero de la tarde, de
nombre “Licenciado”, un gran toro al
que Julián a punto estuvo de cortar el doble trofeo. Una faena vibrante con un
principio arrebatador por bajo. Intentó buscar la verticalidad Julián, con el
consiguiente déficit de su “rompedor” toreo. Faltó rotundidad al natural. El
sartenazo dejó la obra en una sola oreja. Ginés Marín dio una muy buena tarde
con un lote muy a la contra. Dispuesto y valiente con el peligroso cuarto y
algo encimista con el imponente sexto, que realizó uno de los mejores momentos
de la feria en la suerte de varas. Importante estuvo con él Agustín Navarro, en
dos soberbios puyazos.
Alejandro
Talavante
sustituía a Paco Ureña en la decimoctava de feria. La sustitución y el carácter
benéfico de la actuación obligaban a Alejandro a salir al tercio tras finalizar
el paseíllo. Madrid lo agradeció con una sonora ovación. La corrida de Cuvillo no estuvo a la altura en cuanto
a presencia. Varios toros de escaso trapío que pasaron desapercibidos entre la
irregularidad del tiempo y el pasotismo de una afición ya cansada. Alejandro cortó
las dos orejas entre protestas del noble y buen segundo, de nombre “Cacareo” y
de estampa utrera. Faena muy bien estructura y ligada, con buenos pasajes y un
soberbio cambio de mano eterno. Nunca cogió aires de Puerta Grande y sorprendentemente
fue concedida con cierta facilidad. López
Simón consiguió de nuevo su 1+1, para lograr su quinta y nuevamente
excesiva Puerta Grande. Tiró de épica en el sobrero que hizo tercero, en una
faena ligada y de poco peso, jaleada tras sendas volteretas, una de ellas a la
hora de entrar a matar, por derecho, demasiado. Otra cortó al sexto, de nombre “Galiano”. Uno de los toros de la feria.
Presencia basta y comportamiento muy serio de principio a fin. Encastadas y
profundas sus acometidas, como brava su muerte. Mejor estuvo Simón con este,
sin llegar a la altura del animal. La estocada en todo lo alto callaba toda
protesta.
El sábado 26 se lidió una novillada de Fuente Ymbro, de buena presencia y muy
óptima para el triunfo de los espadas. Marcos y Alejandro Gardel hacían su
presentación en esta plaza. El primero no llegó a acoplarse con el noble pupilo
de Gallardo, que regaló unas cuantas y francas embestidas. Gardel dejó detalles
de buen torero ante su lote, destacando en varios muletazos sentidos y muy bien
llevados por bajo. El empiece fue muy torero. Y la Puerta Grande se quedó a un
paso para Francisco de Manuel. Una
vez más. De nuevo actitud, buen capote y momentos puntuales con la muleta que merecen
repetir y estar al tanto. Bien el presidente al no conceder una más que
excesiva Puerta Grande.
Cerró semana Dolores
Aguirre, con una desigual corrida de toros, caracterizada por su
complejidad y mansedumbre. La primera parte no dejó indiferente a nadie. Tres
toros poderosos, encastados y con muchísimo que hacer, con los que estuvieron
más que dignos los tres espadas: Rubén
Pinar, JC Venegas y Gómez del Pilar. El primero, de nombre “Botero”,
realizó una dura pelea en varas y su comportamiento fue todo un espectáculo en
el tercio de muleta. Agresivo, poderoso, sin regalar un solo paso. Y muy bien
con él estuvo el albaceteño Pinar, plantando siempre cara. La segunda parte fue
excesivamente mansa y rajada. Intolerable aprobar el cabezón y horrendo cuarto.
A destacar la tarde en actitud y profesionalidad de Gómez del Pilar.
Y esto fue todo lo acontecido en la tercera de
feria. En cuanto a las cuadrillas cabe destacar la labor de José María Soler con el capote en la
tarde de Cultura, y el tremendo par de banderillas de David Adalid al quinto de Dolores Aguirre. Ambos candidatos a
premio.
Un saludo
Borja González.