martes, 18 de septiembre de 2018

ESCOLAR SE LLEVA EL SEGUNDO DESAFÍO EN LAS VENTAS




Descafeinado 2º Desafío Ganadero en Las Ventas. La apuesta de Escolar supera a San Martín y a la terna.


Madrid. Plaza de toros de Las Ventas
2º Desafío ganadero. 16 de septiembre de 2018.
Toros de José Escolar (1º, 2º y 3º) y San Martín (4º, 5º y 6º) para los diestros:
-       Javier Castaño: silencio en ambos.
-       Ricardo Torres: silencio tras aviso y pitos al saludar por su cuenta.
-       Arturo Macías: palmas tras aviso y silencio.
Entrada: 6.720 espectadores (Más de un cuarto de entrada)



Ni por asomo superó este desafío la corrida tan completa que vimos en el primer capítulo del serial de septiembre. El total éxito del primer encontronazo no terminó de atraer a la afición madrileña al coso de la calle Alcalá. Ni los inconvenientes previstos por los cortes producidos debido a la llegada de la vuelta ciclista fueron excusa para no acudir a dicha cita. El cartel de lidiadores tampoco animaba la taquilla, para que mentir.

Escolar ganó por goleada, aún sin cumplir con nota en el caballo, requisito indispensable en tan marcada cita torista. Superior en cuanto a casta y posibilidades de triunfo en la muleta. Tres embestidas muy diferentes y complejas que superaron por completo a una terna de la que poco o nada se esperaba. Ventero, Marinero y Patoso. Tres toros para apostar y triunfar. Superiores a izquierdas, con la humillación por bandera, y con la cota más alta en el renacuajo tercero, que planeó en las telas del Cejas. Se fueron ovacionados en su arrastre.

San Martín sigue mostrando carencias de casta y poder. Sus ejemplares fueron apagándose a medida que avanzaba su lidia, sin llegar a soportar las exigencias de un ruedo como el de Madrid. Tres toros muy serios y con mucho cuajo, alejados del prototipo santacolomeño, hondos y enmorrillados, que fueron pronto y por derecho al caballo, sin llegar a empujar bajo el peto. Todos ellos acabaron parados y derrotados en el tercio de muleta.

La nota positiva de la tarde llegó de color plata. Buenas las actuaciones de Sergio Aguilar y Marco Galán en las bregas. También estupendos los pares de Fernando Sánchez en sus dos turnos. Carretero se las vio con el encastado tercero. Y buenas actuaciones tuvieron también Manuel Burgos y Antonio Muñoz en los tercios de varas a quinto y sexto toro.

Abrió plaza “Ventero”, derrotando por bajo en burladeros y levantando alguna que otra astilla. Salida agresiva la del Escolar, que se quedó por bajo en las telas del salmantino Javier Castaño. Lidiador lo llevó a los medios, andando para atrás y ganando siempre terreno al cárdeno. Faltó la torería de una buena media en pleno centro. Acudió hasta tres veces al caballo, sin franqueza y sobre un pitón. A la cuarta dijo que tu tía. Reservón y midiendo las distancias llegó al último tercio, con fijeza y mucha seriedad en su comportamiento. Rompió largo y humillado cuando se le hicieron las cosas bien por el izquierdo. La apuesta no llegaba y las constantes dudas de Javier frenaban aún más al toro. Las palmas llegaron durante el arrastre.

Ricardo Torres lanceó por bajo la salida del segundo, de nombre “Marinero”. De nuevo un saludo capotero al que le faltó final. No quiso Marinero el tercer puyazo, por lo que hicieron bien en cambiar el tercio. Firmeza de plantas la del maño, que llevó muy plana la muleta en todo momento, logrando una más que estimable serie de derechazos. Faltó técnica y temple al natural, descompuesto y siempre hacia afuera en el embroque, descomponiendo por completo al de Escolar, que no paró de embestir durante toda la faena. No estuvo acertado con los aceros. De nuevo palmas en el arrastre de Marinero.

Las protestas llegaron a la salida del tercero. “Patoso” bajaba un palmo la altura de sus hermanos. Apretado y corto de esqueleto, con seriedad suficiente por delante. A pies juntos lo recibió Arturo Macías, con el apoyo más que notable de sus paisanos mexicanos. Empujó con casta en el primer encuentro, metiendo riñones de verdad. No quiso entrar al segundo, por lo que Pedro Iturralde acudió a su encuentro entre la pitada general. Pocos fueron los que aplaudieron tan acertada decisión. Patoso entonces decidió embestir por bajo y de forma codiciosa a la muleta del Cejas. Planeó por el izquierdo en tres naturales de hondura y temple. Fue entonces cuando apostó el mexicano. Quizá tarde. No llegó a romper la faena y tampoco fue acertado el lugar de la espada.

“Granadito II” abría la apuesta de San Martín en Madrid. Cuajado y con tipología estándar. Difícil catalogar su procedencia. De nuevo seguro Castaño, curtido en todo tipo de batallas, ganando siempre terreno en el tercio. Las fuerzas no sobraron, y los tres encontronazos con el peto debilitaron aún más al animal, que llegó totalmente aplomado al último tercio. Desconfiado y distante Javier, vio como el animal acababa echándose tras un insulso trasteo.

El quinto de la tarde tuvo seriedad en todo lo que se le hizo. Cumple en tres varas y llega de nuevo muy apagado a la muleta. Falta de humillación y entrega. Tras el grito de “Qué aburrimiento” Ricardo Torres decidió abreviar y dejar una estocada en los bajos. Las tres palmas desde barrera fueron suficientes para su saludo, protestado por la totalidad de la plaza.

Con el sexto, “Precioso”, vivimos el mejor tercio de varas de la tarde. Pronto, alegre y por derecho acudió a sus tres envites. Paciencia y por derecho Antonio Muñoz, que aguantó las imponentes arrancadas del cornúpeta, mejor cogido en la última. Cabeza por las nubes y embestidas a la defensiva ante un Arturo Macías insistente y encimista. Buscó arrimón el hidrocálido, colocándose entre los pitones astifinos del descastado sanmartín. El balance escaso de la vacada inclinaba la balanza a favor de Pepe Escolar.

Un saludo
Borja González





Ficha de los toros lidiados.

·         Primero. “Ventero” nº 48, negro entrepelado de 549 kilos. (Palmas)
Bien presentado. Recibe tres varas y se niega desde los medios a una cuarta. Discreta pelea en el peto. Llega reservón y con profundidad al último tercio, especialmente por el pitón izquierdo.
·         Segundo. “Marinero” nº 24, cárdeno bragado de 575 kilos. (Palmas)
Recibe dos puyazos, negándose en el tercer encuentro. Se emplea en el primero y protesta en el segundo. Noble y embestidor por ambos pitones, con fondo importante de casta.
·         Tercero. Patoso” nº 50, cárdeno de 496 kilos. (Palmas)
Recibe protestas de salida por su pequeña estampa. Pelea con todo en un primer encuentro pero muestra síntomas de mansedumbre al no querer un segundo castigo. Algo descompuesto y con un gran pitón izquierdo. Mucho que torear.
·         Cuarto. “Granadito II”, nº 88, negro bragado meano, 554 kilos (Pitos)
Cuajado y serio. Recibe tres puyazos de discreta pelea. Llega apagado y sin fuerzas a la muleta. Acaba echándose y siendo apuntillado.
·         Quinto. “Acompañado” nº 94, negro entrepelado meano de 580 kilos. (Silencio)
Recibe tres varas con prontitud y fijeza, sin gran empuje en el penco. Se viene abajo muy pronto en la muleta, mostrando falta de poder y casta.
·         Sexto. “Precioso” nº 100, negro entrepelado meano de 555 kilos. (Silencio)
Ovacionado de salida. Recibe tres varas, la última de ellas desde los mismos medios. No acabó de pelear en el peto. Como sus hermanos se vino muy abajo en la muleta, con la cara por las nubes.

lunes, 10 de septiembre de 2018

UNA SEÑORA CORRIDA DE TOROS (1º Desafío ganadero 2018)





Los mayorales de Saltillo y Valdellán saludan al término del festejo tras una gran tarde de toros en la capital. Importante faena de Fernando Robleño y gran estocada de Cristian Escribano en su confirmación de alternativa.


Gran tarde de toros la vivida en la tarde de ayer en la capital. Un estupendo desafío ganadero que finalizó con el saludo desde el tercio de ambos mayorales tras el juego de sus pupilos en el ruedo venteño. Un desfile de casta y bravura que amenizó a los más de siete mil espectadores que se daban cita en el granito venteño, aún con las obras a medio gas.

Saltillo presentó tres toros de dispares hechuras y pelajes. Sobresalió el gran tercero, al que llegó a pedirse la vuelta al ruedo en su arrastre. Conmovedor fue la ovación que atronó cuando aún las mulillas ni habían pisado el ruedo madrileño. Emociones a flor de piel. Y es que “Horquitillo” dejó a “Asturdero” a la altura del betún. Bravo y enclasado, dulce en la frágil muleta de un Venegas equivocado. Afición en contra tras una decisión desafortunada. Primero y segundo dieron opciones a derechas, sin grandes dotes de casta. Monjitas de la caridad respecto a los marrajos de Isidro.

Ganó bajo mi punto de vista Valdellán, por casta y presencia. Impecable la lámina de sus tres protagonistas. Seriedad, cuajo e integridad. Casi nada. El temperamento encastado del cuarto me ganó por completo. Poderoso en el caballo, sin llegar a sacar nota, pero con un fondo estupendo de bravura en el último tercio. Un señor toro. Complicaciones mostró el encastado quinto, y prontitud y franqueza el precioso sexto. Una presentación inmejorable para la vacada leonesa. Mi enhorabuena.

Como monumental fue la estocada que propinó el confirmante Cristian Escribano al toro que abrió plaza. Un soberano volapié que levantó los tendidos de Madrid al golpe de palmas. Diez segundos de vida para el saltillo, que no pudo tener muerte más digna. Pañuelos en mayoría y oreja a la antigua. Y es que su faena no pasó del aprobado. Derechazos acompañados, con notables pases de pecho. Superado al natural, donde el saltillo repuso en demasía. No llegó al poder necesario.

Con el sexto más de lo mismo. Falló en distancias. Pareció fácil dar espacio al bueno de Valdellán, pero quiso empeñarse en la distancia corta. No aprovechó el primer viaje del cornúpeta, por lo que costó un mundo ligar el tercero. Desbordado de nuevo al natural y con ciertas complicaciones en la suerte suprema. Debemos darle sitio, lo merece.

Fernando Robleño hizo el toreo. En su plaza. En su Madrid. Tardó la plaza en darse cuenta del mérito de meter al imponente berrendo (o eso ponían) en el trapillo. Dos tandas de mando, sin llegar a meterse con él, para luego torear como mandan los cánones. De arriba abajo, de fuera a dentro, pasándoselo por la misma barriga, para rematar detrás de la cadera. Ahí quedan cuatro o cinco derechazos monumentales, en los que rugió Madrid. Se vino arriba Fernando para regalarnos una estupenda serie de naturales de frente. Media distancia, punteras al frente, pecho por delante y a dejarse llegar semejante tren. Qué emocionante joder. El pinchazo privó una petición mayor. La oreja fue incontestable.

Muy serio estuvo con el segundo, el de menores opciones del encierro. Firme y sin dudar ni una sola vez en la cara del toro. A su altura llevó la muleta por derechazos. De nuevo pinchazo y estocada desprendida. Palmas.

José Carlos Venegas se fue contrariado de una plaza en la que siempre ha dado la cara. Su inoportuna e incomprensible (¿?) decisión de amasacar al tercer toro de la tarde en el caballo enfureció a unos tendidos que pronto se pusieron a la contra. Habría que preguntarse qué pasó allí, aunque sea siempre el primer responsable. Horquitillo mostró sus buenas condiciones de salida, en un interminable saludo capotero que nunca quiso acabar. Gustavo Martos se ensañó con el animal de forma descarada, entre el asombro de todos los espectadores. Tres varazos (el último permitido y casi obligado por el presidente de moda) que tiñeron de sangre el lomo del buen saltillo. Nada tuvo importancia a partir de ese momento. Ni el eterno cambio de mano al ralentí que recetó el pobre Venegas, ni los tres o cuatro muletazos al paso que pocos quisimos ver. Faena a la contra y ovación unánime con petición de vuelta al ruedo para el gran Horquitillo.

Se la jugó con el exigente quinto, como prueba de su valentía innata. Las guadañas del Valdellán rozaron los muslos del andaluz, en un esfuerzo muy poco premiado por los tendidos. Cada embestida fue un trago. Un duro enfrentamiento que apenas fue cantado. Le engancharon los finales y el resultado no fue el esperado. Yo sigo confiando.

Finalizaba así un festejo completo y que no dejó indiferente a nadie. Todo el mundo salió hablando de toros. Todo el mundo querrá repetir. Porque esta es la esencia de la Tauromaquía, la del toro poderoso y el hombre valiente. Todo un acierto.

Un saludo
Borja González





Madrid. Plaza de toros de Las Ventas.
1º Corrida desafío ganadero. 9 de septiembre de 2018.
Toros de Saltillo (1º, 2º y 3º) y Valdellán (4º, 5º y 6º) para:
-       Fernando Robleño: palmas y oreja.
-       José Carlos Venegas: pitos tras aviso y silencio tras aviso.
-       Cristian Escribano: oreja y silencio tras aviso.
Entrada: 7.044 espectadores.

Nota: Saludaron en banderillas Ángel Otero en el 1º y Raúl Cervantes en el 6º. Ovacionado también “El Legionario” en el puyazo al 4º.

Ficha de los toros lidiados

·         Primero. “Ruidón” nº 46, cárdeno de 556 kilos. (Palmas)
No cumple en su encuentro con los caballos. Nobleza y recorrido por el pitón derecho, algo desentendido a final de muletazo. De corto recorrido por el izquierdo, sin llegar a emplearse.

·         Segundo. “Salador I” nº 42, negro de 581 kilos. (Silencio)
Largo y suelto de carnes. Salta al callejón y parece lastimarse. No cumple en varas y llega condicionado al último tercio, con un potable pitón derecho. Falto de casta.

·         Tercero. “Horquitillo” nº 24, cárdeno bragado meano de 510 kilos (Gran ovación)
Se le llegó a pedir la vuelta al ruedo. Recibió tres terroríficas varas en manos de Gustavo Martos. Llegó con nobleza y profunda humillación a la muleta. Clase a raudales por ambos pitones.

·         Cuarto. “Navarro” nº 15, berrendo en negro de 604 kilos (Ovación)
Ovacionado de salida por su impecable presentación. Recibe tres varas y llega con fondo a la muleta. Siempre a más, con embestidas poderosas y entregadas.

·         Quinto. “Hormiga” nº 1, negro bragado corrido axiblanco de 610 kilos (Palmas)
Ovacionado de salida. Ofensivo y muy serio. Con mucho cuajo. Exigente y poderoso en la muleta, sin regalar una sola embestida.

·         Sexto. “Montañés” nº 17, negro bragado de 593 kilos (Palmas)
También fue ovacionado de salida. Pronto y alegre en tres varas, la última desde prácticamente los medios. Llega con buen aire al último tercio, noble y franco por ambos pitones.