Foto: www.las-ventas.com
Ángel Téllez realiza los mejores pasajes de
una noble y sosa novillada de Fuente Ymbro. Ochoa, vuelta al ruedo tras
división en los tendidos.
Madrid.
Plaza de toros de Las Ventas.
8
de abril de 2018.
Novillos
de Fuente Ymbro para:
- Jorge Isiegas: silencio tras aviso y
silencio.
- Carlos Ochoa: vuelta al ruedo con protestas
tras petición y silencio tras aviso.
- Ángel Téllez: saludos y saludos tras dos
avisos.
Entrada:
6.577 espectadores
Se
guardó un minuto de silencio en memoria de Ángel Peralta.
Parte médico de Jesús Montes.
"Herida por asta de toro en tercio inferior
cara externa muslo izquierdo, con dos trayectorias: una hacia atrás de 15 cms.
que alcanza cara posterior fémur y contunde nervio ciático y arteria poplítea y
otra herida hacia arriba de 15 cms. que produce destrozos en la fascia lata,
vasto interno y músculos isquiotibiales. Es intervenido quirúrgicamente en la
enfermería de la plaza de toros.
Se traslada al Hospital San Francisco de Asis. Pronóstico menos grave que impide continuar la lidia".
Firmado: Dr. García Leirado.
Se traslada al Hospital San Francisco de Asis. Pronóstico menos grave que impide continuar la lidia".
Firmado: Dr. García Leirado.
Novillos lidiados de Fuente Ymbro:
·
Primero.
“Rebueno” nº 123, negro listón de 515 kg (Silencio)
Bien presentado, manso y
muy rajado. Derriba por los pechos en una primera vara y persigue hasta el
final en barandillas debido a su querencia.
·
Segundo.
“Retama” nº 133, negro de 523 kg (Palmas)
Noble y boyante por
ambos pitones, de mejor pitón izquierdo. Protesta en varas.
·
Tercero.
“Heráldico” nº 101, negro listón de 520 kg (Silencio)
Parado y descastado.
Poco fondo en el último tercio. No cumple en varas.
·
Cuarto.
“Historiador” nº 90, negro de 534 kg (Silencio)
Estupendamente
presentado. Mansea en los primeros tercios y protesta en la muleta, con
irregular y vibrante embestida.
·
Quinto.
“ Flamante” nº 143, negro mulato de 480 kg (Palmas)
Animal más terciado y
con prontitud en los primeros tercios. Se viene abajo tras dos tandas de mano
baja. Recorrido y humillación.
·
Sexto.
“Vivero” nº 158, negro de 538 kg (Palmas)
Pronto, alegre y con un
buen pitón izquierdo. Pelea sobre un pitón en el peto. Se viene abajo al
acortarle el terreno.
Las novilladas de Madrid
son el gran escaparate para el futuro de la fiesta de los toros. El variopinto
catálogo de jóvenes toreros que acude a la capital en busca de su sueño, abre
(o debiera hacerlo) el abanico de distinción y formas que en unos años abarcará
el pódium de las grandes ferias. Un catálogo en marco inmejorable, capaz de
lanzar a lo más alto, pero con mando para frenar en seco el despegue.
Y es que en Madrid hemos
podido ver tres conceptos claramente diferenciados en la tarde de ayer. Tres
maneras de afrontar el toreo, todas ellas lícitas, pero que Madrid supo ver y
calificar.
Para ello se lidió una
novillada de Fuente Ymbro, estupendamente presentada y muy por debajo de la
extraordinaria lidiada apenas un año atrás. Cuajada, colocada de cara, rematada
y con muchísima homogeneidad. La enhorabuena vaya por delante. Un encierro que
dejó mostrar el repertorio de los actuantes. Justa de casta en líneas
generales, monótona y aquerenciada en su casi totalidad, destacando por su
duración y juego en la muleta los corridos en segundo, quinto y sexto lugar.
El concepto guerrillero
y atrevido lo abanderó el joven Jorge
Isiegas, que realizó la primera de sus dos comparecencias en la capital,
tras haber quedado injustamente fuera del ciclo isidril. Sorteó el lote más
rajado y de menos opciones del encierro, y salvo espada, poco hay que
reprocharle.
Su primero manseó desde
que sintió la puya de Francisco Javier, derribado tras ser embestido por los
pechos. Llegó el nerviosismo con los garapullos, tras cogida de Montes al
intentar cerrar el animal en el burladero, y tras ello una pelea por intentar
meter al novillo en el canasto. Continuas carreras del aragonés detrás del
cornúpeta, que apenas pudo ligar dos muletazos en terrenos del siete. La espada
cayó en el costillar emborronando su acto.
El cuarto fue un señor
toro. De muchas plazas. Partió la vara en dos y arreó en manso con cierta
guasa. Isiegas sacó su garra y plantó cara al animal, cerrado en tablas del
ocho, para tragar miradas y acometidas ofensivas del fuenteymbro. Digna actuación
y saludos desde el tercio.
Carlos Ochoa creó la división con un
concepto más forzado y lineal, y es que Madrid sigue sin entrar (por suerte) en
ese nuevo concepto de toreo, triunfal en tantísimas otras plazas. El recuerdo
de Julián López “El Juli” sobrevoló la tarde cuando Ochoa citó por derechazos
al noble y repetidor segundo. Llevados los empieces, con el oficio de un
matador de toros, y buscando en todo momento la largura del muletazo, siempre
muy por bajo. Perdió entonces la verticalidad el madrileño, para mandar por
fuera las embestidas de “Retama”, que llegó allá donde fue pedido. Despatarrado
y totalmente arqueado, para sorprendentemente pegar dos muy buenos con figura
erguida, ahora si enroscados y llevados detrás de la cintura. Cuestión de
posturas. Estocada hasta la bola tras pinchazo y petición de oreja. La vuelta
fue muy protestada.
El quinto fue el más
terciado del encierro, y con él volvieron las discrepancias desde ciertas zonas
de la plaza. De nuevo toreo ligado, largo y forzado, con el que estoy
convencido que triunfará en muchas otras plazas. Pero Madrid demanda otras
cosas, que hoy por hoy, no ha podido ofrecer Ochoa. Se atascó con los aceros y
vio silenciada su labor.
El concepto clásico lo
pudimos ver en Ángel Téllez, al
menos por momentos. Buena colocación, punteras mirando siempre al frente,
encajado y sin el menor gesto forzado. La nota negativa, la forma de coger el
estaquillador al natural, excesivamente al extremo.
Sin opciones con el
parado tercero, del que apenas podemos destacar nada, y por momentos con el
buen sexto, al que quiso dar distancias en los prolegómenos del trasteo. No
llegaron a quedar limpios los naturales, en parte por la posición de la muleta
en el momento del embroque, perpendicular a la testuz del animal, algo
corregible y muy mejorable ya que no acaba de volarle bien la muleta. Mejores
los derechazos, logrando la mejor serie de la tarde, abrochada con un estupendo
pase de pecho previa rectificación en la colocación. Los naturales perfileros,
muy tomasistas, dejaron buen sabor de boca. La espada falló y los saludos
fueron más que merecidos.
Finalizaba así la
primera novillada de la temporada, con más de un cuarto de plaza.
La semana que viene, y
hablando de conceptos, veremos el regreso de Ángel Jiménez, personalidad
asegurada. Completarán el cartel Pablo
Atienza y Rafael Gonzalez, para lidiar una novillada de José Luis Pereda.
Un saludo
Borja González
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