lunes, 9 de abril de 2018

LA CONCEPCIÓN DEL TOREO (Crónica 8 de abril 2018 Las Ventas)



Foto: www.las-ventas.com



Ángel Téllez realiza los mejores pasajes de una noble y sosa novillada de Fuente Ymbro. Ochoa, vuelta al ruedo tras división en los tendidos.



Madrid. Plaza de toros de Las Ventas.
8 de abril de 2018.
Novillos de Fuente Ymbro para:
-       Jorge Isiegas: silencio tras aviso y silencio.
-       Carlos Ochoa: vuelta al ruedo con protestas tras petición y silencio tras aviso.
-       Ángel Téllez: saludos y saludos tras dos avisos.
Entrada: 6.577 espectadores
Se guardó un minuto de silencio en memoria de Ángel Peralta.

Parte médico de Jesús Montes.

"Herida por asta de toro en tercio inferior cara externa muslo izquierdo, con dos trayectorias: una hacia atrás de 15 cms. que alcanza cara posterior fémur y contunde nervio ciático y arteria poplítea y otra herida hacia arriba de 15 cms. que produce destrozos en la fascia lata, vasto interno y músculos isquiotibiales. Es intervenido quirúrgicamente en la enfermería de la plaza de toros.
Se traslada al Hospital San Francisco de Asis. Pronóstico menos grave que impide continuar la lidia"
.

Firmado: Dr. García Leirado.


Novillos lidiados de Fuente Ymbro:
·         Primero. “Rebueno” nº 123, negro listón de 515 kg (Silencio)
Bien presentado, manso y muy rajado. Derriba por los pechos en una primera vara y persigue hasta el final en barandillas debido a su querencia.
·         Segundo. “Retama” nº 133, negro de 523 kg (Palmas)
Noble y boyante por ambos pitones, de mejor pitón izquierdo. Protesta en varas.
·         Tercero. “Heráldico” nº 101, negro listón de 520 kg (Silencio)
Parado y descastado. Poco fondo en el último tercio. No cumple en varas.
·         Cuarto. “Historiador” nº 90, negro de 534 kg (Silencio)
Estupendamente presentado. Mansea en los primeros tercios y protesta en la muleta, con irregular y vibrante embestida.
·         Quinto. “ Flamante” nº 143, negro mulato de 480 kg (Palmas)
Animal más terciado y con prontitud en los primeros tercios. Se viene abajo tras dos tandas de mano baja. Recorrido y humillación.
·         Sexto. “Vivero” nº 158, negro de 538 kg (Palmas)
Pronto, alegre y con un buen pitón izquierdo. Pelea sobre un pitón en el peto. Se viene abajo al acortarle el terreno.


Las novilladas de Madrid son el gran escaparate para el futuro de la fiesta de los toros. El variopinto catálogo de jóvenes toreros que acude a la capital en busca de su sueño, abre (o debiera hacerlo) el abanico de distinción y formas que en unos años abarcará el pódium de las grandes ferias. Un catálogo en marco inmejorable, capaz de lanzar a lo más alto, pero con mando para frenar en seco el despegue.
Y es que en Madrid hemos podido ver tres conceptos claramente diferenciados en la tarde de ayer. Tres maneras de afrontar el toreo, todas ellas lícitas, pero que Madrid supo ver y calificar.

Para ello se lidió una novillada de Fuente Ymbro, estupendamente presentada y muy por debajo de la extraordinaria lidiada apenas un año atrás. Cuajada, colocada de cara, rematada y con muchísima homogeneidad. La enhorabuena vaya por delante. Un encierro que dejó mostrar el repertorio de los actuantes. Justa de casta en líneas generales, monótona y aquerenciada en su casi totalidad, destacando por su duración y juego en la muleta los corridos en segundo, quinto y sexto lugar.

El concepto guerrillero y atrevido lo abanderó el joven Jorge Isiegas, que realizó la primera de sus dos comparecencias en la capital, tras haber quedado injustamente fuera del ciclo isidril. Sorteó el lote más rajado y de menos opciones del encierro, y salvo espada, poco hay que reprocharle.
Su primero manseó desde que sintió la puya de Francisco Javier, derribado tras ser embestido por los pechos. Llegó el nerviosismo con los garapullos, tras cogida de Montes al intentar cerrar el animal en el burladero, y tras ello una pelea por intentar meter al novillo en el canasto. Continuas carreras del aragonés detrás del cornúpeta, que apenas pudo ligar dos muletazos en terrenos del siete. La espada cayó en el costillar emborronando su acto.

El cuarto fue un señor toro. De muchas plazas. Partió la vara en dos y arreó en manso con cierta guasa. Isiegas sacó su garra y plantó cara al animal, cerrado en tablas del ocho, para tragar miradas y acometidas ofensivas del fuenteymbro. Digna actuación y saludos desde el tercio.

Carlos Ochoa creó la división con un concepto más forzado y lineal, y es que Madrid sigue sin entrar (por suerte) en ese nuevo concepto de toreo, triunfal en tantísimas otras plazas. El recuerdo de Julián López “El Juli” sobrevoló la tarde cuando Ochoa citó por derechazos al noble y repetidor segundo. Llevados los empieces, con el oficio de un matador de toros, y buscando en todo momento la largura del muletazo, siempre muy por bajo. Perdió entonces la verticalidad el madrileño, para mandar por fuera las embestidas de “Retama”, que llegó allá donde fue pedido. Despatarrado y totalmente arqueado, para sorprendentemente pegar dos muy buenos con figura erguida, ahora si enroscados y llevados detrás de la cintura. Cuestión de posturas. Estocada hasta la bola tras pinchazo y petición de oreja. La vuelta fue muy protestada.

El quinto fue el más terciado del encierro, y con él volvieron las discrepancias desde ciertas zonas de la plaza. De nuevo toreo ligado, largo y forzado, con el que estoy convencido que triunfará en muchas otras plazas. Pero Madrid demanda otras cosas, que hoy por hoy, no ha podido ofrecer Ochoa. Se atascó con los aceros y vio silenciada su labor.

El concepto clásico lo pudimos ver en Ángel Téllez, al menos por momentos. Buena colocación, punteras mirando siempre al frente, encajado y sin el menor gesto forzado. La nota negativa, la forma de coger el estaquillador al natural, excesivamente al extremo.
Sin opciones con el parado tercero, del que apenas podemos destacar nada, y por momentos con el buen sexto, al que quiso dar distancias en los prolegómenos del trasteo. No llegaron a quedar limpios los naturales, en parte por la posición de la muleta en el momento del embroque, perpendicular a la testuz del animal, algo corregible y muy mejorable ya que no acaba de volarle bien la muleta. Mejores los derechazos, logrando la mejor serie de la tarde, abrochada con un estupendo pase de pecho previa rectificación en la colocación. Los naturales perfileros, muy tomasistas, dejaron buen sabor de boca. La espada falló y los saludos fueron más que merecidos.

Finalizaba así la primera novillada de la temporada, con más de un cuarto de plaza.
La semana que viene, y hablando de conceptos, veremos el regreso de Ángel Jiménez, personalidad asegurada.  Completarán el cartel Pablo Atienza y Rafael Gonzalez, para lidiar una novillada de José Luis Pereda.

Un saludo
Borja González




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