Foto: Javier Arroyo
OREJAS DE DISTINTO SABOR PARA ESCUDERO Y BORJA JIMÉNEZ
Valdemorillo. Feria de San
Blas y La Candelaria 2015.
Novillos de Albarreal y
Juan Pedro Domecq (3º y 5) para:
-
Ángel Jimenez: silencio
tras leve petición y silencio.
-
Martín Escudero: saludos
tras aviso y oreja.
-
Borja Jimenez: oreja y
silencio.
Entrada: casi tres
cuartos.
Apuntes
de los novillos lidiados:
-
“Guillanguero” Nº 63 de
Albarreal. Negro de 440 kg (silencio)
Bien
presentado, descastado y a menos. Justo de fuerzas.
-
“Banderillero” Nº 38 de
Albarreal. Negro de 440 kg (silencio)
Justo de
presentación, sin picar y manso. Acabó desfondado.
-
“Monarca” Nº 90 de Juan
Pedro Domecq. Negro de 430 kg (palmas)
Muy terciado
y protestado de salida. A más, noble y embestidor.
-
“Promulgado” Nº 14 de
Albarreal. Negro de 440 kg (silencio)
Con
movilidad y bajo de casta. Tuvo más fuerza que sus hermanos.
-
“Manzanillo” Nº 115 de
Juan Pedro Domecq. Negro de 430 kg (silencio)
Impresentable.
Nobletón y dejándose en la muleta.
-
“Ladronzuelo!” Nº 10 de
Albarreal. Negro de 440 kg (silencio)
Bien
presentado y totalmente vacio. Acabó echándose.
De nuevo Galapagar en los titulares taurinos, una
vez más la pequeña localidad serrana de la Comunidad de Madrid vuelve a
dejarnos un gran sabor de boca en manos del joven David, de dinastía ganadera
brava y aires del innombrable. Martín
Escudero volvió a sorprender en la primera feria del año, Valdemorillo, por
su poso, temple y buenas condiciones, que le atisban grandes éxitos. Muchos lo
comparan con su vecino José Tomás, otros quieren llevarle al terreno del
extremeño Alejandro Talavante, pero lo que está claro es que por sí mismo está
logrando encandilar a la afición más pulcra y seria de la España Taurina.
En el primer reto de su temporada 2015, en la cual
parece que tomará alternativa, dejó impronta de una torería clásica y pura,
natural y ortodoxa, con el medio pecho al cite, las puntas de las zapatillas
mirando al burel y los talones siempre cargados de fundamento. Firme la figura
y largo el trazo de su muletazo, mayor y rotundo al natural, donde si pareció
ver aromas tomasistas.
Cortó una oreja al “casi” utrero que hizo quinto,
de la ganadería de Juan Pedro, protestado por el público y aguantado con
alfileres por el madrileño, que a base de tiempo, sentido e inteligencia logró
sacar los muletazos más puros de la tarde. Faena encajada, sentida y para
aficionados, nada de miradas al tendido, pases sin sentido o desplantes
populistas. Tauromaquia seria y de paladar para cortar una oreja de ley tras
tirarse por derecho entre los pobres pitones del joven animal.
Bien también estuvo con su primero, un utrero feo
de cara y algo destartalado de Albarreal, que acabó como toda la novillada
pidiendo la hora de su descanso. Tras un simulacro en varas, de donde salió
suelto, se plantó en los medios el galapagueño para ejecutar un quite vistoso y
de aplomo. A la faena le faltó intensidad y tras unas meritorias bernadinas y
una estocada contraria recibió saludos desde el tercio.
Otra oreja, muy distinta, cortó el joven de
Espartinas. Borja muestra día a día
sus ganas de ser torero. Su ambición y entrega, es proporcional a su calado en
el público más festivalero, con sus constantes alardes, desplantes y miradas al
tendido, que buscan furor y aplauso fácil.
Tuvo el animal más completo del festejo, sorteado
en tercer lugar y perteneciente a la emblemática ganadería de Juan Pedro
Domecq, que en el día de hoy no cuidó la presentación del ganado. El cornúpeta
, de complicada lámina e inofensiva cara, se creció en la muleta, humillando y repitiendo con celo y boyantía,
quizá beneficiado del toreo bajo pero lineal del sevillano, que no acabó de
ceñirse y obligar al bravucón. La ligazón superó a la falta de torería y la
oreja fue concedida con fuerza por la mayoría de público, que no aficionado,
que hoy llenaba los tres cuartos de entrada. Recuerdo que todos los
empadronados tenían el boleto gratis.
El sexto fue el remate a una novillada descastada
y totalmente vacía de Albarreal, que ni con el poco peso que dio en la báscula
pudo aguantar el leve encontronazo con el caballo de picar, de inmensas
proporciones como bien acostumbra la tauromaquia 2.0. Llegaron todos desfondados
y huyendo de la pelea y hasta llegó a echarse a tierra este cierreplaza en un
claro gesto de mansedumbre.
Suspenso gordo en el apartado ganadero. Albarreal
por su falta de casta y emoción y Juan Pedro por su pobre y deleznable
presentación. Valdemorillo merecía más en esta novillada y los jóvenes también.
¿O no Perera?
Abría el cartel Ángel Jiménez, un novillero al que deben dar sitio y plazas, porque
la personalidad debe premiarse y el de Écija la tiene. Tuvo la mala pata de
sortear el único lote completo de Albarreal y apenas tuvo opciones de mostrar
ese pellizco que en otras ocasiones ha sacado. Aún así me quedo con su hambre
de triunfo y ese trincherazo en el primer novillo a cámara lenta, con el que
tanto disfruté.
Desde aquí le deseo toda la suerte del mundo. Y
aprovecho la ocasión para dar mi máximo apoyo a todo el que se siente
independiente y lucha a contracorriente
con este sistema de caraduras que día a día van quitando los principios de este
arte universal. Mis fuerzas para todos ellos y a torear a todo aquel que te
impida el paso.
Un
saludo
Borja
González.
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