martes, 4 de junio de 2013

LOS CIERVOS NO SON TOROS DE LIDIA! (Crónica 23ª de San Isidro)





Madrid. Plaza de toros de Las Ventas.
Feria de San Isidro 2013. 23ª de abono.
Toros de Samuel Flores y Aurelio Hernando (3º bis) para:
-       Antón Cortés: silencio y leves pitos.
-       Rubén Pinar: saludos tras aviso y silencio.
-       Perez Mota: silencio tras aviso y saludos tras aviso.
Entrada: tres cuartos.

Los toros lidiados en esta 23ª de abono:
·         Primero. “Cuchillazo”, Nº 87, negro de 494 kilos.
(Serio y bajo, manso y embestidor, a más en la muleta) SILENCIO
·         Segundo. “Peinapelos” Nº 4, negro listón chorreado de 503 kilos.
(Mal presentado, manso, soso y descastado) SILENCIO
·         Tercero. (Sob) “Vieiro”, Nº 29, Jabonero sucio de 554 kilos.
(Encastado, algo parado y exigente en la muleta) SILENCIO
·         Cuarto. “Antequerano” Nº 50, negro listón chorreado de 535 kilos.
(Mal presentado, con mala clase, dejándose aunque sin entrega ni casa) SILENCIO
·         Quinto. “Puchero” Nº 56 Castaño chorreado de 509 kilos.
(Un ciervo, terciado y con mucha leña. Excesiva. Embestidor y a más) PALMAS
·         Sexto. “Manicomio” Nº 69 Negro de 512 kilos.
(Un manso de banderillas negras, muy rajado y sin opciones) PITOS




Una bueyada esperada por todos. Todavía sigo dando vueltas a cuales fueron los pensamientos de taurodelta al anunciar semejante ganado en Madrid. Al parecer ocuparon el hueco que en un principio iba a anunciar la ganadería de Dolores Aguirre, que sin saber por qué vuelve a quedarse fuera de San Isidro por tercer año consecutivo.

Una corrida con excesiva leña, rozando lo antiestético y monstruoso, fea por donde la miraras, sin remate y tapada por la cara en todos y cada uno de los animales. Mansa, sin un ápice de casta, bobalicona por momentos y con genio cuando le querían bajar la mano. No tuvo entrega ni gracia, y tampoco incomodó a los albaceteños que hoy se la jugaban en Madrid junto al confirmante Perez Mota, que tuvo la suerte de llevarse el único “ciervo” embestidor de esta corrida.

Antón Cortés se fue entre pitos tras pasar un verdadero infierno ante sus dos toros. Le vimos con muchísimo miedo y precauciones en su lote, sin parar de perderles pasos y mostrando que la retirada de esta profesión es lo mejor para él. ¿Dónde quedarán esos San Isidros en los que se iba hasta el pitón contrario, metido en los pitones, con un valor seco que impresionaba a cualquiera? Ya no quedaba nada de antaño.
El primero fue un manso de libro, que acabó medio dejándose en la muleta, a media altura y algo despistado a final de muletazo. Antón desde el fuera de cacho siempre, quiso meterle en la muleta, citando más allá de la pala, y siempre a media altura, sin llevarlo obligado. Con la espada horrible.
El cuarto fue un samuelón que salió pegando cabezazos de salida, colándose y embistiendo con el pitón de fuera al capote del manchego. Se dolió mucho en varas y llegó con sosería y pasotismo a la muleta. Muchísimos pases por el derecho sin nada que decir, sin sometimiento ni gracia, con el animal pasando porque sí y con un matador temblando y haciendo el cumplir. Un petardo vaya.

Rubén Pinar estuvo muy asentado con el sobrero de Aurelio Hernando, un jabonero sucio de casi seis años, serio como el solo, cumplidor sin más en varas y con mucho que tocar en la muleta. Fue un animal fijo, orientado y con entrega cuando se le llevó sometido. Pinar le dudó muy poco y entendió lo que pedía el veragua. El empiece por bajo, rodilla en tierra y obligado fue estupendo. Se libró de una gorda en la primera tanda de derechazos, con una colada brutal de este Vieiro, que quiso cornearle y pisotearle en el suelo. Por suerte no pasó nada y despertó del sueño a la plaza, mutis hasta ahora. Llegaron entonces varias series de colocación y mando, sin acabar de romper por lo tardo que fue el toro, pero con temple y exigencia. De las mejores veces que he visto a Pinar, torero que mejora y mucho con ganaderías encastadas y duras. Saludos más que merecidos.

Con el sexto nada pudo hacer. Un animal manso como él solo, rajado y que nunca se quedó fijo en la muleta. Hasta dos vueltas al ruedo con Pinar detrás le vimos en el último tercio. Un tedioso animal que mereció el castigo de banderillas negras. ¿Qué debe tener un toro para recibir semejante castigo? Me lo pregunto.

Y Perez Mota se llevó el lote de mejores condiciones de la tarde, por lo menos para torear de muleta. Le vimos con un concepto más que depurado, pero falto de rodaje, algo acelerado y atacado, y sin gusto en los muletazos.
Su primero fue un tacazo de toro, muy en el tipo, bajo de cruz y con leña. Manso a rabiar en los primeros tercios, donde salió algo adormilado, y con transmisión y fijeza en los primeros lances de muleta, repetidor y llegando arriba. Esto le valió al confirmante para dar una buena serie de derechazos, ligados y ceñidos, faltándole bajar un poco más la mano para fijar esos cabezazos del de Samuel. Poco fondo del mulo y silencio para ambos tras fallar a espadas.
El quinto fue una raspa con metros de pitón. Una vergüenza que saliera semejante ciervo a la plaza de Madrid. Como era de esperar fue aplaudido por los “nosecomollamarlos” y protestado en mayoría por la afición, horrible! Se dejó en el caballo y llegó con fuerza y transmisión a la muleta, dejándose con nobleza y cierta casta. Mota le aguantó con la planta firme y tuvo el fallo de no acabar de rematar el muletazo, por lo que los enganchones fueron más que numerosos. Hubo algún derechazo estimable y encajado y me faltó mayor rotundidad por la zurda. Recibió unos cariñosos aplausos desde el tercio.

Y esto fue todo lo que sucedió en una tarde con resaca de cárdenos. Alli todo el mundo hablaba, más de lo que sucedía en el ruedo, de la tarde anterior, de esas lidias estupendas que se llevaron los adolfos. Que tarde y que coñazo esta de viernes.


Un saludo


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