Madrid. Plaza de toros de
Las Ventas.
Feria de San Isidro 2013.
23ª de abono.
Toros de Samuel Flores y
Aurelio Hernando (3º bis) para:
-
Antón Cortés: silencio y
leves pitos.
-
Rubén Pinar: saludos tras
aviso y silencio.
-
Perez Mota: silencio tras
aviso y saludos tras aviso.
Entrada: tres cuartos.
Los
toros lidiados en esta 23ª de abono:
·
Primero. “Cuchillazo”, Nº
87, negro de 494 kilos.
(Serio y bajo, manso y embestidor, a más en la
muleta) SILENCIO
·
Segundo. “Peinapelos” Nº
4, negro listón chorreado de 503 kilos.
(Mal presentado, manso, soso y descastado) SILENCIO
·
Tercero. (Sob) “Vieiro”,
Nº 29, Jabonero sucio de 554 kilos.
(Encastado, algo parado y exigente en la muleta) SILENCIO
·
Cuarto. “Antequerano” Nº
50, negro listón chorreado de 535 kilos.
(Mal presentado, con mala clase, dejándose aunque
sin entrega ni casa) SILENCIO
·
Quinto. “Puchero” Nº 56
Castaño chorreado de 509 kilos.
(Un ciervo, terciado y con mucha leña. Excesiva.
Embestidor y a más) PALMAS
·
Sexto. “Manicomio” Nº 69
Negro de 512 kilos.
(Un manso de banderillas negras, muy rajado y sin
opciones) PITOS
Una
bueyada esperada por todos. Todavía sigo dando vueltas a cuales fueron los
pensamientos de taurodelta al anunciar semejante ganado en Madrid. Al parecer
ocuparon el hueco que en un principio iba a anunciar la ganadería de Dolores
Aguirre, que sin saber por qué vuelve a quedarse fuera de San Isidro por tercer
año consecutivo.
Una
corrida con excesiva leña, rozando lo antiestético y monstruoso, fea por donde
la miraras, sin remate y tapada por la cara en todos y cada uno de los
animales. Mansa, sin un ápice de casta, bobalicona por momentos y con genio
cuando le querían bajar la mano. No tuvo entrega ni gracia, y tampoco incomodó
a los albaceteños que hoy se la jugaban en Madrid junto al confirmante Perez
Mota, que tuvo la suerte de llevarse el único “ciervo” embestidor de esta corrida.
Antón Cortés se fue entre pitos tras
pasar un verdadero infierno ante sus dos toros. Le vimos con muchísimo miedo y
precauciones en su lote, sin parar de perderles pasos y mostrando que la
retirada de esta profesión es lo mejor para él. ¿Dónde quedarán esos San
Isidros en los que se iba hasta el pitón contrario, metido en los pitones, con
un valor seco que impresionaba a cualquiera? Ya no quedaba nada de antaño.
El
primero fue un manso de libro, que acabó medio dejándose en la muleta, a
media altura y algo despistado a final de muletazo. Antón desde el fuera de cacho
siempre, quiso meterle en la muleta, citando más allá de la pala, y siempre a
media altura, sin llevarlo obligado. Con la espada horrible.
El
cuarto fue un samuelón que salió pegando cabezazos de salida, colándose
y embistiendo con el pitón de fuera al capote del manchego. Se dolió mucho en
varas y llegó con sosería y pasotismo a la muleta. Muchísimos pases por el
derecho sin nada que decir, sin sometimiento ni gracia, con el animal pasando
porque sí y con un matador temblando y haciendo el cumplir. Un petardo vaya.
Rubén Pinar estuvo muy asentado con
el sobrero de Aurelio Hernando, un jabonero sucio de casi seis años,
serio como el solo, cumplidor sin más en varas y con mucho que tocar en la
muleta. Fue un animal fijo, orientado y con entrega cuando se le llevó
sometido. Pinar le dudó muy poco y entendió lo que pedía el veragua. El empiece
por bajo, rodilla en tierra y obligado fue estupendo. Se libró de una gorda en
la primera tanda de derechazos, con una colada brutal de este Vieiro, que quiso
cornearle y pisotearle en el suelo. Por suerte no pasó nada y despertó del
sueño a la plaza, mutis hasta ahora. Llegaron entonces varias series de
colocación y mando, sin acabar de romper por lo tardo que fue el toro, pero con
temple y exigencia. De las mejores veces que he visto a Pinar, torero que
mejora y mucho con ganaderías encastadas y duras. Saludos más que merecidos.
Con
el sexto nada pudo hacer. Un animal manso como él solo, rajado y que
nunca se quedó fijo en la muleta. Hasta dos vueltas al ruedo con Pinar detrás
le vimos en el último tercio. Un tedioso animal que mereció el castigo de
banderillas negras. ¿Qué debe tener un toro para recibir semejante castigo? Me
lo pregunto.
Y
Perez Mota se llevó el lote de
mejores condiciones de la tarde, por lo menos para torear de muleta. Le vimos
con un concepto más que depurado, pero falto de rodaje, algo acelerado y
atacado, y sin gusto en los muletazos.
Su
primero fue un tacazo de toro, muy en el tipo, bajo de cruz y con leña. Manso a
rabiar en los primeros tercios, donde salió algo adormilado, y con transmisión
y fijeza en los primeros lances de muleta, repetidor y llegando arriba. Esto le
valió al confirmante para dar una buena serie de derechazos, ligados y ceñidos,
faltándole bajar un poco más la mano para fijar esos cabezazos del de Samuel.
Poco fondo del mulo y silencio para ambos tras fallar a espadas.
El
quinto fue una raspa con metros de pitón. Una vergüenza que saliera semejante
ciervo a la plaza de Madrid. Como era de esperar fue aplaudido por los “nosecomollamarlos”
y protestado en mayoría por la afición, horrible! Se dejó en el caballo y llegó
con fuerza y transmisión a la muleta, dejándose con nobleza y cierta casta.
Mota le aguantó con la planta firme y tuvo el fallo de no acabar de rematar el
muletazo, por lo que los enganchones fueron más que numerosos. Hubo algún
derechazo estimable y encajado y me faltó mayor rotundidad por la zurda.
Recibió unos cariñosos aplausos desde el tercio.
Y
esto fue todo lo que sucedió en una tarde con resaca de cárdenos. Alli todo el
mundo hablaba, más de lo que sucedía en el ruedo, de la tarde anterior, de esas
lidias estupendas que se llevaron los adolfos. Que tarde y que coñazo esta de
viernes.
Un
saludo
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