domingo, 16 de julio de 2017

OTRO ABANDONO DE TEMPORADA




foto: www.las-ventas.com

Tres buenos “mayorales” y una meritoria faena de Salenc con una floja entrada en Madrid.

Madrid. Plaza de toros de Las Ventas. 1ª novillada nocturna. 15 de julio de 2017
Novillos de Pablo Mayoral y Mercedes Figueroa (5º) para:
-      Lagartijo: silencio tras aviso y silencio tras dos avisos.
-      Tibo García: silencio tras aviso y silencio tras dos avisos.
-      Adrien Salenc: saludos desde el tercio y saludos tras aviso.
Entrada: un cuarto de plaza.  5.629 espectadores.

Una entrada paupérrima, con un bochorno escandaloso, confirmaba la nula publicidad de Plaza 1 en la promoción de estas novilladas de horario nocturno. ¿Acaso la gente sabía que el sábado había toros en Madrid? Déjenme que lo dude. Ni al cuarto de plaza llegábamos, nada extrañable. Y es que es preocupante la labor desentendida y pasota de la empresa tras San Isidro. Los carteles llegan con retraso, las entradas no mejoran, y las promesas de un verano espectacular en Ventas parecen haberse disipado. Volvemos a un verano abandonado, con falta de entidad y categoría de una plaza que es epicentro mundial del toreo. Nos quitan festejos que tenían apalabrados para los viernes, y nos suprimen de manera histórica los toros del domingo. Todo un disparate. La afición calla y ellos pasan.

A ello sumen el bochornoso espectáculo que ofrecieron dos borrachos de grada, que para refrescarse optaron por beberse la ginebra existente en toda la plaza. Gritos, voces a destiempo, mamarrachadas y gilipolleces, que rozaron y por momentos sobrepasaron la falta de respeto a público y profesionales. A estos si que hay que echarlos de la plaza. Sin miramiento

Se lidió una novillada santacolomeña de Pablo Mayoral, con un quinto de Mercedes Figueroa, hierro de la casa. Perfectamente presentada, con cuajo y trapío estupendo para Madrid. El encierro abrió y cerró con dos novillos importantes. El primero, “Respetuoso” de nombre, fue el más claro y completo del encierro. Pronto y fijo en varas, noble y con fondo en la muleta y muy óptimo para el triunfo. El sexto, “Cartujano”, torete de muchas plazas, desarrolló casta y poder durante toda su lidia. Novillo que dio importancia a todo lo que se le hizo en el ruedo. El quinto, de Figueroa, también se fue ovacionado tras una gran pelea en varas.

Lo más destacado de la tarde lo realizó Salenc ante el sexto. Bonita pelea en terrenos del 10 bajo la atenta mirada de las ganaderas. Mando, aplomo y valentía del francés, que logró muletazos muy estimables con la mano izquierda. El metisaca por las costillas y la posterior desprendida le privaron de una segura petición de oreja.
Poco pudo hacer con el inválido tercero, lastimado tras una fea voltereta en el recibo capotero. Sorprendentemente Justo Polo no consideró que el animal tuviera que ser devuelto a corrales ante el enfado y desaprobación del público. El trasteo, medido y reunido, no consiguió en ningún momento la altura necesaria como para llegar a los tendidos.

Lagartijo sorteó el animal más codicioso y óptimo de la tarde-noche. La faena nunca cogió el vuelo requerido tras apenas bajar la mano y dominar las embestidas. Pocos detalles de torería que fueron insuficientes para estar a la altura del buen cárdeno. Mucho más dispuesto estuvo con el manso y deslucido cuarto. Buscó cercanías y arrimón para conectar con los tendidos, en una faena que fue a más. En tablas del seis logró la tanda más meritoria de su tarde, ganando el paso y buscando la acometividad del cornúpeta. Con la espada, un calvario.

Esperaba más de Tibo Garcia, que movió con soltura y cadencia el capote en sus dos recibos capoteros. No tuvo ese temple en la muleta del segundo, enganchado en muchos pasajes y sin acabar de coger el sitio del animal, parado y falto de casta. Luciano Briceño se encargó de cargarse al encastado quinto, animal que entró hasta cuatro veces al caballo. Pronto, de muy largo y metiendo riñones acudió al jaco. Ni dejaron verle, ni consiguieron entenderle. Madrid, que por muy mala que la pongan sabe ver los toros sin contemplaciones de su lidiador, ovacionó en el arrastre la casta del animal, que en todo momento pidió distancias y medios. El francés, que pareció no entenderlo, se empeñó en dar cercanías y tercio. Un desastre.

Y esto fue todo lo que pudimos ver en la primera nocturna de la era Casas. Una lástima el poco ambiente y el pasotismo de una empresa que sigue regalando los oídos. O mucho cambia la cosa, o esto acabará mal.

Un saludo

Borja González.

No hay comentarios: