14 DE AGOSTO. CORRIDA DE
PEÑAJARA
INTERESANTE CORRIDA DE
PEÑAJARA, EXCELENTEMENTE PRESENTADA.
LA TERNA PASA COMO PUEDE
LA TARDE.
Cenicientos (Madrid) Feria
del Roble 2015.
1ª de feria. 14 de agosto
de 2015.
Toros de Peñajara para los
diestros:
-
José Manuel Mas: saludos
en ambos.
-
Marco Antonio Gómez:
silencio en ambos.
-
Gómez del Pilar: silencio
en ambos.
Entrada: más de media
plaza (3500 aprox)
Los
toros lidiados de Peñajara fueron:
·
Primero. “Trampero” Nº 54,
castaño bragado de enero de 2011 (Silencio)
Palmas de salida. Toma una vara empujando arriba. Noble y con mucha movilidad en la muleta.
Palmas de salida. Toma una vara empujando arriba. Noble y con mucha movilidad en la muleta.
·
Segundo. “Facilongo” Nº 9,
negro de noviembre de 2010 (Ovación)
Buen toro. Toma dos varas, derribando en la
primera. Bravo, con largura y dos buenos pitones en la muleta.
·
Tercero. “Peruano” Nº 5,
negro de noviembre de 2010 (Silencio)
Ovación de salida. Muchísimo trapío. Toma una vara
sin cumplir en ella. Reservón y parado en la muleta, donde protestó en los
engaños.
·
Cuarto. “Aguacero” Nº 29,
negro bragado de diciembre de 2010 (Palmas)
Ovación de salida. Otro toro de primera.
Encastado, con una vara dura y empujando. Motor y poder en la muleta.
·
Quinto. “Recobero” Nº 26,
castaño bragado de diciembre de 2010 (Silencio)
Flojea de salida. Manso en el peto y aburrido en
el último tercio.
·
Sexto. “Carnicero” Nº 49,
negro de diciembre de 2010 (Leves palmas)
Menos toro que sus hermanos. Alegre y pronto en
sus embestidas. Toma una vara cumpliendo. Bueno en la muleta aunque le faltó
fondo.
Un
lujo el poder tener a mano la plaza de toros de Cenicientos. Un año más
acudimos al pueblo corucho para ver la integridad y poder de la fiesta. Una
corrida tremendamente presentada de Peñajara, interesante en su comportamiento
y de opciones para el triunfo.
Volvimos
a acusar la falta de rodaje de la terna, sin apenas contratos, y enfrentados a
sangre y fuego a un auténtico corridón de toros. Suficiente era el salir ileso
de allí, y notable el poder lucir alguna de las comprometidas embestidas que
regalaron los cornúpetas. Porque fue una corrida que se movió mucho, a la que
no le faltó la fuerza, y que se creció en el terreno ante las cercanías siempre
propias del ruedo pequeño, donde apenas existen los terrenos.
Abrió
la feria y el cartel quien apenas hace un año se hacía con el triunfo del
ciclo, José Manuel Mas. Torero poderoso en su concepto, castigado por el
sistema y afianzado en su regreso a tierras del valle. No estuvo fino con el
primero, un castaño de Peñajara que, a media altura, no paró de pasar una y
otra vez por los muslos del madrileño, dudoso y algo amedrentado en los cites.
Saludó la primera ovación de la tarde tras un pinchazo y una media efectiva.
El
cuarto fue un toro importante. Encastado y serio, con plaza como suele decirse.
Fue de esos animales que no puedes dejar de ver su comportamiento en la plaza.
Exigía su atención y tacto en todo momento, listo como él solo pero cumpliendo
a todo lo que se le hacía. Quiso pero no pudo el madrileño someterlo en los
inicios, pero faltó mucha mano baja y mando. La media altura y el fuerte viento
que molestó en la tarde no fueron propicios para el triunfo.
Marco
Antonio Gomez acusó la falta de oficio con el segundo, el mejor toro de la
tarde. Bravo en varas, largo en las embestidas y exigente en cada una de sus
pasadas. Tuvo afición el sevillano para lucir al toro en dos varas bien
puestas, la primera de ellas con derribo incluido, pero destempló las fuertes
embestidas de Facilongo, que se ganó la ovación del público. Tuvo el defecto el
toro de soltar la cara a final de muletazo, y ahí vimos el defecto en técnica y
rodaje de Marco, que aún así regaló algún derechazo estimable.
No
tuvo opciones con el flojo y descastado quinto, presumiblemente lastimado por
la mañana, en lo que cuentan fue un desastre de apartado.
Cerró
la terna Gómez del Pilar, aquerenciado a estos carteles tras sus triunfos de
novillero en plazas tan importantes como Madrid, para que vean. Al igual que
sus compañeros sorteó un toro de triunfo y otro de pasaje. El de las orejas fue
el sexto, el de menos presencia de la corrida. Tuvo el animal prontitud en
todas sus arrancadas, alegría en sus embestidas y casta de principio a fin.
Toro importante también el cierraplaza, que por falta de rigor solo recibió un
puyazo como castigo. Torerísimo el recibo capotero por verónicas, y
sencillamente estupendo el inicio por bajo con la muleta, de las pocas veces
que he visto rugir a la plaza de Cenicientos. Poder y mando quiso Carnicero,
como toro bravo. Estuvo Noé algo desigual en el trasteo, con más bajadas que
subidas. Topó el toro en excesivas ocasiones con la franela y se vino abajo
antes de lo esperado. Perdió con los aceros la más que posible oreja.
El
tercero fue un toro muy serio y complicado. Recibió una vara empujando arriba y
llegó reservón y a la defensiva a la muleta, sin acabar de romper nunca. No
supo meter mano tampoco el joven torero, sin encontrar nunca el sitio del toro.
Nada fácil.
Esto
fue todo lo que aconteció en la primera de la feria de la Virgen del Roble. Una
corrida interesante y con mucho que hacer de Peñajara y una terna que pasaportó
con dignidad la papeleta que se les vino encima. Demasiado pensarán algunos…
Un
saludo
Borja
González.
15 DE
AGOSTO. CORRIDA JOSÉ ESCOLAR Y ADELAIDA RGUEZ.
Cenicientos (Madrid) Feria
de la Virgen del Roble 2015.
Toros de José Escolar (1º,
2º y 3º) y Adelaida Rodriguez (4º, 5º y 6º) para los diestros:
-
Iván García: silencio en
ambos.
-
Octavio Chacón: vuelta al
ruedo y saludos.
-
Salvador Cortés: pitos en
ambos.
Entrada: Tres cuartos de
plaza. (Unas 4500 personas)
Toros
del desafío ganadero.
José Escolar (1º, 2º y 3º) y Adelaida Rodriguez (4º, 5º y 6º)
·
Primero. “Confitero” Nº
14, negro entrepelado de marzo de 2011 (silencio)
Aquerenciado y parado de salida, descastado y
noblón en la muleta. Toma una sola vara.
·
Segundo. “Sevillano” Nº
40, negro entrepelado de abril de 2011 (silencio)
Corto de cuello y menos ofensivo. Rajado, soso y
descastado. Tomó dos varas.
·
Tercero. “Artillero” Nº
39, cárdeno bragado lucero de marzo de 2011 (silencio)
Muy guapo y entipado, bajito y apretado de carnes.
Recibe tres varas y una desastrosa lidia. Llega orientado a la muleta y sin
humillar.
·
Cuarto. “Pintado” Nº 30,
negro de marzo de 2011 (silencio)
Serio y muy cuajado. Manso, geniudo y complicado
en el último tercio, siempre por dentro. Tomó dos varas.
·
Quinto. “Oculista” Nº 2,
negro de octubre de 2010 (silencio)
Palmas de salida. Bajo, rematado y muy serio. Se
acaba en la segunda vara, rajándose y defendiéndose en el tercio.
·
Sexto. “Cálido” nº 39,
negro de marzo de 2011 (leves palmas)
Bien presentado, serio y cuajado. Entra tres veces
al caballo, aunque tardaron en meterle las cuerdas. Noble y con calidad por
ambos pitones. Por encima del matador.
No
fue el desafío soñado, a pesar de atraer a muchísima gente a la plaza de
Cenicientos, que presentaba una de las mejores entradas que se recuerda en
años, con aproximadamente tres cuartos de aforo. Aficionados que buscaron el
duelo ganadero para visitar un año más a los coruchos, que hoy se aburrieron
más que el primer día. En parte por la mala condición de ambas ganaderías, y
también por la desastrosa organización que hubo en el ruedo de primero a
último, con capotes volando, banderillas en falso, peones fuera de su sitio… un
auténtico disparate que se engrandece aún más cuando el ruedo es pequeño y en
él toca pelear con un animal de más de quinientos kilos con dos velas de
infarto.
Fue
lo que ocurrió en la totalidad de los
toros lidiados. Un auténtico descontrol, causado seguramente por el pánico
habido, que influyó segurísimo en el comportamiento de los animales, que
recordemos salen por primera vez al ruedo sin saber como se embiste a una tela,
algo que se debe enseñar cuando se le domina y controla con los trastos. Parece
que la teoría nos la sabemos todos, pero la práctica in situ se antoja
complicada, sin lugar a dudas.
El
duelo quedó desierto, ninguno de los ganaderos sacó al toro bravo que todos
deseamos. Escolar destacó por lo parados que llegaron sus animales a la muleta,
noblotes y sosos con falta de casta en su totalidad. 6 varas apuntamos a sus
pupilos, que no sacan el aprobado. Adelaida en cambio puso las complicaciones
en el último tercio, a excepción del sexto, sin duda el mejor de la corrida.
Tres toros excelentemente presentados. 7 varas para los charros.
Iván
García abrió el cartel tras su buena actuación en la temporada pasada con los
de Escolar. Oficio le sobra y arrojo también, algo que pudimos vislumbrar con
el complicadísimo cuarto, que constantemente se acostó por ambos pitones, sin
pasar nunca, y reponiendo cuando se le antojaba, persiguiendo con saña los
muslos del mostoleño. Logró sacar los naturales más estimables y logrados de la
tarde, cerrado en el tercio, con riesgo y valor. Falló con los aceros una faena
de mérito.
Con
el primero fue sobrado, fácil en la lidia y haciendo lo que el animal
necesitaba, ganando el paso siempre y tirando de él con una gran colocación.
Chacón
estuvo atento toda la tarde. Nadie puede negar la profesionalidad y afición de
este torero, dirigiendo a todo lo que podía y siempre atento al quite. Buen
manejo de capote con ambos toros, algo forzado en la postura con la muleta,
queriendo estirar más de lo que su brazo puede. Me sobraron los desplantes,
poco toreros a mi parecer, y la vuelta debió ahorrársela.
Con
el quinto no estuvo cómodo. El animal siempre buscó el retroceso, aquerenciado
en tablas tras una durísima pelea en la segunda vara. No fue el terreno idóneo
los medios y el abreviar fue la decisión más correcta.
El
ridículo del día lo protagonizó Salvador Cortés, con un auténtico circo en el
primero, el precioso Escolar que a punto estuvo de herir a Francisco Javier
Tornay, sin duda el nombre del día. Pareció increíble como se libro de la
cornada y como se enceló “Artillero” con él, haciendo caso omiso a los ocho
capotes que tímidamente asomaban por su hocico. Las protestas de la gente por
la inactividad de los compañeros se entremezclaron con la ovación en pie al
valiente de Tornay, que más torero que nunca puso otro par en la cara,
jugándose la vida. Ante tal muestra de torería no se como fue capaz Cortés de
salir al ruedo con tal dejadez, predispuesto a pasaportar al bicho antes de
tratar con él. La bronca tras el sainete fue más que merecida.
Como
ya pasara el año pasado con el famoso Palomita, sorteó el toro de la tarde, que
sin ser de nota tuvo las cualidades necesarias para el triunfo. Clase,
humillación, entrega y fondo, que no es poco. Anduvo por ahí el sevillano entre
derechazos periféricos y naturales de infarto, sin una mala mirada de Cálido,
que tuvo la dulzura con la que sueñan los taurinos del “siéntete agusto”. El
fallo con la espada tras numerosas pasadas acabó cabreando a la gente, que le
despidió con otra pitada.
Mañana
los de Moreno Silva pondrán el punto y final a esta feria de Cenicientos 2015,
esperando que acabe de la mejor manera posible.
Un
saludo
Borja
Gonzalez
16 DE
AGOSTO. CORRIDA DE MORENO SILVA.
PELIGROSA Y DURA CORRIDA
DE MORENO SILVA EN CENICIENTOS.
La terna se va abroncada
por un público extremadamente radical. El peligro y miedo marca la tarde en la
última de feria.
Cenicientos (Madrid) Feria
de la Virgen del Roble 2015.
3ª de feria. 16 de agosto.
Toros de Saltillo y
Adelaida Rodríguez (4º bis) para los diestros:
-
Serafín Marín: pitos y
silencio.
-
José Carlos Venegas: oreja
protestada y división.
-
Cristian Escribano:
silencio y división.
Entrada: Más de media
plaza.
Los toros lidiados en la
última de feria fueron:
·
Primero. “Capucherito” Nº
17, cárdeno de febrero de 2011 (Palmas)
Guapo y rematado en presencia. Recibió dos varas
en las cuales empujó con poder y cara a media altura. Fuerte el castigo. Nunca
humilló y se orientó con facilidad.
·
Segundo. “Guapetón” Nº 19,
cárdeno oscuro de noviembre de 2010 (Silencio)
Menos entipado que el resto, bizco del derecho.
Empuja en la única vara que toma y se raja en la primera tanda de muleta.
Manseó en exceso.
·
Tercero. “Viruto” Nº 26,
cárdeno de diciembre de 2010 (Silencio)
Cornidelantero y recto de lomo, pronto y cumplidor
en la primera vara. Se arrancó con alegría a la segunda, mejor cogida que la
trasera primera. Se orientó tras la desastrosa lidia.
·
Cuarto. Sobrero de
Adelaida. “Pintadito” Nº 32, negro de marzo de 2011 (Silencio)
Feo y más terciado que el resto. Tomó una sola
vara y llegó con nobleza y humillación a la muleta. Propicio para el toreo
moderno.
·
Quinto. “Mandarino” Nº 21,
cárdeno de diciembre de 2010 (Silencio)
Buena pelea en varas, arrancándose de largo en la
segunda. Desarrolló una barbaridad y no pasó ni una en la muleta, colándose y
mirando constantemente.
·
Sexto. “Cantaor” Nº 25,
cárdeno de diciembre de 2010 (Palmas)
Uno de los animales más peligrosos que recuerdo.
Ya de salida buscó a todo el que se le puso por delante. Entró hasta nueve
ocasiones al peto, saliendo despavorido en todas ellas. Imposible el trato en
la muleta. Muy duro y complicado.
Pasaron
la delgada línea de la exigencia, llegando a faltar el respeto de manera
descontrolada cuando aún no se había deshecho del terrible Cantaor, que acabó
por descomponer a un sector del público totalmente volcado con la vacada de
Saltillo. Insultos y mofas que no vinieron a cuento cuando el pobre de
Escribano sudaba la gota gorda con la papeleta que le habían colado. Un rostro
que por si solo decía todo, un mal rato que no se lo deseo ni a mi peor
enemigo, y la dureza de ver como un pobre chaval quedaba marginado y vapuleado
ante la fiera que hizo sexto, de una complicadísima y peligrosa corrida de
Moreno Silva, que no dio opciones para el triunfo moderno.
Es
difícil contar lo sucedido, porque se entremezclan demasiadas cosas. Por un
lado la mala corrida, por otro el pánico que siempre conlleva la palabra
Cenicientos, y por otro el espectáculo lamentable de banderilleros y
varilargueros, sin la preparación física y psíquica adecuada para hacer frente
a una corrida de toros de tal calibre.
Dura
y mala, para que negarlo. Potente en varas, con tres toros de empuje y poder en
el peto, primero, tercero y quinto, y muy complicada y lista ante el mínimo
fallo. Todos ellos desarrollaron sentido y viveza en la muleta, no perdonando
ni un despiste. Acabaron sin pasar por derecho, buscando los muslos y en
ocasiones el pecho, con nula entrega y continuas miradas que descomponían a
cualquiera.
Serafín
se las vio con el primer cárdeno, al que condenó en varas, con un bochornoso
espectáculo de Juan Pablo Arribas quien barrenó con saña los lomos de
Capucherito. Comenzó entonces el terrorífico mundo del que no lo quiere ver, y
con amagos y pasadas en falso, enseñaron más de la cuenta al burel, que no
perdonó una. Los pitos estuvieron justificados tras el tercio de varas y las
palmas en el arrastre no pude entenderlas.
El
cuarto, el más serio de la corrida, se lastimó en varas y fue devuelto ante la
sublevación del que paga. En su lugar salió un lisardo con poca plaza de
Adelaida, nobletón y boyante de principio a fin, de humillada y lenta
embestida. Una lotería caída del cielo para el catalán, que ligó las tandas por
ambas pitones sin obligar en demasía al cornúpeta. El fallo estrepitoso con los
aceros hizo que las palmas se convirtieran en pitos.
La
única oreja de la feria cayó en manos de Jose Carlos Venegas, sin la unanimidad
del respetable, que protestó con fuerza el apéndice. Voluntarioso y capaz con
el capote, ganando terreno y ciñéndose al bicho, y aseado y derechista con la
muleta, sin llegar a encontrar los terrenos del manso, que se rajó
voluntariamente en la primera tanda, cuando parecía romper por derecho. La
faena fue a menos y la estocada no tuvo la colocación perfecta, algo atravesada
y trasera.
El
quinto fue una prenda de mucho cuidado, y eso que hizo una buena pelea en
varas. Se arrancó con prontitud y alegría en la segunda entrada, con más de
diez metros de espacio, para rematar abajo. A la muleta llegó siendo un toro
totalmente distinto, sin obedecer a los toques de Venegas, y constantemente
colándose por dentro. Metió la mano en la suerte suprema con habilidad y
valentía, dejando la espada algo atravesada. División fuerte al saludar desde
el tercio. No pasaron ni una.
Cerró
el cartel el joven Cristian Escribano, que sorteó sin duda el peor lote, por complicado
y peligroso. Fue el tercero un animal poderoso en varas y que cobró muchísimo
en el peto, sangrando una barbaridad. Tuvo la virtud de no perder las fuerzas y
el poder, y venirse arriba a lo largo de su lidia, con las complicaciones de
sus hermanos. Apretó e hizo hilo con los palos y llegó a la muleta con poder y
sabiduría, con el sentido de un animal inteligente y encastado, pero sin la
bravura del que rompe para delante para comerse la pañosa. Prefirió pararse,
medir y radiografiar al que, con dudas y miedos, presentaba los engaños.
Y
para cerrar la durísima tarde salió Cantaor, para pregonar a todos los
asistentes que el que mandaba era él, y que ni uno se iba a interponer en su
camino. El pánico se apoderó de la plaza y los nervios y carreras entraron en
acción. Escribano correría para librarse del primer arreón de manso cuando se
quiso comer el capote. Apurado también anduvo Leonardo Palacios, quien se llevó
un auténtico quebradero de cabeza. Nueve entradas al caballo, con sus
correspondientes arreones de manso, y persecución vomitiva por la plaza del
varilarguero para cazar a Cantaor, que parecía decirle “ven pa´ca que te vas a
enterar”. La bronca monumental se apoderaba de los tendidos, que con insultos y
desprecios juzgaban a los de luces. Todo un descontrol en banderillas, con
Serafín rogando al presidente que cambiara el tercio, y un constante
sufrimiento la faena de muleta, con un pálido Cristian Escribano y un
incomprensible público, que no aficionado, que hasta tuvo el derecho de aplaudir
el arrastre del manso. Ellos fueron quienes abroncaron e insultaron a
Escribano, que con cara de pocos amigos se unía a la trifulca que había montada
en el burladero de matadores. Guardia Civil, picadores, personal de la plaza y
toreros, discutiendo ante la pitada generalizada con almohadillazos incluidos
para la despedida. Inentendible.
Cerrábamos
así un año más la página de la capital del Valle, con la impotencia de la
injusticia para esos toreros, que se jugaron para mal o para bien la vida en
ese minúsculo ruedo y con semejante ganado. No quiero con ello barrer la
incapacidad lidiadora de muchos de los que han pasado por Cenicientos, pero que
nadie se olvide que la exigencia no necesita de insultos ni desprecios. La
afición de cada uno tiene como base el respeto por el que se pone delante de la
cara del toro.
Un
saludo
Borja
González
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