Vuelta al ruedo innecesaria de Nazaré para
intentar tapar una mala corrida de Gavira.
Madrid. Plaza de toros de Las Ventas.
20 de Abril de 2014. 5ª de temporada.
Toros de Gavira para:
-
Curro Díaz: silencio tras aviso y silencio.
-
Morenito de Aranda: silencio tras aviso y
silencio.
-
Antonio Nazaré: silencio y vuelta al ruedo.
Entrada: Un tercio largo de plaza.
Los toros de
Gavira:
·
Primero. “Carabinero”, nº 65 Negro de 520
kilos. (Silencio)
(Muy serio, noble y a más en la muleta. Punto
de casta)
·
Segundo. “Plañidero” nº 34, Negro de 532
kilos. (Silencio)
(Sin acabar de humillar,
manseando y con movilidad. Sin dominar)
·
Tercero. “Destinado”, nº 37, Colorado de
530 kilos. (Pitos)
(Lesionado e inválido para la
lidia. Noble y justo de casta)
·
Cuarto. “Jatero”, nº 100, Castaño de 544
kilos. (Silencio)
(Manso, rajado y con opciones
en la muleta. Por momentos orientado)
·
Quinto. “Bohemio” nº 93, Negro de 535
kilos. (Silencio)
(Manso y descastado,
deslucido y sin entrega)
·
Sexto. “Salpicón” nº 156, Negro de 522
kilos. (Palmas)
(Manso. Buen pitón y
transmisión por el pitón izquierdo)
Tarde plomiza
la del domingo de Resurrección en las Ventas de Madrid. Corrida desigual de
presencia, cinqueña en su totalidad, bajita de triunfo y una terna que prometía
más de lo que pudo o quiso dar.
Fue un encierro
con leña por delante, seria en sus defensas, aunque dispares en colocación,
igualada en peso, fuerte y para nada atacada de kilos. Una corrida con
presencia suficiente para esta plaza, y sustituta de la anteriormente anunciada
como Los Bayones, de encaste parcialmente lisardo, que al parecer quedó fuera
de la tarde por falta de cara en sus pupilos. Antes que nada queremos mandar
nuestro apoyo a una víctima más de las empresas poderosas e insensibles, por
ello mandamos un abrazo y todo nuestro ánimo a Gerardo Ortega. Creo que sobran
las palabras.
Echamos en
falta también la actitud de los toreros que vienen a Madrid a comerse el mundo.
Precisamente no van sobrados de contratos los anunciantes, aunque pareciera en
directo tener firmado la campaña completa de 2014, al no poner el picante que
les faltó a los de Gavira. Estuvo ausente la garra, el valor y la actitud
torera que tanto gusta en esta plaza.
Abrió la plaza
el tan querido por todos Curro Diaz, quien no tuvo su tarde. Se
llevó el lote más serio y noble de la corrida, por codicia, movilidad,
franqueza y ritmo, sustancia que le faltó al de Linares, adormilado durante
toda la tarde, despertando por momentos como los grandes artistas, con
pinceladas de oro al empiece de sus dos faenas, torero, sentido y cuajado, por
bajo todos ellos, con el pecho por delante y domeñando las embestidas de los
cornúpetas. Y eso fue todo lo que quiso o pudo hacer el andaluz, porque volvió
a caer en su sueño profundo, para aburrirnos en tandas descompuestas y sin
acople, con poco mando y nula limpieza, cerrando sus dos faenas con dos
horrendos sartenazos, que a más de uno hizo despertar con algún que otro pito.
Morenito pasó totalmente inédito de Madrid. Es cierto que se llevó el
lote más deslucido y malo de la tarde, pero ni siquiera pudimos ver su gran
fuerte con el capote, ya que toda la corrida salió excesivamente abanta de
chiqueros, buscando salidas y rehuyendo de los capotes. Apenas dos verónicas en
su quite al primero, sin gran rotundidad y empaque. Lo demás fueron muletazos
acelerados y poco mandados en sus dos toros, que embistieron a media altura y
sin recorrido, con alguna que otra colada. La falta de poder fue más que vista
por todos los asistentes, entrando a matar con los toros prácticamente crudos y
poco picados. Ni siquiera pudimos disfrutar del gran Aranda con los palos, tras
los desajustes y las dificultades que provocó el manso en su lidia. Volvímos a
caer en un sueño profundo, esta vez acompañado de un terrible viento y un frio
propio del mes de febrero.
Nazaré fue el tercero en discordia, sorteando un animal inválido y
mantenido por el usía Cano, que empieza a llevarse las malas caras de los
aficionados. Animal descarado de pitones, abierto de cuna y redondo como una
pelota. Protestas por la falta de fuerzas y silencio de nuevo para seguir en la
somnolencia. El sueño de nuevo se apoderaba de los tendidos, viendo como una y
otra vez el animal pasaba sin un ápice de chispa por la franela sevillana de
Antonio, tirando líneas y ayudando al animal en un recorrido cada vez más largo
y pesado.
Llegó entonces
el último, con la plaza aplomada, íbamos ya por el sexto sueño, una borrachera
de frio y aburrimiento, y un animal corto de caja y con grandes defensas salía
por chiqueros. Pareció tener más chispa y hasta quiso quedarse en el caballo.
Comenzabamos a despertar entonces, cuando varios naturales retorcidos, y
descargados provocaban los primeros “oles” de la tarde. Ahora me entraba el
dilema, no sabía si seguía despierto o soñando. ¿Esto era Madrid? Volví a abrir
los ojos y de nuevo vi un calco de la anterior, varios muletazos con la mano
izquierda, que no naturales (eso de natural tenía poco), largos, arrastrados y
en línea. Parecia que era real, el toreo “juliano” tomaba efecto y parecía
apoderarse de Madrid. ¿Pasará lo mismo cuando venga el poderoso y admirado Julian Lopez? ¿A estos se lo
pasamos y al Juli no? ¿Qué estaba pasando? ¿Qué me he perdido? Pues con todas y
con esas tras una estocada algo desprendida van y le piden la oreja. ¿Madrid o
Villaconejos de la Flora? El usía parecía haberse mantenido despierto durante
toda la faena y contó bien los moqueros, para no conceder la oreja. La vuelta
al ruedo, para mi nefasta, barata y regalada.
Y con esto cerrábamos
el Domingo de Resurrección un año más en la plaza de toros de Las Ventas. Poco que
contar y mucho que olvidar.
Un saludo
Borja González.
1 comentario:
¿Nada sobre el que no se picara a ninguno y sobre la inoperancia de los coletudos para fijar o mandar aunque fuera en un muletazo?
Un saludo
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