Clairac: Gamero-cívico centenario
-
Este año se ha cumplido el centenario de la compra por D. Leopoldo Rafael
de Clairac,para su hijo Rafae, de una cuarta parte de la ganadería y el
hierro de...
Hace 1 semana
2 comentarios:
El resultado final de la votación no me ha sorprendido nada. Es también producto de la dinámica en la que está metida la Fiesta: si sólo importa el dinero, si la afición es algo que simplemente sirve para comprar entradas, no nos puede extrañar que la gente firme a favor de prohibir lo que ya sólo a algunos nos gusta. Y nos gusta porque lo hemos aprendido a ver. Pero al resto de la sociedad, que no ha podido llegar a saber lo que son los toros porque tampoco hemos sido capaces de transmitírselo, es muy fácil que se la manipule.
La prohibición es testimonial en cuanto a cifras (16 festejos en el 2007), pero dice mucho: muestra el resultado de un descuido y de una falta de atención y posición clara y decidida del mundo del toro que le ha hecho un flaco favor a la Mesa. Y fruto de una gran miopía: es muy difícil defender una Fiesta si la prohibición surge de una iniciativa puesta en marcha por un argentino afincado en Barcelona. ¿Está la Fiesta y los que la llevan preparados para un escenario globalizado? Sin arraigo popular, es decir sin cuidar la afición es difícil que se pueda transmitir el significado del patrimonio cultural que guarda la fiesta.
Y lo más triste de todo es que incluso del debate en torno a la prohibición de los toros se haya hecho negocio.
Una pena Borja, entre los nacionalistas y los “animalistas” (aunque luego se coman sus buenos filetes) han acabado con una tradición cultural española y catalana.
Sólo nos queda aprender de los errores, reflexionar sobre ello y, sobre todo, hacer pagar en las urnas a los responsables de este desaguisado.
Desgraciadamente mucho me temo que Cataluña va a ser sólo el principio de una lenta pero agónica desaparición de la Fiesta. La Fiesta está perdiendo fuerza por sí sola y la culpa es de los de dentro.
Un fuerte abrazo a la afición catalana.
J.Carlos
Publicar un comentario