LA CUADRILLA DE JAVIER CASTAÑO VUELVE A DAR UN ESPECTÁCULO SENSACIONAL EN LA LIDIA DE SUS DOS TOROS.
5ª de Feria. Fallas 2013.
Toros de Miura y un
sobrero de Valdefresno (2º) para:
-
Rafaelillo: silencio y
saludos desde el tercio.
-
Fernando Robleño: saludos
tras aviso y silencio tras dos avisos.
-
Javier Castaño: silencio
en ambos.
Los
toros lidiados:
·
Primero. “Galguero”(Bravo en
varas, peligroso y muy orientado. Duro) Silencio.
·
Segundo. Sobrero de Valdefresno: “Cigarrito”
(Tres varas, manso y rajado. Boyante) Pitos.
·
Tercero. “Orejillo” (Recibe tres
varas. Bravo, noble y por encima) Silencio.
·
Cuarto. “Jerezano” (Recibe tres
varas. Duro, complicadísimo y encastado) Silencio.
·
Quinto. “Habitante” (Recibe tres
varas. Totalmente imposible y peligroso) Pitos.
·
Sexto. “Cuneta” (Flojo, soso y
deslucido) Silencio.
Dura,
correosa, complicada e inentendible fue la corrida de Eduardo Miura en
Valencia. Su debut en fallas ya de por si no atrajo a gente a los tendidos, que
volvieron a lucir una triste y preocupante estampa. ¿Entradas caras o
definitivamente tortazo y pasotismo a las corridas denominadas duras?
Hoy
me he vuelto a dar cuenta que ni se entienden ni se valoran estas corridas de
toros que tan diferentes son del resto y que tanto apasionan a una mínima parte
de la afición. Aquella que no va dispuesta a ver la faena del siglo, llena de
muletazos bajos, corridos y ligados, circulares o arrimones, pases de pecho o
manoletinas, y que si se emocionan con las dos arrancadas de ese primero ante
Esquivel o con el manejo de caballo de Tito Sandoval, quien ha vuelto a poner
la plaza “patas arriba”. Me he dado cuenta que muy pocos nos hemos levantado
tras el estoconazo con el pecho por delante de Rafaelillo, que pocos hemos
visto lo por encima que ha estado ese tercero en todo momento (sabiendo que era
complicado por el viento). Una lástima que poco a poco vayan desapareciendo
estas corridas que es cierto que nos llevan a otra época, pero que son
distintas, especiales, duras y emotivas. Con esto no me meto con la afición valenciana,
la cual he visto hoy bastante mejor que días atrás, simplemente generalizo para
todas las plazas de España.
La
corrida de Miura una vez más nos ha llevado a otros tiempos y solo por eso ha
merecido la pena. Me han gustado muchas cosas, aunque me hayan decepcionado
tantas otras. Es cierto que la corrida ha sido mala en líneas generales.
Destaco en cuanto a los toros la bravura del primero en el caballo, la
preciosidad de lámina del que por desgracia salió lesionado, el fondo y
acometividad del tercero y la dureza de ese cuarto. El quinto fue un marrajo y
el sexto un flojo y aburrido animal.
Como
ya ha pasado hasta en dos ocasiones en estas fallas el tercero de la tarde ha
sido el mejor de la corrida. Todo gracias a la que sin duda es la revolución en
los últimos años de la tauromaquia “no moderna”. De nuevo me pongo en pie y
ovaciono a la cuadrilla de Javier Castaño y al propio torero por apostar fuerte
y claro por los primeros tercios, por dejarnos ver galopar a un toro en el
caballo, por gustarse en banderillas, por siempre dar ventajas al cornúpeta y
por tener la afición tan inmensa que tienen cada uno de ellos. Javier Castaño, Tito Sandoval, David
Adalid, Fernando Sanchez y Marco
Galán (que también mereció desmonterarse)
Fue
un toro con poder y dureza, que por culpa del viento no pudimos ver en la
muleta, ya que este agente hizo que Javier no se mostrara seguro frente a “Orejillo”
y por tanto nunca plantara la muleta adelante con seguridad y cadencia. Muchos
pasos perdidos, al hilo o directamente fuera, intentándose aliviar en línea y
sin ninguna estructura. Una pena porque el bicho acometía con cierta fiereza y
abajo, aunque fuera cierto que pegara un tornillazo a final de muletazo,
defecto perfectamente con posibilidad de corrección.
Con
el sexto menos aún pudo hacer. Soso, desclasado, sin emplearse en varas y sin
transmisión en los tendidos, a los que poco a poco les iba pesando la fría tarde
valenciana.
Abrió
la corrida un interesantísimo toro de Miura que cumplió a la perfección en
varas, arrancándose como un misil en la primera, y empujando en una segunda
perfectamente ejecutada por parte de Esquivel,
que optará sin duda al mejor puyazo de la feria. La lidia fue más que buena,
siempre por bajo y despacio y los pares de José Mora a contraquerencia y
cuadrando fueron de lo mejor de la tarde y lo menos valorado por la afición,
que incomprensiblemente no le sacaron al tercio. Cogió sentido y pies el Miura
que no pasó ni una a Rafael. El murciano lo pasó mal aunque mostró oficio y
disposición. Le faltó mayor poder, mando y algún que otro doblón para poner a
todo el mundo de su parte. Yo personalmente puse un empate en esta casilla.
Estocada atravesada y unos cuantos descabellos.
El
cuarto fue otro durísimo animal de Miura. Muy entipado, acapachado, zancudo y
huesudo. Todo un tio. Salió con la cabeza por las nubes y desarrolló malas
formas tras ser enganchado en varias ocasiones por el capote de Rafaelillo, que debió ir más por bajo.
Tres varas brutales y aún asi una fuerza descomunal que desbordó a torero y
subalternos. Le costó ir largo en la muleta pero tuvo una media embestida que
otro momento a Rafael le hubiera valido y bastado para arrancar una oreja. Le
faltó al diestro ganarse ese paso para atacarle, poderle y convencer a los
tendidos, que seguían muy muy frios en la tarde de hoy. La estocada hasta la bola
y por derecho bien mereció la vuelta al ruedo que no se concedió. Saludó desde
el tercio.
Por
último Robleño tuvo los polos
opuestos. Primero se las vio con el primer sobrero de esta feria. Un tio de
Valdefresno, armado, cuajadísimo de cabo a rabo que le hizo estar relajado y
asentado en la muleta. Animal manso que recibió tres varas y acabó aculado en
tablas tras tres series de derechazos mandones, templadas y de “crujío” en la
grada levantina. Acabó pasándose de faena tras ver que hay toros con los que se
puede estar agusto (toda una experiencia para Robleño) y por ello se le puso
complicado para matar ya que el atanasio no despegaba el culo de tablas.
Estocada meritoria y saludos tras aviso.
El
quinto fue el garbanzo “cabrón” de la miurada. Un animal ofensivo, mucho más
fino que sus hermanos, descastado y con una guasa para mearse encima, por no decir lo otro. Apuntar
que fue el toro que tuvieron que separar días atrás porque no paraba de pegarse
con sus hermanos (todo unos angelitos comparados con este barrabás). Robleño
demasiado hizo poniéndose delante y aguantando semejantes derrotes a la altura
de la cara. Increible como se defendió en banderillas y hasta donde subió la
cara. Muy complicado, casi imposible para matar lo tuvo el madrileño, que
pensaba como todos que se le iba al corral. Al final tras un golletazo y varios
descabellos le mandó al desolladero.
Esto
es todo en una tarde que se hizo larga pero que tuvo contenidos a destacar.
Desde luego que por ver esos toros galopar al caballo y esos dos pares de David
cuadrando en la cara ha merecido la pena.
Mañana
la de Alcurrucén que viene preciosa. Tiene que embestir. Mi apuesta de Fallas,
ya veremos.
(Foto: Aplausos.es)
Un
saludo
Borja
González.
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