Foto: www.las-ventas.com (Juan Pelegrín)
Descastada y mal presentada corrida de
Lagunajanda en tarde sin contenido alguno.
Madrid. Las Ventas.
Domingo 18 de septiembre
de 2016.
Toros de Lagunajanda para
los diestros:
-
Iván Vicente: división al
saludar y silencio.
-
Eduardo Gallo: saludos
desde el tercio y división al saludar.
-
Esaú Fernández: división
tras petición y silencio.
Entrada: Un cuarto.
Toros
lidiados:
-
Primero. “Oceanador” nº 9,
negro listón de 555 kilos. (Palmas)
Justo de trapío, cumplidor en varas y falto de
fuerzas. Poco fondo en la muleta.
-
Segundo. Obstentoso, nº 5,
negro listón de 587 kilos. (División)
Justo de presencia, manso, flojo y noble, boyante
y embestidor.
-
Tercero. “Goloso” Nº 46,
negro listón de 542 kilos. (Silencio)
Descastado, manso y a menos en la muleta. Buen
pitón derecho.
-
Cuarto. “Lavandero” Nº 67,
negro de 553 kilos. (Silencio)
Flojo y manso, a la par que descastado.
-
Quinto. “Mohíno” Nº 50,
castaño albardado de 513 kilos (Silencio)
Inválido. Debió ser devuelto. Llega con nobleza y
boyantía a la muleta.
-
Sexto. “Gallego” Nº 44,
castaño de 584 kilos (Silencio)
Mal presentado, apretado de carnes y descastado.
Manseó en varas y llego sin codicia al último tercio.
Mala a rabiar. Así fue la corrida que Doña María
Domecq Sáinz de Rozas envío a la primera plaza del mundo. Como oyen. Un lote
desigual, feo y justo de presencia, que desfiló entre la falta de casta y la
mansedumbre propia de una vacada en horas muy bajas. ¿O es que acaso ha tenido
triunfos como para volver a Madrid? Sus motivos tendrán empresarios y veedores
para ello, pero el tufo que nos colaron, un día más, fue de órdago.
Un cuarto de plaza, para variar, con más del
cincuenta por ciento extranjero. Un chollo que empieza a acabarse y que hemos o
han de levantar. Un criterio pueblerino y festivalero que envuelve a la plaza
de Madrid como si de talanqueras fuera delimitado su perímetro (con todo el
respeto a los talanqueros)
Iván Vicente comparecía en su tercera tarde este
año. Si, oyen bien, tres oportunidades vaya usted a saber por qué. Mientras
tanto Javier Cortés, que se me viene ahora a la mente, en busca de su
oportunidad de oro. Porque no llego a entender estas repetitivas comparecencias
de toreros modestos con la sinrazón de entorpecer la presencia de otros que
piden estar en Madrid. Emilio de Justo también se me viene a la cabeza, muy del
corte venteño. Pero a esto nos tiene acostumbrados la empresa, quien tuvo la
gentileza de colocarnos al gran Esaú Fernández. Todo un detalle.
Volviendo a la corrida de ayer apuntar un buen
recibo capotero de Iván Vicente al primero, el de mejor condición del encierro.
Animal que empujó y fijó en varas, y que a pesar de su justa fuerza tuvo la
nobleza y boyantía suficiente como para romper para delante. No estuvo bien el
madrileño, que perdió sitio en todo momento, sin mandar en las descompuestas
embestidas del bicho, que poco a poco fue yendo a menos. Saludos gracias a sus
paisanos.
El cuarto fue un animal que se movió menos que los
pómulos de Camilo Sesto. Sin picar como sus hermanos y pidiendo clemencia desde
salida. Esperpento alargado por un sinfín de muletazos sin sentido. Allí no
pasaba nada.
Al segundo le protestaron de salida por su falta
de seriedad. Animal bajo y apretado, pobre de cara y sin esa curvatura de pitón
que tanto gusta y pide Madrid. Salió con alegría y buen recorrido en los
primeros tercios, mostrando claridad y buenas embestidas por ambos pitones. Por
ello Eduardo quiso cuidarlo en varas, ante las protestas y exigencias de pocos
aficionados. Duró dos tandas el animalito, viniéndose abajo y parándose en los
finales de la misma. Saludos cariñosos desde el tercio.
El quinto también fue muy protestado por su falta
de fuerzas. Castaño albardado, largo y con más seriedad que sus hermanos. Cojeó
en los inicios, levantando la ira de un público cansado y aburrido, y quiso
deslizarse con clase y largura por ambos pitones ante la templada muleta del
charro, que dejó sueltos y despaciosos muletazos por ambas manos, sin la
apretura de la emoción ni la tempestad del cornúpeta, que fue apagándose poco a
poco. Faena larga y pesada, de excesivo sobeteo, rematada con un estupendo
bajonazo en el mismísimo costillar. Los saludos desde el tercio tras semejante
imagen fueron muy lamentables.
Cerraba la terna Esaú Fernández, inmerecidamente
acartelado en Madrid, que no les quepa la menor duda. Sus ganas y disposición
toda la tarde no tapan la nula técnica y formas de torero del joven sevillano,
que sigue sin entrar en mis ideales. Toreo ventajista, poco estiloso y vulgar,
muy vulgar.
Recibió en puerta de chiqueros a su primero,
reconocedor de la facilidad que tiene para la larga cambiada a porta gayola.
Nada fácil por cierto. Capotazos a la velocidad de la luz, ganando terreno, y
colocación como pollo sin cabeza al poner en suerte al burel. Se dispuso
entonces a torear desde Palma, con el trasero en pompa, y más allá del fuera de
cacho, escuchando lógicamente las protestas de Madrid. Derechazos ligados y
esperpénticos. Algo más ortodoxo al natural, pero no vayan a creer gran cosa.
Estocada caída y bochornosa petición de oreja. La vuelta se la guardó tras un
amago sospechoso.
Con el sexto apenas presté atención, para que
negarlo. Solo vi un animal sin trapío para Madrid moverse sin gracia alguna por
ese inmenso ruedo. También recuerdo latigazos de muleta y mucha tardanza al
doblar en chiqueros. Nada destacable vaya.
Y esto ha sido lo más que he podido sacar de tan
aburrida tarde. Lo juro.
Un saludo
Borja González
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