Desigual novillada de Gabriel Rojas. Herido Juan Miguel por el 4º de la tarde
Madrid.
Plaza de toros de Las Ventas.
19 de junio
de 2016.
Novillos de
Gabriel Rojas para:
- Juan Miguel: silencio y herido por el cuarto.
- Daniel Crespo: saludos tras aviso, silencio tras dos avisos y
saludos.
- Diego Carretero: silencio tras aviso y saludos.
Entrada: un
cuarto de plaza.
Novillos lidiados de Gabriel Rojas:
- Primero. “Corneta” Nº 14, negro listón de 505 kilos (División)
Protestado de salida por
falta de trapío y cara. Flojo, sin emplearse en varas, desangrado tras un
horrendo puyazo. Llegó con nobleza y boyantía.
- Segundo. “Triguerito” Nº 21, castaño chorreado de 494 kilos
(Silencio)
Justo de presentación,
nobletón y falto de casta. Tuvo recorrido por el pitón izquierdo, de gran
boyantía. Buscó los adentros en el último tercio.
- Tercero. “Rubialo” Nº 18, negro de 474 kilos (Palmas)
Bien presentado, encastado
y con fondo en la muleta. Se empleó en una buena primera vara, derribando y
metiendo riñones en la segunda. Llegó tardo pero con motor a la muleta.
- Cuarto. “Silbato” nº 26, negro listón chorreado de 533 kilos.
(Silencio)
Animal con más cuajo y
cómoda cara. Empuja sin fijeza en varas y llega con complicaciones al último
tercio. Repuso y pidió los papeles al novillero.
- Quinto. “Tromplilla” Nº 11, colorado de 481 kilos (Silencio)
Serio, astifino y de gran
presencia. Flojo, manso y descastado.
- Sexto. “Lindero” Nº 3, colorado chorreado en verdugo de 469
kilos (Silencio)
Terciado y sin remate,
tapado por una estupenda y abierta encornadura. Tuvo movilidad y cierta casta
en sus inicios, viniéndose a menos.
Calurosa y sin argumentos la novillada que ayer
domingo tenía lugar en la plaza de toros de Madrid. Buena entrada en los
tendidos del 8 y 9, al refugio de un sol veraniego que pegó fuerte en la
capital. Ni pensar quiero en los meses venideros, con el castigo taurodelto de
los toros a las 7 de la tarde.
Se lidió una novillada impresentable de Gabriel
Rojas, dispar en todo y elegida con muy poca visión y gracia. Nunca entenderé
como se puede venir así a la Plaza de Madrid, con novillos tuertos, que no bizcos,
feos como la madre que los parió, y sin confianza alguna en el juego de los
mismos.
Se protestó con fuerza la salida del primero, un
animal inaceptable por falta de trapío para Madrid. Al animalico le picaron de
mala manera en un primer encuentro, del cual salió dolorido y sangrando en
abundancia. No escatimó el varilarguero en otro vomitivo segundo encuentro, sin
mejorar lo presente. Cualidad de no venirse abajo y embestir al trapo del
madrileño, que se quiso gustar por el pitón izquierdo en dos series templadas y
lineales, encajando riñones. No llegó al respetable, más pendiente de cómo
taparse del Lorenzo que de lo acontecido en el ruedo.
No pudo matar al cuarto de la tarde debido a
sendas palizas en los prolegómenos de la faena. Dos volteretas de aúpa tras dos
miradas descaradas del abrochado Rojas, al que poco ayudó la lidia acordada.
Papeleta entonces para Crespo, que tuvo por sorpresa que acabar con la vida del
espabilado nuñez, y al que a punto estuvieron de sonarle los tres avisos por
ineficacia con los aceros.
El gaditano también tardó en ver las opciones de
su primero, un animal cómodo y bien hecho de la ganadería titular, que
desarrolló recorrido y nobleza en el tercio del 9, lugar donde finalizó la
faena Daniel, ayuno de poder y mando. Faena larga y acompañada, mejor ejecutada
al natural y rematada con una eficaz estocada que le valieron unos saludos
cariñosos con leves silbidos del sector que ya todos sabemos.
El sexto lució cara, seriedad y hambruna,
escurrido de cuartos traseros y atigrado en su capa. Pronto y en la rectitud al
caballo, sin acabar de romper debajo del peto, perfectamente ejecutado este
tercio por El Patillas, que se llevó la ovación de la tarde. Galopó en
banderillas y llego algo destartalado a la faena de muleta, donde una vez más
las dudas por miedo y las buenas formas del andaluz no acabaron de
entremezclarse de la mejor manera.
Diego Carretero se presentaba en Madrid con muy
poco rodaje, cuestión que acusó con el interesante y encastado tercero, de
importante embestida en el último tercio. Fue este un novillo de seria
condición, que apretó y tumbó en la primera entrada, y que tuvo la mala pata de
medir su condición en el que guardaba puerta como segunda invitación,
privándonos así de la manifestación de bravura del joven animal. Templado y
garboso de capote y corriendo bien la mano en el inicio de faena, gustándose
por bajo el joven albaceteño. Bien ligada la primera serie, encajada y con un
profundo pase de pecho. Irregulares las siguientes, con un codicioso burel, que
quiso todo por bajo, con mucha importancia en sus arrancadas. Mandó el animal
al joven, llevándoselo al terreno donde mejor pudo defenderse, y atrevido y
descarado Diego, que no quiso dejarse ganar la partida en su baza madrileña.
Falló con los aceros y todo quedó en palmas.
Con el quinto, un señor toro de muchas plazas de
categoría, mostró disposición y arrojo, cobrando ahora sí una buena estocada en
el segundo envite. El animal, de preciosa lámina y largo cuello, acusó falta de
casta y fuerzas, yendo a menos en un trasteo largo y sin fundamento.
Así cerrábamos una novillada más en la dejada y
monótona temporada madrileña, apartada de los intereses del señor Erice.
Un saludo
Borja González
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