Foto: LA TAUROMAQUIA MODERNA, LA DEL JULI. JUZGUEN USTEDES MISMOS.
PUERTA GRANDE PARA JULIAN LOPEZ EL JULI Y OREJA PARA PONCE CON CORRIDA DESIGUAL DE GARCIGRANDE. EL TOREO MENTIROSO Y VENTAJISTA ES PREMIADO EN BILBAO
Plaza de toros de Bilbao.
Aste Nagusia 2013.
19 de agosto. 3ª de abono.
Toros de Garcigrande (1º,
3º y 5º) y Domingo Hernandez (2º, 4º y 6º) para:
-
Enrique Ponce: silencio y
oreja con fuerte petición de la segunda.
-
Julián López “El Juli”:
DOS OREJAS y saludos (Puerta Grande)
-
Alejandro Talavante: vuelta
al ruedo y silencio.
Entrada: Tres cuartos de
aforo.
Toros
de Garcigrande y Domingo Hernandez:
·
Primero. “Piador” (Descastado, manso,
defensivo y con la cara suelta) Pitos
·
Segundo. “Violín” (Noble, flojo, boyante y
carretón. Tuvo cadencia y fondo) Ovación
·
Tercero. “Andaluz” (Mal presentado. Tuvo
movilidad y genio en la muleta) Palmas
·
Cuarto. “Treinta y uno” (Bueno para la muleta por
transmisión y clase. Acaba rajándose) Ovación
·
Quinto. “Droguero” (Protestado de salida. Descompuesto,
manso y sin casta. Noble y dejándose) Silencio
·
Sexto. “Retratista” (Empleandose en varas,
sin fondo y de corto recorrido en la muleta) Silencio
Puerta grande para Julián Lopez y tarde histórica
según algunos para la corrida de Garcigrande en Bilbao. Al parecer se dio lugar
un encierro completo y exigente y un toreo caro, profundo y verdadero de los
tres figurones del toreo. Hasta tres orejas que pudieron ser según algunos
seis, se concedieron por parte de un Matias que ya empieza a bajar el listón
con el que tanto prestigio ha liderado en los últimos años.
Y es que si la faena del madrileño es de dos
orejas, espérense a que venga alguno realice una lidia completa, toree por
ambas manos metiendo riñones y cargando la suerte y mate al volapié y no al
julipié… ¿que concederemos el rabo? ¿no es asi?
Porque la faena de Julian ha sido todo un recital
de ventajas y destoreo ante un animal excesivamente noble de Domingo Hernandez.
Toda una faena moderna y repugnante de un torero que ve como poco a poco va
influyendo en el mundo taurino, imponiendo un estilo de toreo distinto, sin
verdad ni exigencia, fácil para el toro y liberal para el que se pone delante.
Un toreo que ya parece normal y hasta bonito…válgame el cielo!
Un toreo que se basa en la largura del muletazo,
pase por donde pase, cargue o no cargue. Simplemente ligar y ligar, haciendo
girar al toro, cual perrillo faldero detrás de una muleta rastrera y despegada
que no para de girar sobre un mismo eje. Me niego a pensar que un toro bravo
aguante tantas embestidas; si se le obligara bien y se le rompiera de arriba
abajo en redondo y rompiendo la cintura estaríamos hablando de otro sistema,
pero claro ahora el toro está echo para ir de forma noble y ciega detrás de un trapo
rojo. Me niego a pensar que un toro bravo y encastado aguante esas vaciladas,
arrimones y circulares, que si de espaldas, de frente, de un lado, a la pata
coja… Pónganme un Tanquisto, Vidente, Aviador, Comino, BuenasTardes…y luego
hablamos!
Aún asi sigo alucinando como una postura tan
antiestética puede llegar a emocionar a los tendidos. Alucino como una suerte
suprema tan pura como la suerte de matar, puede ser ejecutada de tan horrenda
manera y que no se tenga en cuenta. Pues después de todo esto el resultado son
dos orejas de una plaza como la de Bilbao, la cual pensaba que sabía algo de
esto.
Con el quinto vimos al Juli más técnico y listo,
porque si alguien sabe y conoce los toros es él, eso que nadie lo dude. A un
toro rajado incierto y bobo le sacó unos naturales eternos y despegados,
tirando de pico y mano baja. Le aguantó todo y más al animalejo, que fue
protestado de salida ¡que raro! Acabó rajándose ante tal sometimiento y el
fallo a espadas le obligó a no tener premio.
Y es que la torería y personalidad la puso Ponce con el cuarto de la tarde, el de
más crédito de la corrida aunque acabara rajándose ante el rey de los avisos.
Un Ponce ya mayor que ha vuelto a conquistar Bilbao por la via del pico y el
acompañamiento. Un valenciano que ha dejado los mejores momentos de la tarde,
por lo menos los más bellos, en el empiece y cierre de esa faena, a la cual
pidieron con fuerza la segunda oreja, negada a ley por Matias, que vio
claramente como la espada había caído baja.
El de Chiva estuvo inédito con el primero. Un
mastodonte castaño de capa que no paró de soltar la cabeza en la muleta,
buscando una defensa para tanto jaleo. Demostró su profesionalidad y maestría primero
con esa carpa que lleva como muleta, tapándose lo que o está escrito y citando
desde Cuenca, y posteriormente con un terrorífico bajonazo que le valió algún
que otro pito.
Por su parte Talavante,
recuperado de su gravísimo cólico o vete “usté” a saber que era, se las vio en
primer lugar con una raspa gatuna que se movió lo que quiso y más. Entre la
condición mansa y lo poco que pesaba se las puso complicadas a un Talavante
seguro y firme con la muleta, sorprendiéndonos ya de inicio con unos
ajustadísimos delantales a pies juntos.
Mandó a media altura las inciertas embestidas de este “Andaluz” y le
corrió bien la mano por la zurda, descargando como es costumbre, pero metiéndose
al toro hacia los adentros, más erguido que su compañero y amiguísimo Julianin
pero igual de mentiroso que él. Calentó a la plaza con varios cambiados
meritorios y ajustados y unas manoletinas fuera de lugar, ya que el animal
protestaba y mucho por arriba. Falló a espadas y perdió un trofeo más que
seguro. Vuelta al ruedo cariñosa de Bilbao.
Con el sexto se mostró a disgusto en todo momento.
Un animal más serio que sus hermanos, con cuajo y cara. Peleó el castaño en el
peto, en una primera dura y encelada vara y se apagó en banderillas. Tuvo corto el recorrido y se acostó por
momentos por el pitón derecho. Fue entonces cuando Talavante basó la faena al
natural, perdiendo excesivos pasos debido a lo que repuso el cornúpeta, y sin
llegar a coger el sitio al toro, que se fue a medias al desolladero. Silencio
para ambos
Ahora juzguen ustedes y quédense con esta corrida como
histórica, como algún que otro portal lameculos. Yo lo que he visto es una
corrida que se ha movido más de lo que pensaba, que se ha dejado torear o dar
muletazos mejor dicho y que no se ha picado absolutamente nada en varas. Si eso
es historia…que me quiten de encima!
Un saludo
Borja González
1 comentario:
Muy de acuerdo con la crónica
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