martes, 17 de agosto de 2010

CENICIENTOS 2010. BUEN TORO DE ALCURRUCEN



Los coruchos se preparaban un año más para sus fiestas, este año con novedades en el papel taurino. Eso no impidió que las tres peñas de la localidad (rojos, amarillos y azules) lucieran como siempre y adornaran los tendidos calurosos del pueblo madrileño.
La feria de Cenicientos, este año reducida a dos tardes, nos ha dejado un mal sabor de boca tanto por los toros lidiados como por el juego de los de luces, escaso en todos los sentidos.
Tras varias polémicas y muchos ajetreos la feria se vio acotada a dos festejos, finalmente los animales de Samuel Flores no llegaron al pueblo madrileño por diversos motivos algo desconocidos. Dos corridas de toros completaban el serial, Alcurrucén, un habitual en la feria corucha, y la de Hubert Yonnet, esperada por todos. ¿Toreros? Ni se sabían.

SABADO 14 DE AGOSTO (menos de tres cuartos de entrada)
Toros de Alcurrucén para:
- Jose Ignacio Ramos: pitos en ambos.
- “El Califa”: silencio y pitos.
- Fernando Tendero (alternativa): vuelta al ruedo con protestas y silencio.




Segundo de la tarde. "Moro" Nº 26, mejor toro de la feria.


El sábado 14 nos desplazábamos a Cenicientos en busca del toro integro, ese que en pocos sitios se ve. Vimos una corrida desigual en presentación, varios ejemplares sacados de tipo, otros algo terciados, varios como primero y tercero bastos, con muchos kilos encima. Eso sí, todos ellos lucían una cornamenta limpia, astifina y ofensiva. Sin duda destacó el segundo de la tarde, “Moro” de nombre herrado con el 26. Ejemplar que se empleó en todos los tercios recibiendo una gran ovación de los tendidos en su arrastre.
Gradas que se llenaron de verdaderos aficionados llegados de todas las puntas de España. Logré captar a mucha gente de Las Ventas, franceses, albaceteños… todos unidos por la fiesta, la del TORO. Aficionados que exigieron los dos días de una manera brutal. Exigencia que da gusto ver en una plaza de esa categoría. No se permitió dar ninguna ventaja, se protestó el pico, el puyazo caído, la mala lidia, el excesivo tercio de varas… un ejemplo a seguir para todos. Que gusto da ir a Cenicientos.

Los hermanos Lozano trajeron a Cenicientos una corrida desigual, demasiada diría yo. A excepción del buen segundo la corrida resultó aspera, con falta de clase y raza en muchos de ellos, pero potable aunque exigente para los toreros. No pudimos ver a cuarto y quinto debido a la malisima lidia llevada a cabo por las penosas cuadrillas, la condición de los animales como era de esperar empeoró sin llegar a ser imposible. Pero bueno, eso que se lo pregunten a los diestros, que debieron ver fieras imposibles y peligrosas.

Fernando Tendero daba uno de los pasos más importantes de su vida y lo hacía en un marco incomparable, una afición dura, una plaza muy seria, un toro grande… valentía del manchego, que estuvo por lo menos dispuesto y con ganas durante toda la tarde. Cierto también es que le vimos muchos defectos y pocas virtudes. Un novillero que ha ido bajando el número de actuaciones conforme avanzaba su carrera novilleril y que necesitaba algo distinto, una alternativa en Cenicientos asi lo afirmaba. El toro de su graduado se llamó “Gavilanito”, colorado de capa y herrado con el 292. Algo engatillado de cuerna, hondo, de baja culata y atacado de peso. Manseó en el caballo aunque se vino arriba en la muleta demostrando nobleza, largura en sus embestidas aunque cierta sosería, mejor principio que final. No acabó de meter al toro Fernando en la muleta, muy inseguro, sin ponerse en el sitio y ayudándose siempre del pico de la franela. Más seguro con la derecha, ayudándose y protegiéndose en todo momento aunque sin lograr mandar en la embestida de Gavilanito. Al natural no vimos al animal ya que en ningún momento Fernando tiró de él. Un pinchazo y una estocada tendida con descabello facilitó una leve petición. La vuelta la dio por su cuenta.

Cerró la corrida con “Toledano” un toro herrado con el 55, negro de capa, flaco, agalgado y montado, más en el tipo de Alcurrucén. Manseando en varas y con dificultades en la muleta, sin bajar la cara nunca y dando parones a la altura del cuello a Fernando. Estuvo valiente y algo pesado con este sexto, algo normal en un torero nuevo. Palmas de consuelo en su despedida.





La mala imagen del día la dejaron los dos restantes. El veterano José Ignacio Ramos se fue abroncado tras una vergonzosa actuación. Señores empresarios, no repitan a este hombre de nuevo por el bien de todos. Una voz dijo "Que no venga mas" desde los bajos del 8. Y es que se llevó el plato fuerte, un bravo alcurrucén de nombre “Moro” negro de capa, ofensivo por delante, algo chico de caja aunque muy astifino. Salió vivo de corrales, con la cara alta, mirando a los tendidos y desafiando al personal. En varas cumplió y de qué manera, con un primer puyazo largo y duro en el que el bicho apretó de lo lindo, abriéndose de patas, metiendo riñones y sin cabecear en ningún momento. Buen puyazo. Recibió otro más en corta distancia de menos sometimiento. En banderillas se creció poniendo en apuros a Ramos que se vio cogido por momentos en el segundo par, muy arriesgado. Con la muleta vinieron las dudas, los desajustes y la embestida codiciosa y exigente del animal. Largo y con velocidad por ambos pitones, metiéndose algo por el izquierdo pero a sus anchas y sin ningún tipo de poderío por parte del de Burgos. Tenía cuello para humillar y condiciones tambien, pero Jose Ignacio quisó llevarlo por arriba, sin exigirle absolutamente nada. Una pena de animal que se fue con las orejas y el triunfo gordo al desolladero. Ovación en el arrastre y pitos al diestro.

Con el cuarto pasó más de lo mismo. La pésima cuadrilla hizo malo a un toro que de salida metió bien la cara y se desplazó hasta con clase. El volumen del mismo y la fuerza vista en el caballo hizo que el pánico se apoderara del ruedo sin ningún sentido. Capotazos por los aires, trapazos de más, pasadas en falso en banderillas, una capea vergonzosa que causó el enfado del público con toda la razón. “Avellano” no se desplazó con todo en la muleta pero se dejó hacer, algo que no aprovechó de nuevo José Ignacio que de nuevo recibió pitos tras un vergonzoso bajonazo.

“El Califa” trajo consigo una panda de inútiles con todos mis respetos. Una cuadrilla que no debió pisar la plaza en ningún momento. ¿A qué se ponen delante me pregunto yo? El miedo se veía en sus caras, rostros pálidos, desencajados…
Como tercero salió un galán de casi seis años llamado “Pelusito” , sacado de tipo por lo bajo y hondo que era, ancho de sienes, algo acapachado, colorado y hasta lucero. Muy parado de salida para protestar en el caballo y llegar con más que guasa a la muleta del levantino. Ganas puso, cierto, profesionalidad también, pero poco más. Se llevó un revolcón tras un pinchazo, el toro muy listo hizo por él sin consecuencias mayores. Recibió silencio tras otro intento.

Con el quinto estuvo pésimo. De nuevo un toro desaprovechado y mal tratado durante sus minutos de lidia. Mucho enganchón y poco trato, algo habitual hoy en día. Ocho entradas al caballo, OCHO con una lamentable actuación del varilarguero, metiendo cuerdas en excesivas ocasiones.El animal acabó ganando la partida por todas partes ante un indispuesto torero que ni quiso intentarlo con el bicho. Pitos gritos y una gran bronca se adueñó del ruedo tras otro lamentable bajonazo. VERGONZOSO





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