Foto: Juan Pelegrín @jp__71
Tarde sin contenido en el
mano a mano de Resurrección en Madrid. Empate técnico entre un desdibujado
Morenito y un deseoso Fandiño.
Madrid. Plaza de toros de
Las Ventas.
27 de marzo de 2016.
Domingo de Resurrección.
Toros de Martín Lorca, uno
de Escribano Martín y un sobrero de JL Pereda (6º bis) para:
-
Morenito de Aranda: saludos
tras aviso, silencio y silencio.
-
Iván Fandiño: silencio,
silencio y saludos tras leve petición.
Entrada: media plaza.
Los
astados lidiados en la segunda de la temporada fueron:
·
Primero. “Tiento” Nº 46,
negro listón de 533 kilos (Pitos)
Muy bajo y
armónico, manso y con fondo en la muleta. Se vino arriba en el último tercio,
quedándose corto en los viajes. Protesta en varas.
·
Segundo. “Aficionado” Nº
63, negro listón de 539 kilos (Pitos)
Animal basto
y pasado de kilos, de corto cuello y alto volumen. Parado y descastado,
aplomado en el último tercio. Empuja en una primera vara.
·
Tercero. “Quisquilloso” Nº
5, negro listón de 592 kilos (Palmas)
Serio y
ofensivo de cara, dejándose en varas y con importancia en sus embestidas en el
último tercio, reponiendo y obligando al diestro.
·
Cuarto. “Novedoso” Nº 23,
castaño listón de 531 kilos (Pitos)
Bien
presentado. Se lastimó en el transcurso de la lidia y hubo de ser devuelto a
chiqueros. Nos mantuvieron al inválido.
·
Quinto. “Gabacho” Nº 47,
castaño listón de 580 kilos (Silencio)
Ancho de
sienes y muy rematado. Llegó sin clase y con la cara suelta a la muleta, tras
un más que discreto tercio de varas.
·
Sexto. Sobrero de Pereda. “Desmadado”
Nº 112, negro listón de 509 kilos (Silencio)
Impresentable
para Madrid, flaco, chico y sin remate. Tuvo alegría y ritmo constante en sus
embestidas, con nobleza y boyantía.
Duelo
descafeinado el vivido ayer en la plaza de toros de Madrid, con empate técnico
a saludos desde el tercio por parte de ambos diestros, a los que pareció ganarles
la tarde y plaza en este inicio de temporada.
Ante
ellos una auténtica corrida de toros, seria y cuajada, con expresión de fiereza
y sana presencia en todos sus pelajes. Un encierro variado y que no acabó de
romper ni emplearse como debieran. Me gustó el tercero, por su acometida fija y
reponedora, la cual no supo poder ni administrar un más que desdibujado Jesús
Martínez, más conocido en el gremio como Morenito de Aranda, al que no le acabó
de acompañar la tarde.
Su
primero fue un animal que blandeó de salida, pero tuvo la virtud de venirse
arriba, con fondo y raza. Fue este “Tiento” un animal manso y huidizo en los
primeros tercios, pero acabó fijado en la muleta del burgalés, que no acabó de
coger el tempo al animal por la diestra. Más encajado le vimos al natural, con
un soberbio remate por bajo, ahora sí templado y embarcado de cabo a rabo.
Faena larga y espesa, sin un claro ganador. La estocada en el hoyo de las
agujas fue de campeonato y los saludos desde el tercio más que merecidos. Esta
sería su mejor carta en el día de ayer, sin olvidarnos del precioso quite por
delantales a pies juntos que le recetó como réplica a un quite de Iván, nada
ortodoxo el del vasco por cierto.
El
tercero se le fue desde el primer momento. Un animal serio, casi veleto, que
tuvo mucho celo en la faena de muleta. No acabó de vaciar nunca la embestida
Morenito, quien se vio sorprendido en infinitas veces por la embestida correosa
del Martín Lorca. La desaprobación del aficionado no tardó en llegar. Morenito
no estaba en Madrid.
Cerró
su tarde con “Gabacho”, un castaño de acapachada y seria cornamenta que pasó
sin pena ni gloria por las telas del de Burgos. La peor y más preocupante de
las imágenes fue ver la vulgaridad de la faena, algo insospechado y difícil de
creer.
A
Iván no le faltaron ganas, eso es un hecho que demostró ya de salida, en el
quite al primer toro, donde fue prendido por el pecho de muy malas formas
mientras se la jugaba por saltilleras, pero las sensaciones de su toreo siguen
dando que hablar y pensar. Su techo y límite parece estar más bajo de lo que
muchos pensábamos meses atrás y la impotencia en el ruedo al querer y no poder
se manifiesta tarde tras tarde en su querida Madrid. Acelerado, inconsciente y
por momentos temerario, sufriendo dos feísimas cogidas buscadas por infortunio
o total intención, pero sin una tauromaquia clara.
Sus
dos primeros toros fueron inservibles para estar con ellos. El segundo emuló a
guisando por quietud y hondura, sin romper nunca hacia delante y desfondado
desde el minuto uno. El cuarto debió ser devuelto tras lastimarse y ser mal y
duramente picado en el tercio de varas. No lo vio así Justo Polo, quien se
llevó como viene siendo costumbre, la bronca de la tarde.
Lo
pagó el sexto, que vio como asomaba el pañuelo verde tras varias pérdidas de
manos, y en su lugar salió un animal terciado y de nulo trapío para Madrid,
ante las protestas de una amplia mayoría. El sobrero, de José Luis Pereda, se
movió con ligereza por el ruedo venteño, sin emplearse en varas y con nobleza y
boyantía por ambos pitones en el último tercio.
Fue un toro para resucitar y apostar en Madrid, pero las sensaciones
fueron las mismas. Toreo ligado, frio y lineal, que quiso tapar con una
inconsciente suerte suprema encunándose en la testuz del animal, para salir así
volteado. La petición de oreja fue muy minoritaria, y todo se quedó en un
saludo desde el tercio.
Y
esto fue lo que aconteció en la segunda corrida de toros de la temporada de
Madrid, donde volvimos a ver muchísima gente joven en los tendidos, algo que se
está repitiendo y que es sin duda una gran noticia.
Un
saludo
Borja
González.
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