Francisco Rivera Ordóñez (34 años) recoge el martes en Santander la medalla de las Bellas Artes. Se le ha otorgado por sus méritos artísticos y profesionales -14 años de matador, un millar de corridas- aunque algunos compañeros ilustres, como Morante, José Tomás y el vetusto Paco Camino, se la han ninguneado.
Los reproches no alteran el orgullo ni la satisfacción del ungido. Rivera Ordóñez reconoce que lo han herido, pero también sostiene que el peso de la medalla sobrepasa cualquier atisbo de polémica.
Pregunta.- El día ha llegado...
Respuesta.- Estoy muy ilusionado, muy contento. Me siento como loco, para ser más claro aún. Va a ser un día muy especial y lo espero tranquilo. Quiero disfrutar del momento. Juntarme con mi gente.
P.- ¿Teme que puedan reproducirse ahora los reproches que hubo cuando se conoció la noticia?
R.- No sé si ocurrirá, pero no me interesa. Respeto todas las opiniones. Las hay que me sorprenden, desde luego. No se me ocurriría a mí nunca cuestionar que un compañero obtuviera la medalla. Se la daría a todos.
P.- ¿También a Morante y a José Tomás?
R.- Todo el que se pone delante de un toro tiene mi mayor respeto. Eso es lo que he aprendido en mi casa. Lo que me ha enseñado mi abuelo, lo que he visto en el ejemplo de mi padre.
LA MUERTE DE SU PADRE
P.- Este año se conmemoraban 25 años de la muerte de Paquirri. ¿Le ha sorprendido que Morante se declarara contrario a guardar un minuto de silencio en la Maestranza? Objetaba que le traía mal bajío.
R.- Lo que ha hecho y ha dicho Morante es una falta de respeto. Y no hablo como el hijo de Paquirri. Me refiero a la deferencia y al respeto que se merece un torero que ha muerto en la plaza. ¿Qué más se puede exigir o pedir que dejarse la vida en la arena?
P.- ¿Tiene la impresión de que los ataques van hacia usted por su condición de torero mediático? ¿Qué no se ataca tanto a Francisco Rivera como al personaje?
R.- Me molesta que se me considere un torero mediático si con ello se trata de descalificarme. Y no me molesta si como tal se entiende al torero que lleva mucha gente a las plazas, que vive en su tiempo, que participa de su proyección artística, que se implica en darse a conocer. Haciendo anuncios, participando de campañas publicitarias, concediendo entrevistas. El problema es que a mí, y no soy el único, se me agrede por lo que hago.
VIDA PRIVADA
P.- ¿Hay una intoxicación?
R.- Una intoxicación y un acoso. Puede que inconscientemente e ingenuamente haya contribuido a este encarnizamiento con algunos errores o algunas experiencias, pero no hay proporción respecto al precio que se me hace pagar. No tengo derecho a una vida privada. Me esperan en la puerta de casa tres furgonetas repletas de paparazzi. Me siguen en el tren, en el barco, en el avión. Y, lo que es peor, no se dan cuenta del daño que están haciendo a mi hija. Corre el riesgo de que la traumaticen psicológicamente porque la asedian y se contentan con taparle los ojos en las imágenes. Soy un torero y me expongo a una vida pública, pero tengo derecho, todo el derecho, a que se respete una mínima parte de mi vida privada. Me doy cuenta además de que la intoxicación informativa quema mi imagen. Y que algunos espectadores me juzgan por lo que han dicho en un programa o en una revista.
P.- ¿Piensa que es una batalla perdida?
R.- No pienso dejar de poner denuncias ni voy a dejar de perseguir en los tribunales a quienes me difaman. El problema es que la ley no está equilibrada. Es muy barato insultar y difamar. Es más rentable pagar una multa a cuenta de las mentiras que resistirse a ganar los millones que garantizan noticias escandalosas e inventadas. Se habla de mí a todas horas en televisión, se especula con mi vida, se inventan historias, se me atribuyen romances y se me está haciendo mucho daño. No van a conseguir que me enfade, porque es lo que pretenden, pero sí que los tribunales actúen. Esperando una legislación más sensata en relación al delito y la multa. Me asombra que mi vida les interese tanto. Y más aún que se la inventen.
SUS HERMANOS
P.- Ya sabe que el hecho de habérsele visto el miércoles en la presentación de la novela de su hermano Julián ha servido para afirmar que se habían reconciliado.
R.- ¿Lo ve? Siempre me he llevado bien con él, y la sola presencia en el acto da pie a hablar de la reconciliación. ¿Qué hubiera sucedido si no llego a ir? Habrían dicho que nos llevamos a muerte. Me ocurrió algo parecido cuando una periodista me preguntó qué me parecía que el torero favorito de la duquesa de Alba fuera Cayetano. Para mí es un halago, pero se supone que me tendría que indignar.
P.- ¿Cuánto le estimula torear junto a su hermano?
R.- Me estimula mucho. Me siento más tranquilo cuando estamos juntos en la plaza. De alguna manera me encuentro más útil. Y además disfruto mucho viéndolo. Los dos tenemos nuestra carrera, nuestras ambiciones, pero también somos conscientes del legado que hay que defender, de la sangre, de la estirpe a la que pertenecemos. Ha costado mucho sudor, mucha sangre, mucho esfuerzo. Por eso me sorprenden ciertos ataques y ciertas faltas de respeto.
P.- Ya que menciona implícitamente la medalla, ¿le parece que el hecho de recibirla es un apoyo institucional a un momento delicado de la Fiesta? Barcelona ultima los plazos para la abolición.
R.- Es una contradicción que una plaza pueda cerrarse precisamente cuando está renaciendo, pero no deja de ser un arma arrojadiza, la máscara de un problema mucho más preocupante: Rodríguez Zapatero es el antitaurino número uno y el más dañino. Nada ha hecho a favor de la Fiesta. La ha menospreciado y minusvalorado. Ésa si me parece una cuestión grave. Y además me consta que ha hecho todo lo posible para que los toreros no lo visiten en la Moncloa.
P.- ¿A qué se refiere?
R.- Tuve ocasión de proponerle a un líder socialista la idea de organizar un encuentro con el presidente del Gobierno. A él le pareció muy bien, pero cuando se lo propuso a Rodríguez Zapatero dijo que no en rotundo. Me parece una actitud impropia de quien representa a todos los españoles.
SIN SANGRE
P.- Paradoja: se cierra Barcelona, se abre Las Vegas. ¿Por qué ha suspendido su presencia en las corridas que iban a celebrarse allí?
R.- Es un problema de ajustar las fechas. Si iba ahora no tenía tiempo de regresar para recoger la medalla de Bellas Artes. Mi intención es torear en Las Vegas porque creo que puede abrirse un interés, una expectativa.
P.- ¿No le parecen una adulteración las corridas con velcro protector? ¿No cree que se degradan los espectáculos negando la evidencia de la muerte del toro y la sangre?
R.- No, no lo creo. De hecho, la corrida incruenta se hace en Portugal desde siempre y a nadie le ha escandalizado. Para mí, los toros tienen esa dimensión total, con la muerte del animal, pero la corrida, tal como se celebra en España, en Francia, o en México, no está reñida con otras fórmulas y con otras soluciones. Lo que es importante preservar es el riesgo, la verdad, la emoción, el arte. Todas esas sensaciones que al espectador le permiten valorar que es my difícil lo que se hace en el ruedo.
Los reproches no alteran el orgullo ni la satisfacción del ungido. Rivera Ordóñez reconoce que lo han herido, pero también sostiene que el peso de la medalla sobrepasa cualquier atisbo de polémica.
Pregunta.- El día ha llegado...
Respuesta.- Estoy muy ilusionado, muy contento. Me siento como loco, para ser más claro aún. Va a ser un día muy especial y lo espero tranquilo. Quiero disfrutar del momento. Juntarme con mi gente.
P.- ¿Teme que puedan reproducirse ahora los reproches que hubo cuando se conoció la noticia?
R.- No sé si ocurrirá, pero no me interesa. Respeto todas las opiniones. Las hay que me sorprenden, desde luego. No se me ocurriría a mí nunca cuestionar que un compañero obtuviera la medalla. Se la daría a todos.
P.- ¿También a Morante y a José Tomás?
R.- Todo el que se pone delante de un toro tiene mi mayor respeto. Eso es lo que he aprendido en mi casa. Lo que me ha enseñado mi abuelo, lo que he visto en el ejemplo de mi padre.
LA MUERTE DE SU PADRE
P.- Este año se conmemoraban 25 años de la muerte de Paquirri. ¿Le ha sorprendido que Morante se declarara contrario a guardar un minuto de silencio en la Maestranza? Objetaba que le traía mal bajío.
R.- Lo que ha hecho y ha dicho Morante es una falta de respeto. Y no hablo como el hijo de Paquirri. Me refiero a la deferencia y al respeto que se merece un torero que ha muerto en la plaza. ¿Qué más se puede exigir o pedir que dejarse la vida en la arena?
P.- ¿Tiene la impresión de que los ataques van hacia usted por su condición de torero mediático? ¿Qué no se ataca tanto a Francisco Rivera como al personaje?
R.- Me molesta que se me considere un torero mediático si con ello se trata de descalificarme. Y no me molesta si como tal se entiende al torero que lleva mucha gente a las plazas, que vive en su tiempo, que participa de su proyección artística, que se implica en darse a conocer. Haciendo anuncios, participando de campañas publicitarias, concediendo entrevistas. El problema es que a mí, y no soy el único, se me agrede por lo que hago.
VIDA PRIVADA
P.- ¿Hay una intoxicación?
R.- Una intoxicación y un acoso. Puede que inconscientemente e ingenuamente haya contribuido a este encarnizamiento con algunos errores o algunas experiencias, pero no hay proporción respecto al precio que se me hace pagar. No tengo derecho a una vida privada. Me esperan en la puerta de casa tres furgonetas repletas de paparazzi. Me siguen en el tren, en el barco, en el avión. Y, lo que es peor, no se dan cuenta del daño que están haciendo a mi hija. Corre el riesgo de que la traumaticen psicológicamente porque la asedian y se contentan con taparle los ojos en las imágenes. Soy un torero y me expongo a una vida pública, pero tengo derecho, todo el derecho, a que se respete una mínima parte de mi vida privada. Me doy cuenta además de que la intoxicación informativa quema mi imagen. Y que algunos espectadores me juzgan por lo que han dicho en un programa o en una revista.
P.- ¿Piensa que es una batalla perdida?
R.- No pienso dejar de poner denuncias ni voy a dejar de perseguir en los tribunales a quienes me difaman. El problema es que la ley no está equilibrada. Es muy barato insultar y difamar. Es más rentable pagar una multa a cuenta de las mentiras que resistirse a ganar los millones que garantizan noticias escandalosas e inventadas. Se habla de mí a todas horas en televisión, se especula con mi vida, se inventan historias, se me atribuyen romances y se me está haciendo mucho daño. No van a conseguir que me enfade, porque es lo que pretenden, pero sí que los tribunales actúen. Esperando una legislación más sensata en relación al delito y la multa. Me asombra que mi vida les interese tanto. Y más aún que se la inventen.
SUS HERMANOS
P.- Ya sabe que el hecho de habérsele visto el miércoles en la presentación de la novela de su hermano Julián ha servido para afirmar que se habían reconciliado.
R.- ¿Lo ve? Siempre me he llevado bien con él, y la sola presencia en el acto da pie a hablar de la reconciliación. ¿Qué hubiera sucedido si no llego a ir? Habrían dicho que nos llevamos a muerte. Me ocurrió algo parecido cuando una periodista me preguntó qué me parecía que el torero favorito de la duquesa de Alba fuera Cayetano. Para mí es un halago, pero se supone que me tendría que indignar.
P.- ¿Cuánto le estimula torear junto a su hermano?
R.- Me estimula mucho. Me siento más tranquilo cuando estamos juntos en la plaza. De alguna manera me encuentro más útil. Y además disfruto mucho viéndolo. Los dos tenemos nuestra carrera, nuestras ambiciones, pero también somos conscientes del legado que hay que defender, de la sangre, de la estirpe a la que pertenecemos. Ha costado mucho sudor, mucha sangre, mucho esfuerzo. Por eso me sorprenden ciertos ataques y ciertas faltas de respeto.
P.- Ya que menciona implícitamente la medalla, ¿le parece que el hecho de recibirla es un apoyo institucional a un momento delicado de la Fiesta? Barcelona ultima los plazos para la abolición.
R.- Es una contradicción que una plaza pueda cerrarse precisamente cuando está renaciendo, pero no deja de ser un arma arrojadiza, la máscara de un problema mucho más preocupante: Rodríguez Zapatero es el antitaurino número uno y el más dañino. Nada ha hecho a favor de la Fiesta. La ha menospreciado y minusvalorado. Ésa si me parece una cuestión grave. Y además me consta que ha hecho todo lo posible para que los toreros no lo visiten en la Moncloa.
P.- ¿A qué se refiere?
R.- Tuve ocasión de proponerle a un líder socialista la idea de organizar un encuentro con el presidente del Gobierno. A él le pareció muy bien, pero cuando se lo propuso a Rodríguez Zapatero dijo que no en rotundo. Me parece una actitud impropia de quien representa a todos los españoles.
SIN SANGRE
P.- Paradoja: se cierra Barcelona, se abre Las Vegas. ¿Por qué ha suspendido su presencia en las corridas que iban a celebrarse allí?
R.- Es un problema de ajustar las fechas. Si iba ahora no tenía tiempo de regresar para recoger la medalla de Bellas Artes. Mi intención es torear en Las Vegas porque creo que puede abrirse un interés, una expectativa.
P.- ¿No le parecen una adulteración las corridas con velcro protector? ¿No cree que se degradan los espectáculos negando la evidencia de la muerte del toro y la sangre?
R.- No, no lo creo. De hecho, la corrida incruenta se hace en Portugal desde siempre y a nadie le ha escandalizado. Para mí, los toros tienen esa dimensión total, con la muerte del animal, pero la corrida, tal como se celebra en España, en Francia, o en México, no está reñida con otras fórmulas y con otras soluciones. Lo que es importante preservar es el riesgo, la verdad, la emoción, el arte. Todas esas sensaciones que al espectador le permiten valorar que es my difícil lo que se hace en el ruedo.
1 comentario:
Si pero tambien esta recibiendo palos por lo que ha dicho de Zapatero. Y creo que son injustos. Lo que piensa de Zapatero creo que lo pensamos todos los que amamos la fiesta. Y yo no soy del PP ni del PSOE. Para mi son los mismos perros con distintos collares.
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