Foto: J. Arroyo
Tres
orejas y puerta grande para un arrollador López Simón en la primera de San
Fermín ante un desigual encierro de Jandilla.
Pamplona. Feria del toro
San Fermín 2015.
Martes 7 de Julio.
Toros de Jandilla y
Vegahermosa (2º y 6º) para los diestros:
-
Juan José Padilla: silencio y silencio tras
aviso.
-
Pepe Moral: silencio tras dos avisos y
silencio tras aviso.
-
López Simón: oreja con petición de la
segunda y dos orejas.
Entrada: Lleno de “No hay
billetes”
Nota: Destaca la brega de
Vicente Osuna en el tercero de la tarde.
Los toros lidiados en la primera de feria, del
ganadero Borja Domecq:
·
Primero. “Campesino” Nº 5,
Castaño bragado meano de 555 kilos.
Bien presentado, ligero de
carnes, flojo, descompuesto y a más.
Tuvo fondo y raza en el último tercio.
·
Segundo. “Centurión” Nº
24, Negro salpicado de 515 kilos.
Mal presentado, chico,
terciado, y de poca cara para Pamplona. Tuvo movilidad y cierta codicia, aunque
cabeceó en los engaños.
·
Tercero. “Delta” Nº 45,
Castaño de 515 kilos.
Bonito y serio animal,
poco picado en varas y con nobleza y fondo en la muleta por ambos pitones.
·
Cuarto. “Galán” Nº63, Colorado
bragado, corrido, salpicado de 555 kilos.
Serio y cuajado, casi
cumpliendo en varas, empujando más que sus hermanos. Acaba parado y rajado en
la muleta.
·
Quinto. “Fantuoso” Nº 67,
Negro mulato de 605 kilos.
Un señor toro de Pamplona,
de imponente cara y rematado esqueleto. Le faltó romper y humillar en el último
tercio.
·
Sexto. “Farruca” Nº 18,
Negro bragado de 585 kilos.
Otro torazo bien hecho,
fino y cuesta arriba. Sin picar en varas y con falta de casta. Tuvo nobleza y
acabó rajado.
Incuestionable. Esa es la palabra que resume a la
perfección la tarde del joven madrileño en la primera de las corridas de San
Fermín 2015. Un rapapolvo de valentía e ideas claras que hace temblar a más de
uno en sus casas. ¿Qué pensarán los “Gs” al ver cómo ha estado este torero hoy
en Pamplona, ante el TORO de estafeta? ¿Se atreverán a batirse en duelo ante
semejante huracán? ¿O preferirán seguir de tapados y “cierracarteles” entre
compadreos y caricias?
Ni lo imaginen, eso eran otros tiempos.
Y es que vaya manera de estar delante de la cara
de semejantes toros. Qué ceñidos han sido todos y cada uno de los muletazos,
qué firmeza la de esas plantas, que ni se han inmutado viendo como pasaban por
delante y por detrás esos astifinísimos pitones de los jandilla, que no han
tenido su mejor tarde.
Corrida dispar de hechuras y seriedad, con un
segundo animal que no debió pisar el ruedo. Poco picada en varas, salvo el
cuarto, y con la virtud de venirse arriba tras doblar las manos en sus salidas
del jaco. Con dos toros por encima del resto, 3º y 2º, con sus complicaciones y
virtudes, pero con la movilidad y emoción por bandera, sin ese trote mortecino
que nos cuelan tarde tras tarde. Bajó el listón de la corrida con el toro de la
merienda, y cayó en picado con el cierraplaza, descastado y manso.
Padilla volvía a su tierra un año
más. Las banderas negras con calavera inundaban los ensordecedores tendidos de
sol, repletos un año más por las peñas navarras. El grito convertido en himno
en esta plaza se alzaba nada más arrancar el paseíllo, “illa illa illa, Padilla
Maravilla”. Pero el ciclón se va acabando y las fuerzas no le acompañan esta
temporada. Vimos al jerezano perdido con sus dos toros, sin ideas ni claridad
en la cara, con continuas pérdidas de paso, y una muleta siempre a la
defensiva. Los dos silencios aclaran la comparecencia del “pirata” en su
primera tarde sanferminera. Y los empresarios deberían plantearse sus
contrataciones en las ferias.
Pepe Moral sorteó el lote extremo,
el que sin duda no quiere nadie. El primero por chico y terciado, el segundo
por grande y serio. Vaya velas portaba este “Fantuoso”. Irregular en sus trasteos,
falto de temple y con mucho enganchón en sus faenas, ante animales
descompuestos y sin entrega. Destacó el
recibo capotero al salpicado segundo, y varios naturales ya en los prolegómenos
de la faena, de uno en uno, pero templados y llevados detrás. Con el voluminoso
quinto apenas pudo mostrar raza y cojones, colocándose entre los inmensos
pitones del jandilla, y logrando muletazos sueltos, en un trasteo largo y
monótono que no llegó al público.
Y cerraba la tarde el madrileño López Simón, doblemente triunfador de
Madrid, con dos puertas grandes en un mismo mes, corroborando su grandísimo
estado de forma, y pidiendo ante televisión y mundo, oportunidades con los
grandes.
Importante fue la faena a su primero, llena de quietud,
mando y ceñimiento. ¡Por donde se fajó al toro en cada uno de sus lances! Un
continuo roce por las taleguillas, y milagrosamente limpio trasteo. Derechazos
erguidos, mandados y rematados, varios naturales profundos y llevados, con
varios toques por la falta de recorrido del animal, pero conseguidos por
méritos del torero, como si llevara toda la vida en esto. Calentó a las peñas
en un final de aúpa, con circulares rodilla en tierra y varias bernadinas ceñidísimas.
La pena la espada, caída, dejando el premio en un solo apéndice. Bien el de
Bildu.
Más mérito aún tuvo su faena al sexto, inventada
de cabo a rabo. El pupilo de domecq a penas duró dos tandas obligadas. Destacó
la segunda serie, por la facilidad con la que Alberto ligó los muletazos en un
palmo de terreno, tirando del bicho de forma excelente y rematando con el de
pecho. Llegaría entonces la verdad del arrimón, con el toro entero, escarbando
en su misma taleguilla, y el hombre tragando, sin inmutarse un pelo. Cruzándose
al pitón contrario para obligar a cambiar la trayectoria del bicho, que se
paraba en ocasiones a mitad de muletazo. Faena de valor seco, del verdadero.
Estocada algo desprendida de efecto fulminante y rendición de una plaza volcada
con un torero.
Asi acabamos la primera de la feria, con un torero
pidiendo figuras y pelea en el ruedo. Con un joven de Barajas cruzando una vez
más la puerta de la gloria, entre la multitud de pañuelicos y el cruce de la estafeta.
Señores empresarios, aquí tenemos futuro.
Un saludo
Borja González
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